jueves. 28.03.2024

La CEOE, un problema para el país

La CEOE acaba de presentar su programa económico cara a las elecciones del 20N. Personalmente no me sorprende lo que piden a los partidos políticos, pero de llevarse a cabo nos retrotraería al siglo XIX. Todo él es un puro extremismo neoliberal, basado en la injusticia social y en el beneficio escandaloso para ellos.

La CEOE acaba de presentar su programa económico cara a las elecciones del 20N. Personalmente no me sorprende lo que piden a los partidos políticos, pero de llevarse a cabo nos retrotraería al siglo XIX. Todo él es un puro extremismo neoliberal, basado en la injusticia social y en el beneficio escandaloso para ellos. Su único pensamiento es, como hacerse más ricos a costa del país.

En este programa, no se ve el mínimo atisbo de pensar en una salida global e integradora para el país, sino exclusivamente para su bolsillo, a esto se le llama hacer patria.

En nuestro país, los empresarios en general, han sido una rémora. Son liberales a la hora de exigir al Estado más libertad y menos regulación, que entorpezca sus actividades, pero se olvidan del liberalismo, cuando reclaman a este mismo Estado, la lluvia de subvenciones para sus actividades, la regulación de precios que les impidan competir en libertad a las mercancías importadas y así salir beneficiados. Se calcula, que en los Presupuestos Generales del Estado, hay destinados unos 30.000 millones de euros anuales en subvenciones al sector privado.

Uno de los motivos más evidentes del retraso económico que sufre el país, es su falta de competitividad, así como de la escasa internacionalización. Esto es debido al papel protector del Estado con el mundo empresarial. Este papel, ha sido muy bien desarrollado por las distintas dictaduras, que a lo largo del siglo XIX y XX hemos padecido. Con largos periodos de tiempo de apoyo a este sector con protección, con la finalidad de garantizarles beneficios.

Con la llegada de la democracia, al igual que no se produce la ruptura democrática en el campo político tampoco, ésta se produce en el campo económico. Ahora estamos padeciendo esta dependencia enfermiza del mundo empresarial del Estado. Si realmente queremos y necesitamos otro modelo productivo, uno de las primeras cosas que deben de cambiar es terminar con todo este tipo de subvenciones estatales.

Algunos me dirán que nuestra economía se ha internacionalizado mucho. Es una afirmación cierta, pero esta internacionalización la han llevado a cabo algunos sectores, aprovechando el paraguas del Estado. Veamos algunos casos. Telefónica, ex monopolio del Estado, muy favorecida por la política tarifaría durante muchos años. Repsol es más de lo mismo. El sector bancario con el Santander y BBVA han sido protegidísimos por el Estado. Iberdrola y Endesa, con regulaciones tarifarías que les han favorecido se expansión. En resumen, esta se ha producido favorecida por haber pagado los usuarios precios abusivos que han permitido a estas empresas salir al exterior.

La CEOE ha criticado mucho el endeudamiento público, pero no se ha quejado, del elevado gastado, más de 60.000 millones de euros, en el sistema bancario. Los españoles con nuestro dinero público se ha servido a los intereses privados de los bancos.

La CEOE, sólo habla de que hay que bajar sus impuestos. Esto sí que es un escándalo. Según la Asociación de Inspectores de Hacienda, en España la defraudación fiscal, ronda entre 80.000/90.000 millones de euros anuales. Calculan que las empresas del IBEX, defraudan la mitad de esa cantidad, por supuesto todas son empresas afiliadas a la CEOE.

El otro escándalo del que nunca habla la CEOE, es cuanto declaran los empresarios en este país. Su cifra de ingresos ronda los 900 euros mensuales, es decir, nuestros empresarios ganan menos que los sufridos mileuristas ¿No les producirá sonrojo?

Les oímos hablar de patriotismo, solidaridad…, lo único que les exigiría a este mundo empresarial español es, que cumpla con sus deberes tributarios, como hacemos todos los trabajadores.

Dejen de intentar recortar derechos laborales y de despidos y sientense a hablar con los sindicatos de una vez, los problemas reales que hay en el mundo del trabajo. A estas alturas con cinco millones de parados, todos debemos buscar un marco laboral ajustado, con modelos flexibles, participación de los trabajadores en las empresas, como pasa en muchas alemanas, horarios laborales, conciliación familiar, participación en los beneficios e implicación del trabajador en la empresa, seguridad laboral, etc.

La CEOE, ha abogado por aumentar la edad de jubilación hasta los 70 años, bajando la cuantía de la pensión y de las prestaciones. Planteando como sustitutivo un sistema de pensiones privado. Sin embargo, no se le oye una sola voz cuando se demuestra, como ya han comprobado miles de españoles, que sus alternativas privatizadoras son una ruina, donde no sólo no se aumenta el capital invertido sino que se pierde.

La CEOE sistemáticamente pide la disminución de su contribución al sistema de pensiones pero debemos saber que cuando hace esto, está atacando el futuro del mismo.

Resulta éticamente reproblable, que personas de la CEOE como Botín (Santander), González (BBVA) hablan de bajar las pensiones que están en una media de 800 euros anuales, cuando ellos blindan las suyas con decenas de millones de euros.

Planteando la privatización de la educación o la sanidad, como hacen en su programa, muestran su lado más insolidario, cuando saben que la educación y la sanidad públicas, son vitales para el mantenimiento de una mínima justicia social. Después se escandalizarán cuando haya brotes de violencia, provocados por la injusticia social que ellos plantean.

Nuestra clase dirigente empresarial, muestra una vez más, su egoísmo y la falta de solidaridad con el país, cuando se niega a la vuelta del impuesto de Patrimonio. Me resulta de difícil definición cuando oigo a Botín negarse a este impuesto, mientras que ha mantenido 2.200 millones de euros en cuentas suizas durante años sin declarar.

Algo deberían de aprender de otros ricos del mundo, como por ejemplo cuando Warren Buffet y Bill Gates escribieron a Bush, para que no hiciera la bajada de impuestos a los ricos, porque esto significa romper el capitalismo. Le explicaban a Bush en esta carta, que para que el capitalismo funcionara es preciso un equilibrio entre ricos y pobres y que con la política neoliberal de bajada de impuestos, la balanza se desequilibraba peligrosamente y habría un rechazo mayoritario de la sociedad.

El propio Warren Buffet, habla de que las clases sociales existen y que ellos, los ricos, están en guerra con los pobres (que no se enteran) y que esta batalla la están ganando los ricos ¿Qué pasará cuando los pobres nos enteremos de esto?

Cambien, planteen soluciones consensuadas y equilibradas con los sindicatos, porque si no les recomiendo que lean las historia y así podrán saber que pasará cuando la gente no tenga para comer. Siempre la historia, si se analiza bien, da soluciones y nos dice que errores no debemos cometer. Hay un refrán que dice “quién siembre tormentas recoge tempestades" ¡Aprenderán!

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