viernes. 19.04.2024

ICV, una semilla que fructifica y que hay que hacer crecer

Poco a poco parece que el trabajo realizado con coherencia empieza a dar frutos. En los últimos tiempos en Cataluña la única fuerza política, situada en la izquierda del arco político, que sostiene el diluvio de la derecha es ICV con su coalición con EUiA.

Poco a poco parece que el trabajo realizado con coherencia empieza a dar frutos. En los últimos tiempos en Cataluña la única fuerza política, situada en la izquierda del arco político, que sostiene el diluvio de la derecha es ICV con su coalición con EUiA. Tanto en las elecciones autonómicas, como en las municipales y las generales ICV-EUiA son los únicos que salvan los muebles e incluso mejoran posiciones, mientras los otros dos partidos PSC y ERC han sufrido pérdidas considerables.

Ahora cuando llevamos más de un año desde la derrota del Gobierno tripartito la coalición ecosocialista continúa ganando posiciones mientras sus antiguos aliados las continúan perdiendo. Últimas encuestas tanto en el ámbito de Cataluña como de Barcelona dan valoraciones favorables a la coalición y a sus cabezas de lista. Así, la encuesta de La Vanguardia situaba a Joan Herrera como segundo líder más valorado en Cataluña después de Más, y a ICV como la fuerza de la oposición con mejor nota y que según la encuesta ascendería en unos cuatro diputados su representación. En el caso de Barcelona el ecosocialista Ricard Gomà se sitúa como segundo político más valorado después del alcalde Trías y la coalición se queda a un punto del PSC en expectativa de voto, y aún más importante es la primera fuerza entre los encuestados que tienen entre 18 y 35 años.

Estos resultados son fruto del propio comportamiento de la coalición. ICV-EUiA ha sido la única organización que con coherencia ha defendido las políticas del tripartito y ha planteado una oposición clara y nítida al nuevo gobierno de CiU. Frente a las dudas y las posiciones cambiantes de sus antiguos socios, la coalición ecosocialista ha mantenido una línea política continua y sin cambios de rumbo.

Pero ICV no sólo ha mantenido una actuación coherente que sus electores valoran sino que ha hecho planteamientos que han manifestado su voluntad de no querer mantenerse y conformarse con sus resultados sino de dar un salto adelante. La elección del candidato a las Elecciones Generales al Congreso de los Diputados fue una apuesta clara de ICV para hacerlo, ya que se trataba de una personalidad relevante dentro del ámbito de la izquierda transformadora pero cuya trayectoria había estado fuera del ámbito estrictamente político ni formaba parte de los núcleos de dirección del partido. La apuesta era una señal de apertura a los electores de izquierdas muchos de los cuales habían quedado sin referentes debidos a las políticas erráticas tanto los socialistas como de ERC.

ICV parece está en el buen camino después de una larga etapa de reconstrucción desde la importante crisis provocada por la implosión del PSUC. El camino ha sido largo y duro. Establecer un nuevo discurso, a partir de la propia historia, y hacer la transformación hacia una incógnita llamada "ecosocialismo". Este camino no ha sido fácil, ha supuesto la actualización y la adaptación ideológicas a nuevas realidades, ecologismo, feminismo, sin perder el acento social originario. Y el cambio ha supuesto también una profunda transformación organizativa y la fusión intergeneracional entre gente procedente de comunismo catalán con las nuevas generaciones procedente de nuevas realidades sociales. El proceso ha sido largo y muy duro ya que se ha hecho en unas condiciones, de todo tipo, muy precarias, pero parece que finalmente empieza a dar frutos.

Hoy en día el objetivo de ICV debe ser el de conseguir impulsar el catalanismo popular del siglo XXI a partir de algunos aspectos básicos del partido: a) su catalanidad donde deben estar cómodos y convivir personas de raíz federalista hasta a gente que simpatice con el independentismo, todo a partir de considerar que los derechos de Cataluña son los de su gente y no ninguna concepción nacionalista abstracta, b) su posición inequívocamente de izquierdas, su alma social, donde es básica la defensa de los derechos sociales, laborales y el objetivo de transformación social hacia una sociedad más justa y cohesionada a partir de la consolidación del estado del bienestar, c) el ecologismo social como convicción profunda de la necesidad de ir hacia un modelo de desarrollo sostenible que no sólo beneficie al medio ambiente sino que a la vez sea lo más equilibrado, más avanzado y más eficiente para el conjunto de la sociedad.

El objetivo de ICV no debe ser conseguir ser la primera fuerza electoral de la izquierda en Cataluña, aunque es importante recomponer de forma más equilibrada la correlación de las diversas fuerzas, sino imponer la hegemonía ideológica del pensamiento del catalanismo popular por encima del nacionalismo conservador. Para ello ICV debe continuar creciendo para que sus opiniones consigan llegar a más gente. Para ello habría que continuar ofreciendo tanto un espacio, con toda la prudencia y sin difuminar sus posiciones ecosocialistas, a toda aquella gente que de izquierdas que hoy se encuentra huérfana ideológicamente. Hay mucha gente de izquierdas desorientada, tanto por el cambio radical de ERC que ha pasado de formar parte del Gobierno de Izquierdas a su papel actual de "monaguillos" de CiU, como por la confusión y falta de solvencia tanto ideológica como política de un PSC que no sabe hacer oposición ni en Cataluña ni en Madrid. Asimismo debe continuar con su papel de líder de la unidad de las izquierdas en Cataluña.

Es evidente que ICV tendrá que afrontar retos importantes para lograr convertirse en este referente obligado que debería ser cada día con más fuerte. Y algunos de estos retos no sólo dependen de la propia organización ecosocialista. Uno de los ellos estará en fortalecer y ampliar su propio espacio electoral en Cataluña y en este aspecto sus siempre complicadas relaciones con una EUiA donde parece que hoy toman fuerza opciones más retardatarias que miran más hacia atrás que hacia adelante. Otro reto es la falta de acompañamiento en el ámbito estatal, las relaciones con IU siempre son complejas y difíciles, y vendrán muy determinadas por la propia evolución de EUiA que es el referente estatal de IU, pero no de ICV. ICV no se puede ni quiere homologar con IU, sus posicionamientos son diferentes, aunque se sitúan ambos en el ámbito de la izquierda. Pero está claro que IU está encerrada en unas opciones ideológicas y organizativas, condicionadas por el peso del PCE, que para ICV están ya superadas por la historia. Y esto ahora es aun más evidente cuando los elementos más abiertos de IU han ido abandonando progresivamente la organización que hoy dirige Cayo Lara. Por otra parte hay que tener en cuenta que Equo es hoy todavía un proyecto embrionario, que aun ha efectuado poco recorrido y que necesitaría salir del estricto campo ambientalista y evolucionar hacia el de una organización ecosocialista, en todo caso es aún una incógnita política. A pesar de todo no hay que ser pesimistas, hay a lo largo del estado, especialmente en territorios de habla catalana, organizaciones que de forma más embrionaria han ido siguiendo la senda de ICV. Hay que tener en cuenta estos elementos tanto como propuestas como las de Frente Amplio que Gaspar Llamazares ha venido planteando. Ahora con las elecciones aún lejanas es momento de seguir haciendo el camino reflexionando, pero sin descanso.

ICV, una semilla que fructifica y que hay que hacer crecer
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