miércoles. 24.04.2024

Hipotecas y familias

¿Van a seguir los bancos quedándose con los pisos de hipotecas impagadas? ¿Se van a convertir las entidades financieras en las principales propietarias inmobiliarias? No creo que eso es lo que quieran. Y, sin embargo, los datos �tozudos como siempre- parecen ir en esa dirección.Los datos a los que ha tenido acceso Nueva Tribuna hablan de 120.000 familias incapaces de hacer frente a sus hipotecas. 120.
¿Van a seguir los bancos quedándose con los pisos de hipotecas impagadas? ¿Se van a convertir las entidades financieras en las principales propietarias inmobiliarias? No creo que eso es lo que quieran. Y, sin embargo, los datos �tozudos como siempre- parecen ir en esa dirección.

Los datos a los que ha tenido acceso Nueva Tribuna hablan de 120.000 familias incapaces de hacer frente a sus hipotecas. 120.000 familias que han visto como su hipoteca se ha duplicado y absorbido prácticamente su sueldo entero. La cifra puede ser mayor o puede crecer cada día. Pero lo cierto es que hay miles de familias, todos con rostro y nombre, que ven peligrar una propiedad por la que apostaron hace unos años.

No somos un país que tenga una cultura del alquiler, sino de la propiedad. Queremos tener donde caernos muertos. Un piso, una casa, que podamos llamar nuestro. Por eso el alquiler no es, no ha sido nunca, alternativa a nuestros deseos. La hipoteca impagable no es un invento español y en Argentina, en sus años más duros, ha tenido máxima importancia.

Comienzan a aparecer asociaciones de gentes que quieren resolver, como sea, la situación, que no quieren perder su vivienda y que buscan fórmulas para salvar lo que, hoy por hoy, parece insalvable. Los afectados comienzan a salir a la calle, haciendo visible un problema que no siempre hemos sido capaces de ver. Y no es un problema político, es un problema humano.

Son todavía pocos los que se echan a la calle. Pero �y si no, al tiempo- este parece un movimiento que contará con más afiliados a medida que la crisis se vaya agudizando. Porque es un síntoma clarísimo de la gravedad de la situación.

Hace unos días, un hombre de banca me comentaba la preocupación de las entidades financieras por el impago de las hipotecas y me decía que las entidades financieras ni pueden ni quieren convertirse en inmobiliarias. Y me hablaba de soluciones que iban desde renegociar las hipotecas hasta suspender la misma y alquilar a los propietarios su vivienda durante el tiempo que dure la crisis.

Yo no sé cuál es la solución. Porque el problema se agrava en determinados colectivos, como inmigrantes o jóvenes mileuristas, que están viendo la imposibilidad de atender sus deudas. Desde luego, la solución no puede estar en la ejecución ciega de la hipoteca, en el embargo y en la consiguiente desesperación de los titulares de la hipoteca. Posiblemente al banco le sea más rentable humana y económicamente facilitar que los afectados puedan seguir asumiendo unos pagos que habrá que revisar de acuerdo con la situación general.



Para que, como en los versos de Claudio Rodríguez, nos llegue una nueva mañana:

Después de tantos días sin camino y sin casa
y sin dolor siquiera y las campanas solas

y el viento oscuro como el del recuerdo
llega el de hoy.

Cuando ayer el aliento era misterio
y la mirada seca, sin resina,

buscaba un resplandor definitivo,
llega tan delicada y tan sencilla,
tan serena de nueva levadura

esta mañana...


Después de tantos días� Ojalá podamos escribirlo y llegue un día de “nueva levadura”.

Hipotecas y familias
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