jueves. 28.03.2024

La bola de cristal y el brujo PP

nuevatribuna.es | 08.02.2011¿Es ético que quienes mercadean con el dolor de las víctimas de cualquier desgracia, grande o inmensa, sin importarles nada más que la foto y la pura inquina sean los adalides de una sociedad?¿Es posible dirigir una sociedad con un grupo de personas que mienten, difaman y vilipendian a los ciudadanos con sus falacias y mentiras?¿Desde cuándo el ser corrupto, faltón, manirroto,

nuevatribuna.es | 08.02.2011

¿Es ético que quienes mercadean con el dolor de las víctimas de cualquier desgracia, grande o inmensa, sin importarles nada más que la foto y la pura inquina sean los adalides de una sociedad?

¿Es posible dirigir una sociedad con un grupo de personas que mienten, difaman y vilipendian a los ciudadanos con sus falacias y mentiras?

¿Desde cuándo el ser corrupto, faltón, manirroto, especulador, despilfarrador e irresponsable son valores añadidos para ser políticos?

Lo razonable sería decir que no. Un no rotundo, pero bien es sabido que la razón es el sentido que menos se usa. Y así nos va.

Lo del PP se pasa de castaño oscuro para llegar a una negrura zahína de preocupar.

Probablemente es cuestión de tiempo que los sufridos y maltratados ciudadanos que entendemos que cada vez que determinados personajes del PP abren la boca nos ofenden, acabemos denunciando, no sólo públicamente sino también de forma legal, estas salvajadas.

Acusar a un partido político de ser el culpable de una paliza, tipo macarra, al Consejero de Cultura del gobierno murciano sin ser cierto, es de una gravedad absoluta. Y sobre todo cuando todo el PSOE había mostrado su repulsa por esta paliza. Éstos del PP tuvieron argumentos varios y a cada cual más torticero pero, sin duda, el mejor fue decir que había sucedido por no tener una unidad pre-crimen. Pues también es verdad. Si existiera esa unidad pre-crimen muchos de los presuntos y de los juzgados “chorizos” del PP hubieran sido detenidos antes y nos hubiéramos ahorrado ingentes cantidades de dinero público.

Los vecinos “populares” valencianos están metidos en el fango de la corrupción hasta el corvejón. Eso sí, Camps pasea altanero cual alimentado por palo de escoba jactándose de que reírse de los periodistas le da más votos y que él se compra sus trajes. Aunque lo dice alto, sonriente y jactancioso como el que se cree superior, está a punto de caer en las manos de la ordinaria justicia y esta vez sin que sea un amigo suyo el que le juzgue. Y no sólo él, Barberá, Costa y una larga lista de implicados a lo largo y ancho de toda la comunidad autónoma.

Arenas y Mayor Oreja retoman la senda del 11M como en los viejos tiempos. Ya se sabe que el PP está por encima de muchas cosas, entre ellas la justicia. Da igual que sea un tema juzgado, condenado y cerrado. A través de la bola de adivinar y un recorte de periódico han llegado a la conclusión de que ha sido ETA. Otra vez. ¿Y las víctimas? ¿Quién piensa en las víctimas cuando están en juego los votos que llevan al PP al poder? Ellos no. Menos mal que el resto de la sociedad sí.

Es caso de mención especial el de Mayor Oreja con las consabidas negociaciones perpetuas. En su cabeza siempre las ve. Las mismas negociaciones, las mismas reuniones. Pérfidos socialistas pactando con etarras el fin de la violencia y por ende el fin de sus negocios. Y las voces se lo repiten y se lo repiten sin parar y él lo verbaliza una y otra vez. Pero todo lo que su cabeza maquina y verbaliza su boca es mentira. No existen tales negociaciones, pero ¿qué es la verdad comparado con el fin de un lucrativo negocio devenido de la desgraciada lacra del terrorismo? Una bagatela sin importancia.

Aunque el señor, ávido de superarse en sus dislates, acusó a los socialistas de amparar la cultura de la muerte. El colmo de alguien que amparó con vehemencia la Guerra de Irak. En ese momento toda su fe religiosa y esa bonanza que sólo se cree él le abandonaron como los malos desodorantes. Y el tufo a doble moral y jeta de calibre extra se sentían de lejos. Y como los viajes con uno mismo son aburridos siempre encuentra algún elemento, tipo Alcaraz, que le acompañe en sus delirios rabiosos y llenos de odio.

Es probable que sus argumentos no convenzan a nadie de su partido pero, entre que unos se pasan la vida en letargo y otros se esconden tras la roca a ver qué pasa, dan la callada por respuesta. La valentía no se hizo para ellos.

Probablemente todo esto serían episodios aislados con un gobierno del partido adecuado pero el jefe duerme y la “guardesa” de la finca, Cospedal, empieza a mostrar delirios obsesivos viendo a detectives vestidos de rojo por todos los lados persiguiéndola. Y es ver un micrófono y chillar los delirios.

Menos mal, que les queda Aznar. Que España le viene importando lo que se dice un carajo pero criticar todo lo que tenga que ver con los españoles (economía, sociedad…) le gusta más que comer con los dedos.

Y si se piensan que esto que les he contado es ciencia-ficción, despierten y miren: la vida misma.

Leire Díez Castro

La bola de cristal y el brujo PP
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