viernes. 19.04.2024

Indignación y regeneración

Están indignados y piden la regeneración de la vida política y económica. Han tomado las plazas y están en todas partes. Los ciudadanos de los barrios y los pueblos han vuelto a tomar la palabra, no están solos los acampados en la Puerta del Sol, o en la Plaza de Cataluña, están, en todas partes.

Están indignados y piden la regeneración de la vida política y económica. Han tomado las plazas y están en todas partes. Los ciudadanos de los barrios y los pueblos han vuelto a tomar la palabra, no están solos los acampados en la Puerta del Sol, o en la Plaza de Cataluña, están, en todas partes. Todo anuncia que estamos en el inicio un nuevo tiempo, un tiempo en el que los ciudadanos vuelven a ocupar el espacio público y hablan entre ellos, ponen en común sus ideas y sus propuestas, lo hacen lentamente, democráticamente, civilizadamente. La cuna de la civilización occidental, Grecia, el lugar donde nació el pensamiento que durante siglos ha iluminado occidente, gestó su pensamiento, su filosofía, con ciudadanos que se juntaban en las plazas públicas para debatir, reflexionar, hablar.

Es domingo a mediodía. Unos cuantos ciudadanos debaten tranquilamente, unos están sentados bajo la sombra de unos árboles, otros permanecen de pie, muchos son jóvenes, otros menos jóvenes. Piden la palabra, “este no es un buen lugar, especialmente si llueve”, “hay que buscar otra hora de convocatoria, esta no es buena para los que tenemos hijos pequeños”, “hay que espaciar las asambleas, para no agotarnos”, “hay que…” debaten propuestas sencillas, “es la segunda asamblea”, en la primera estaban unos pocos, en la segunda unos cuantos “tenemos que seguir”. Hacen gestos para afirmar, para negar, para pedir la palabra, para votar, toman la palabra ordenadamente, se escuchan, y parece que el tiempo se ha detenido, parece que si giramos la cabeza veremos La Acrópolis, y una legión de personas hablando, debatiendo, pensando.

Hoy los jóvenes, especialmente los jóvenes que están impulsando el movimiento 15M han logrado resucitar una practica de diálogo y tolerancia, de debate y propuesta, que dará sus frutos, porque ellos, que se han indignado con la sociedad en la que viven, han levantado la voz para pedir mayor calidad democrática, para pedir democracia real, para recordar que en democracia el poder reside en todos y cada uno de sus miembros y la toma de decisiones responde a la voluntad colectiva, y no es suficiente votar cada cuatro años, y no vale la forma de comportarse de los partidos políticos.

Los jóvenes indignados, han empezado hablar y piden sobre todo la regeneración del sistema político y económico y enumeran algunas propuestas concretas, para eliminar los privilegios de la clase política. Y los partidos políticos, especialmente los partidos de izquierdas, deberían prestar atención y darse cuenta que algo nuevo está naciendo y que puede ser importante.

Indignación y regeneración
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