A fuerza de implicarnos en otros aspectos del escenario en el que nos movemos, como es el próximo incremento del IVA en septiembre y las innumerables medidas de recorte, unas directas y otras inducidas, pero teniendo en común, todas ellas, que inciden de forma directa en los exhaustos bolsillos de los ciudadanos, algunas de las medidas que han tomado Gobierno y que ha secundado la Sociedad, pasan más desapercibidas. En casos, se está aprovechando el clima de tensión, de precariedad que, en cierta medida, anestesia la percepción, para que algunos desalmados se aprovechen. Porque subidas del precio del agua en tasas elevadas, como 50 o 60%, que en algunos municipios se rumorea que van a aplicar, no solo no es razonable, sino que viene a ensombrecer, más si cabe, el sombrío panorama que nos espera el mes próximo.
Es en otros aspectos, que no parecen violentar a primera vista, en los que, al final pueden resultar mucho más perniciosas las consecuencias. Se suele escuchar, reiteradamente, que el futuro de un país es su I+D+i. Todo el mundo lo suele aplaudir. Muchos lo dicen, otros tantos lo repiten, pero muy pocos lo creen. Muy pocos son capaces de estar convencidos de que eso que otros denominan competitividad, reside en la capacidad de investigar y desarrollar (lo de innovar, por respeto, ni lo menciono). Las empresas lo dicen, con desparpajo, pero, incluso las grandes corporaciones españolas han sido las primeras en cerrar las divisiones de I+D porque no deben tener claro que van a salir de ésta o que se puede suplir una carencia de I+D, simplemente incrementando el presupuesto cuando escampe. ¡Cómo si fuera posible que los becarios de investigación hoy suprimidos, se pudieran multiplicar de un día a otro, sin que el sistema de I+D se deteriore!
No es frecuente que se repare que en el País Vasco se ha batido el record de exportación este año pasado, 2011, cuando el resto de España se debatía entre una miseria y otra mayor; no es posible que en un trozo de esta España se logren cifras de paro próximas, hoy, al 10%, cuando en el resto andamos, en casos, por encima del 25%, pero, ¡ojo! con la misma legislación laboral tan denostada por el Gobierno reciente y por todos los empresarios, supongo que menos los del País Vasco; y por último es el único territorio español en el que en estos momentos hay convocatorias a nivel mundial para contratar a los mejores investigadores en los que van a poner su esperanza para empujar en la dirección de salida de la crisis. ¿cómo es posible estar tan ciegos en el resto de España?
Lo que parece peor de esta crisis que atravesamos es la falta de expectativas. Nada sabemos de lo que viene detrás. Pero dejando a un lado cantidad de cosas que tienen que ver con aspectos fundamentales, es muy propicio para que el túnel no acabe de forma aceptable. Y el caso es que, en algunos aspectos, no se trata de disponer de menos recursos, es que la capacidad de generación se deteriora, hasta el extremo de no solo alargar la duración de la crisis, sino que el final no sea el apetecido, cuando logremos conocer algo de lo que nos queda y espera. Lo peor de todo está resultando la incapacidad de discriminación. La diferencia entre recorte y ajuste, estriba en que, precisamente el primero es ciego, mientras que el segundo es inteligente. Pues eso. La I+D+i es para inteligentes. Eso pensarán algunos.