14 de noviembre de 2010, 14:24
NUEVATRIBUNA.ES - 10.6.2010
En los momentos actuales parece que si no se habla, se opina de economía, estás fuera del tiempo. Se habla de la economía como de la “ciencia lúgubre”. Eso es un error por los dos lados: por lo de ciencia y por el adjetivo plañidero. Pero hay tiempo para todo, pese a que The New York Times diga que con el Mundial España vuelva al pan y circo franquista para ocultar la crisis. Bastante cuitas, pesares y arrepentimientos tienen -o debieran tener- los yanquis con haber votado dos veces a Bush junior, embargarse en el genocidio de Irak, Atacar Afganistán y proteger a los nuevos nazis de Oriente Medio, es decir, al gobierno y ejército israelíes, y a los israelitas que votan a los genocidas para que conviertan a Gaza en el mayor campo de concentración de la historia. Y todo por no hablar de épocas pasadas de intervencionismo -yanquis go home- en todo el planeta. Seamos ahora lúdicos por un momento porque nos lo merecemos. Hablemos de fútbol, del Mundial que viene: hablemos de Iniesta.
Iniesta es de Albacete, que es como decir que es manchego, pero poco. Tiene ya 26 años, que es una edad ideal para el fútbol, porque te queda ya poco que aprender y mucho que enseñar aún. Iniesta es bajito y liviano, de tal forma que si el seleccionador fuera el ínclito Clemente no lo llevaría a la Roja ni para recoger las toallas en el vestuario. ¡Aún recuerdo a la selección del vasco con Nadal y Alcorta en el medio campo! He intentado apartar de mí esa imagen y no he podido. Si yo tuviera que formar un equipo -ilusión de todo futbolero que se precie- no dudaría: empezaría con Xavi, el catalán, en el medio campo; luego ficharía a Piqué para el centro de la defensa; para el ataque optaría preferentemente por uno de estos 4 delanteros: Drogba, Villa, Torres, Ronny. Ahí tengo la columna de la selección ideal. ¿Y luego? Hay mucho para elegir en el planeta futbol, pero al primero que llamaría sería a Iniesta, por delante incluso de Messi. No es temeridad, sino egoísmo. Hay 3 tipos de jugadores: los normalitos, que reciben el balón y luego piensan en el qué hacer; los inteligentes, que piensan en qué hacer antes de recibir el balón; por último, los talentosos. Estos piensan a la vez que actúan antes, durante y después de recibir el balón. Este es el caso del manchego. Iniesta es la suma de Valerón y Butragueño juntos. Sólo los elegidos por los dioses del balompié pueden pensar y jugar a la vez, lo cual les permite cambiar de opinión en un instante, mientras controlan, driblan, tocan, se revuelven. Iniesta es uno de los elegidos. Nadie en el planeta futbol con más talento. Otros le superan en habilidad, como Messi, Navas o Agüero; en velocidad, como Ronaldo el portugués -y también el brasileño-; en presencia en el campo, como Gerard, el del Liverpool; en dirección del juego, como su compañero Xavi, pero nadie alcanza su talento, con la posible excepción de su compañero argentino del Barcelona. Dribla con la cadera por anticipación; su pie derecho es un guante, de tal forma, que si jugara al baloncesto jugaría con los pies; recepciona el balón como si tuviera pegamento en sus botas. Pero lo que la hace grande es que decide siempre lo peor... para el contrario. ¡Qué gol contra Polonia picando el balón a Xavi entre 3 defensas y algún otro a los costados! Sólo el danés Ladrup hacía cosas parecidas, así, como el que coge el autobús. Además es o dicen -y yo lo creo- que es modesto, muy modesto. Yo tengo dudas que eso sea siempre una virtud, y no lo es seguro si es una estrategia de la soberbia. Pero en el caso de Iniesta apuesto un brazo que no es estrategia. Actuar a la vez que pensar es lo más difícil, es como si tuvieras dividida la tarea entre los dos hemisferios del cerebro y los pudieras intercambiar en milésimas de segundo. Si ves a Iniesta por la calle lo menos que te imaginas es que sea un futbolista; más bien parece un estudiante de Farmacia o un voluntario de la Cruz Roja. Me gusta. Los atletas que hagan atletismo. Esperemos que esté listo para el Mundial y nos deleite con su arte, porque eso es Iniesta, un artista al servicio de un equipo y del espectáculo, y eso es lo que nos gusta a los futboleros, porque los títulos son para ellos, para los que los ganan, pero el arte es para todos.
Y eso es todo, por hoy, diez de junio. En otro momento hablaremos de economía, que no se van a librar de ello ni los especuladores, ni la UE, ni el BCE, ni el FMI, ni el Banco Mundial, ni la Merkel, y ni siquiera el gobierno.
