sábado. 20.04.2024

La catedral

NUEVATRIBUNA.ES - 21.4.2009La Catedral era el nombre con el que los trabajadores bautizaron la denominada “nave Torroja”, aunque parece que el autor de la nave industrial de Boetticher y Navarro no fue Torroja. Madrid no ha tenido catedrales propiamente dichas. San Isidro no es una catedral y la Almudena es una catedral tardía.
NUEVATRIBUNA.ES - 21.4.2009

La Catedral era el nombre con el que los trabajadores bautizaron la denominada “nave Torroja”, aunque parece que el autor de la nave industrial de Boetticher y Navarro no fue Torroja.

Madrid no ha tenido catedrales propiamente dichas. San Isidro no es una catedral y la Almudena es una catedral tardía. Pero no han faltado en Madrid catedrales de los transportes ferroviarios como la Estación de Atocha, de los Correos como el Palacio de Correos de la Puerta del Sol, las telecomunicaciones como la actual sede del Ayuntamiento de Madrid en Cibeles, al que los madrileños llamaron durante años Nuestra Señora de las Telecomunicaciones.

Durante siglos, quienes soñaron una España moderna, construyeron catedrales para los transportes y las comunicaciones, porque sabían que vertebrar significa ordenar y facilitar el tráfico y la comunicación. Quienes creyeron en un futuro industrial y productivo construyeron catedrales como la “nave Torroja”.

Cuesta mucho construir pero es muy fácil dilapidar. Desde la crisis del 93 y con el impulso a un modelo de crecimiento de amplia base especulativa del suelo, la vivienda y las finanzas, el Ayuntamiento presidido por Álvarez del Manzano acabó aprobando, en el año 97, un Plan General de Ordenación Urbana que alentaba la desaparición de espacios industriales de la capital para convertirlos en nuevas urbanizaciones.

Tan sólo una quiebra empresarial y el largo proceso judicial subsiguiente salvó de la piqueta a la “nave Torroja”, la catedral de Boetticher y Navarro. Un ejemplo ineludible de arqueología industrial que junto a las fábricas como Barreiros o Standar supusieron el impulso definitivo a la industrialización madrileña que convirtió a la región en la segunda zona industrial española, muy por detrás de Cataluña, pero con una pujanza incuestionable. Una industrialización que atrajo a Madrid a familias trabajadoras de toda España y que construyó los barrios del entonces denominado “cinturón rojo”.

Hoy la “nave Torroja” se convierte en un proyecto de Catedral de la Nuevas Tecnologías, en virtud del Acuerdo de Ayuntamiento, empresarios y sindicatos, al que vienen a sumarse recursos del Ministerio de Fomento y el compromiso de las organizaciones vecinales. Unas nuevas tecnologías que no pueden ser el botón que permite la transferencia “on line” incontrolada de recursos financieros a los paraísos fiscales, sino la oportunidad de un mejor futuro para pequeñas y medianas empresas, y para la ciudadanía. Unas nuevas tecnologías que juegan un papel esencial en el futuro de la economía y la sociedad de cualquier país moderno.

Es excesivo comparar este proyecto con los grandes centros tecnológicos mundiales, pero no es nimio, vanal. No es poca cosa que Madrid dé un paso ambicioso en el desarrollo de un espacio para las Nuevas Tecnologías, en un distrito como Villaverde porque, además, aporta un elemento esencial a favor del reequilibrio territorial interno de la capital.

Bienvenidas sean iniciativas como la Catedral de las Nuevas Tecnologías que suman voluntades y recursos, en la lógica de construir un Madrid más productivo y avanzado, con mayor calidad en el empleo y socialmente más cohesionado.

Francisco Javier López Martín es Secretario General CCOO de Madrid

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