viernes. 19.04.2024

In memoriam: Pepe Huelamo, la izquierda consecuente y librepensadora

Alcalde de Coslada durante más de cuatro mandatos, Pepe Huélamo llegó en algún momento a presidir la mayor ciudad de España gobernada por Izquierda Unida.

Alcalde de Coslada durante más de cuatro mandatos, Pepe Huélamo llegó en algún momento a presidir la mayor ciudad de España gobernada por Izquierda Unida. Dejada Córdoba durante un tiempo en manos del Partido Popular, fruto de aquella curiosa teoría de las dos orillas, le correspondió a Huelamo mostrar que se puede ser a la vez sensato y utópico, algo que demostraba con su dedicación a su ciudad, su librepensamiento y su bonhomía.

Pertenecía Huélamo a la generación que se curtió en la lucha contra la dictadura desde las filas del Partido Comunista de España y Comisiones Obreras. El PCE que había protagonizado la lucha clandestina no obtuvo en las primeras elecciones los resultados acordes con sus merecimientos y con las expectativas de muchos de los militantes de entonces. Esa frustración que los resultados electorales del PCE de 1977 produjeron en mucha gente no afectaron a Pepe Huelamo: Coslada era otra cosa, allí las urnas durante décadas mostraban otra cosa. La diferencia entre el voto local y el voto general es algo tan evidente que sorprende que se hayan sacado tan escasas conclusiones sobre ello.

El municipalismo se salva parcialmente del desprestigio que sufre la política. A personas como Huelamo se debe. La manifestación más visible de los cambios democráticos tuvo lugar en los pueblos: de dormitorio a ciudad, de política lejana a política próxima. Las transformaciones fueron de tal calibre, las ciudades tan irreconocibles a mejor, que sus protagonistas disfrutaron de merecidas mayorías absolutas mandato tras mandato. Pepe era el icono para Coslada, el ayuntamiento era casi hogar, no era raro sábados y domingos encontrarle en el despacho al que se podía acceder desde el cuerpo de policía. La dedicación militante al ayuntamiento no impedía que sus afectos se derramaran: en la década que tanto compartimos veía en su nieto el apoyo afectivo para la aventura que iba a aprender. Un revolucionario de los setenta tenía que ser fiel a sí mismo.

Las características principales como gestor de izquierdas del Alcalde de Coslada eran su tenacidad, lucidez y dedicación, a lo que unía enorme generosidad personal. Sólo hay una forma de predicar, el ejemplo, y en lo local se ve.

Hay dos cosas en que Huelamo como gestor transciende de su municipio dejando mayor huella: su visión del corredor del Henares como eje estratégico y su papel en armonizar aeropuerto con ciudad. En Barajas se ponía de manifiesto el contraste entre la gestión local y la general, entre el municipalismo y Aena. Un aeropuerto no se puede gestionar sin contemplar que medio millón de personas viven en su entorno. La mayoría no viven en Coslada pero deben a Huelamo parte de su bienestar.

Mi agradecimiento personal de alcalde novato hacia el veterano es una deuda impagable. El mismo día de mi extraña elección en 1994 me acompaño el aliento de José Huelamo pues no dudó en presentarse en San Sebastián de los Reyes la misma tarde en la que éramos todo dudas y más apoyo necesitamos. Con el trato continuo comprobamos que compartíamos el mismo análisis: Izquierda Unida había dado un giro hacia la marginalidad y que nuestra conciencia nos impedía callar. Habíamos luchado para ganar la libertad y asistíamos a la perdida de uno de los valores esenciales de nuestra cultura política de luchadores. Un proyecto ilusionante como el de IU se había transformado en un lugar de frustraciones y búsqueda del enemigo interno.
La decisión de formar la Plataforma de la Izquierda de Coslada (PIC) fue una aventura de riesgo, en ella puso todo su capital, que en parte perdió. Podía haberse eternizado como alcalde pues IU le iba a mantener como cabecera, pero Huelamo no dudó en ser fiel así mismo y a su gente, sus colaboradores y su pueblo. Dejar la alcaldía iba a ser duro pero más lo era entregarse y amordazarse.

En 1999 el que había sido alcalde indiscutible se sienta como concejal de a pie. Algunos pensarían en una humillación, sobre todo si atendemos al trato que recibió de la izquierda gobernante. Para el compañero caído todo se vuelve espinas. No sabían de qué madera estaba hecho Don José. Al día siguiente de las elecciones ya estaba preparando las siguientes y analizando que falló para mejorar.

Mientras tanto compartimos otro apasionante viaje, creamos Izquierda Independiente copiando los estatutos del PIC cosladeño, mantuvimos para la izquierda la alcaldía de San Sebastián de los Reyes, y nos embarcamos con Iniciativa a construir un espacio rojiverde. Vino la guerra del golfo y la polarización política: el espacio al que aspiramos se bloqueó. Hicimos lo que debíamos. Toca empezar de nuevo.

No quiero dejar sin tocar el aspecto más polémico quizá de toda la vida política de un honesto revolucionario: en el 2003 gobernó con el Partido Popular. Yo no lo habría hecho pero dudo de que sea una virtud propia y no un mérito mayor de Pepe. Quizá sea yo el que no haya sabido liberarme de mis prejuicios. Pepe no necesitó defenderse ni justificarse: actuó como el municipalista que era. El sabía que sus mayorías absolutas año tras año provenían de gente que en las locales dejaba de votar al PSOE o al PP para votar a un rojo. De siempre Huelamo supo que la oposición del PP cosladeño había sido leal y respetuosa. En sus años de travesía en le desierto se puso de manifiesto que la izquierda de la ciudad no hacia honor a su nombre. Antes de las elecciones ya era consciente de que la posibilidad de una alternativa no natural podía darse y se dió. El municipalismo triunfó y la política perdió: las personas antes que las etiquetas.

Termino. Decía Bertrand Russell que había tenido que cambiar muchas veces las ideas para mantener sus convicciones. Hace unos días Enrique Curiel, enterrándose con la bandera del PCE, contradice a Russell: ni hemos cambiado de ideas ni de convicciones, seguimos siendo del PCE sin carnet, quizá de un PCE idealizado. No hemos dudado un momento en que nuestra lucha tenía un modelo, un referente ético, un referente de creatividad de reflexión y antidogmatismo: el PCE de nuestra juventud, irreconocible en el actual. Huelamo, el alcalde, el hombre, era inseparable de esa tradición moral. Pepe no nos falló.

In memoriam: Pepe Huelamo, la izquierda consecuente y librepensadora
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