Antonio Mora Plaza - Economista
En los momentos actuales parece que si no se habla, se opina de economía, estás fuera del tiempo. Se habla de la economía como de la “ciencia lúgubre”. Eso es un error por los dos lados: por lo de ciencia y por el adjetivo plañidero. Pero hay tiempo para todo, pese a que The New York Times diga que con el Mundial España vuelva al pan y circo franquista para ocultar la crisis. Bastante cuitas, pesares y arrepentimientos tienen -o debieran tener- los yanquis con haber votado dos veces a Bush junior, embargarse en el genocidio de Irak, Atacar Afganistán y proteger a los nuevos nazis de Oriente Medio, es decir, al gobierno y ejército israelíes, y a los israelitas que votan a los genocidas para que conviertan a Gaza en el mayor campo de concentración de la historia. Y todo por no hablar de épocas pasadas de intervencionismo -yanquis go home- en todo el planeta. Seamos ahora lúdicos por un momento porque nos lo merecemos. Hablemos de fútbol, del Mundial que viene: hablemos de Iniesta.
Iniesta es de Albacete, que es como decir que es manchego, pero poco. Tiene ya 26 años, que es una edad ideal para el fútbol, porque te queda ya poco que aprender y mucho que enseñar aún. Iniesta es bajito y liviano, de tal forma que si el seleccionador fuera el ínclito Clemente no lo llevaría a la Roja ni para recoger las toallas en el vestuario. ¡Aún recuerdo a la selección del vasco con Nadal y Alcorta en el medio campo! He intentado apartar de mí esa imagen y no he podido. Si yo tuviera que formar un equipo -ilusión de todo futbolero que se precie- no dudaría: empezaría con Xavi, el catalán, en el medio campo; luego ficharía a Piqué para el centro de la defensa; para el ataque optaría preferentemente por uno de estos 4 delanteros: Drogba, Villa, Torres, Ronny. Ahí tengo la columna de la selección ideal. ¿Y luego? Hay mucho para elegir en el planeta futbol, pero al primero que llamaría sería a Iniesta, por delante incluso de Messi. No es temeridad, sino egoísmo. Hay 3 tipos de jugadores: los normalitos, que reciben el balón y luego piensan en el qué hacer; los inteligentes, que piensan en qué hacer antes de recibir el balón; por último, los talentosos. Estos piensan a la vez que actúan antes, durante y después de recibir el balón. Este es el caso del manchego. Iniesta es la suma de Valerón y Butragueño juntos. Sólo los elegidos por los dioses del balompié pueden pensar y jugar a la vez, lo cual les permite cambiar de opinión en un instante, mientras controlan, driblan, tocan, se revuelven. Iniesta es uno de los elegidos. Nadie en el planeta futbol con más talento. Otros le superan en habilidad, como Messi, Navas o Agüero; en velocidad, como Ronaldo el portugués -y también el brasileño-; en presencia en el campo, como Gerard, el del Liverpool; en dirección del juego, como su compañero Xavi, pero nadie alcanza su talento, con la posible excepción de su compañero argentino del Barcelona. Dribla con la cadera por anticipación; su pie derecho es un guante, de tal forma, que si jugara al baloncesto jugaría con los pies; recepciona el balón como si tuviera pegamento en sus botas. Pero lo que la hace grande es que decide siempre lo peor... para el contrario. ¡Qué gol contra Polonia picando el balón a Xavi entre 3 defensas y algún otro a los costados! Sólo el danés Ladrup hacía cosas parecidas, así, como el que coge el autobús. Además es o dicen -y yo lo creo- que es modesto, muy modesto. Yo tengo dudas que eso sea siempre una virtud, y no lo es seguro si es una estrategia de la soberbia. Pero en el caso de Iniesta apuesto un brazo que no es estrategia. Actuar a la vez que pensar es lo más difícil, es como si tuvieras dividida la tarea entre los dos hemisferios del cerebro y los pudieras intercambiar en milésimas de segundo. Si ves a Iniesta por la calle lo menos que te imaginas es que sea un futbolista; más bien parece un estudiante de Farmacia o un voluntario de la Cruz Roja. Me gusta. Los atletas que hagan atletismo. Esperemos que esté listo para el Mundial y nos deleite con su arte, porque eso es Iniesta, un artista al servicio de un equipo y del espectáculo, y eso es lo que nos gusta a los futboleros, porque los títulos son para ellos, para los que los ganan, pero el arte es para todos.
Y eso es todo, por hoy, diez de junio. En otro momento hablaremos de economía, que no se van a librar de ello ni los especuladores, ni la UE, ni el BCE, ni el FMI, ni el Banco Mundial, ni la Merkel, y ni siquiera el gobierno.
Antonio Mora Plaza - Economista