3 de septiembre de 2009, 4:53
NUEVATRIBUNA.ES - 7.7.2009
El nombramiento de Félix Sanz como nuevo director del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) ha suscitado no pocos comentarios y tomas de posición al respecto. Parece que la solicitud de relevar de su cargo al antiguo director salió de la ministra de Defensa que pidió la marcha de Saíz y su sustitución por Félix Sanz Roldan, antiguo Jefe de estado Mayor de la Defensa. Que a Saiz le quedaban los días contados desde que la prensa se ocupó de él y de sus pescas en mares revuelto, además de los enfrentamientos entre y con sus subordinados, el antiguo director del CNI, nombrado por José Bono cuando llegó a Defensa, estaba claro.
Pero el nombramiento de Félix Sanz Roldán ha sorprendido a muchos cuando iba a ser el asesor del presidente José Luis Rodríguez Zapatero en Asuntos de Seguridad cuando, a partir del año que viene, a España le tocase presidir la Unión Europea. Esta “concesión” del presidente viene a romper los últimos rumores sobre una caída en desgracia de Carme Chacón en el Gobierno de ZP. De donde si parece haberse distanciado es de sus compañeros del PSC quienes consideran que no ha apoyado lo suficiente a la Generalitat en sus solicitudes de financiación autonómica
Zapatero ha jugado aquí muy bien sus fichas al ceder a su asesor “in pectore” para este puesto, con el visto bueno seguro de la oposición. Félix Sanz Roldan tiene una de las carreras más brillantes de las Fuerzas Armadas españolas, de las que llegó a ser su máximo dirigente, y en todos los puestos ha tenido que enfrentarse a situaciones difíciles, aunque esta puede que las supere a todas. Y ello porque el CNI se encuentra en una situación de crisis interna que afecta a los agentes de más alto rango. Procede, por lo tanto, hacer limpieza y el teniente general Sanz es uno de los hombres más apropiados para esa labor y para dirigir con eficacia los servicios secretos del Estado.
Hay quien ha criticado, como un paso atrás, el nombramiento de un militar para ese puesto, pero si algo a demostrado Félix Sanz es su alto sentido de Estado y su apartidismo, además de haberse ganado la merecida confianza de los gobernantes bajo cuyas órdenes a servido, fueran del partido que fuesen.
La típica – y tópica – broma sobre la “Inteligencia Militar” no tiene razón de ser en este caso, salvo para los de pensamiento zafio, cicatero y barato, y el tiempo, una vez más, les quitará la razón, como lo ha hecho siempre.
Fernando Reinlein es periodista y fundador de la UMD.
El nombramiento de Félix Sanz como nuevo director del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) ha suscitado no pocos comentarios y tomas de posición al respecto. Parece que la solicitud de relevar de su cargo al antiguo director salió de la ministra de Defensa que pidió la marcha de Saíz y su sustitución por Félix Sanz Roldan, antiguo Jefe de estado Mayor de la Defensa. Que a Saiz le quedaban los días contados desde que la prensa se ocupó de él y de sus pescas en mares revuelto, además de los enfrentamientos entre y con sus subordinados, el antiguo director del CNI, nombrado por José Bono cuando llegó a Defensa, estaba claro.
Pero el nombramiento de Félix Sanz Roldán ha sorprendido a muchos cuando iba a ser el asesor del presidente José Luis Rodríguez Zapatero en Asuntos de Seguridad cuando, a partir del año que viene, a España le tocase presidir la Unión Europea. Esta “concesión” del presidente viene a romper los últimos rumores sobre una caída en desgracia de Carme Chacón en el Gobierno de ZP. De donde si parece haberse distanciado es de sus compañeros del PSC quienes consideran que no ha apoyado lo suficiente a la Generalitat en sus solicitudes de financiación autonómica
Zapatero ha jugado aquí muy bien sus fichas al ceder a su asesor “in pectore” para este puesto, con el visto bueno seguro de la oposición. Félix Sanz Roldan tiene una de las carreras más brillantes de las Fuerzas Armadas españolas, de las que llegó a ser su máximo dirigente, y en todos los puestos ha tenido que enfrentarse a situaciones difíciles, aunque esta puede que las supere a todas. Y ello porque el CNI se encuentra en una situación de crisis interna que afecta a los agentes de más alto rango. Procede, por lo tanto, hacer limpieza y el teniente general Sanz es uno de los hombres más apropiados para esa labor y para dirigir con eficacia los servicios secretos del Estado.
Hay quien ha criticado, como un paso atrás, el nombramiento de un militar para ese puesto, pero si algo a demostrado Félix Sanz es su alto sentido de Estado y su apartidismo, además de haberse ganado la merecida confianza de los gobernantes bajo cuyas órdenes a servido, fueran del partido que fuesen.
La típica – y tópica – broma sobre la “Inteligencia Militar” no tiene razón de ser en este caso, salvo para los de pensamiento zafio, cicatero y barato, y el tiempo, una vez más, les quitará la razón, como lo ha hecho siempre.
Fernando Reinlein es periodista y fundador de la UMD.