viernes. 29.03.2024

Hay que regular los mercados financieros

El actual escenario de crisis económica se caracteriza por ser “la primera gran crisis del actual modelo de globalización” en el que coincide una crisis financiera internacional, una crisis energética y la crisis alimentaria a la que también estamos asistiendo. Siendo necesario subrayar que la primera y más intensa expresión de la globalización ha sido la internacionalización de los mercados financieros.
El actual escenario de crisis económica se caracteriza por ser “la primera gran crisis del actual modelo de globalización” en el que coincide una crisis financiera internacional, una crisis energética y la crisis alimentaria a la que también estamos asistiendo. Siendo necesario subrayar que la primera y más intensa expresión de la globalización ha sido la internacionalización de los mercados financieros.

Este es un escenario que afecta muy negativamente a la economía española, que ya venía asistiendo a un proceso de desaceleración sostenida y continuada, como consecuencia de la crisis en el sector de la construcción residencial y que este escenario de crisis financiera internacional ha precipitado.

En los últimos años, tanto los Bancos como las Cajas han acudido al mercado financiero internacional para obtener recursos, los cuales, de una manera muy mayoritaria, se han venido invirtiendo en la construcción residencial, pero cuando esta liquidez financiera ha dejado de existir, se ha producido un desplome en el sector y, como consecuencia, una crisis inmobiliaria de una gran envergadura.

Sin duda, son necesarias las respuestas, en España y a nivel internacional, respuestas de las que, en ningún caso, puede salir reforzando el capital contra los derechos de los trabajadores.

Repuestas para las que reflexiones aportadas por determinados ex líderes de la Unión Europea deben ser tenidas muy en cuenta, aunque hayan sido ciertamente tardías, y en las que afirman “que el actual escenario de crisis financiera internacional, se produce de manera paralela a un constante crecimiento del sector financiero, sin ningún tipo de regulación ni supervisión”, o que “la actividad financiera es incapaz de su autorregulación” y que “es imperativo mejorar el control y el marco reglamentario de los Bancos y de los diferentes instrumentos e inversión”.

Y es que, efectivamente, nada se ha avanzado en la gobernanza mundial del proceso de globalización y, por el contrario, se sigue alentando la liberalización que trae consigo la desregulación de los mercados en materia de operaciones financieras.

Los mercados financieros internacionales están subordinando las decisiones de los mercados nacionales. Nos encontramos ante un mercado financiero global y un marco jurídico nacional, lo que sin duda exige también de una inmediata y profunda reflexión.

Por tanto, la exigencia de una mayor regulación del marco financiero internacional, supone ofrecer una mayor seguridad jurídica para las inversiones, algo que el empresariado no cesa de demandar en los ámbitos nacionales. Las recientes medidas aprobadas por la Comisión Europea, como son el incremento del control a las empresas de calificación de riesgos y una mayor obligación de los bancos a la hora de presentar sus cuentas, que están entre las principales causas de la rápida extensión de la crisis financiera, van en esa dirección: ofrecer una mayor seguridad jurídica a los inversores, en un escenario de mercados financieros globales y crecientemente complejos.

Y es que el exceso de financiarización de la economía sin reglas, subordina las políticas económicas nacionales a los mercados financieros internacionales, en un marco de globalización que, tal y como está concebido, ejerce una fuerte presión sobre el mundo del trabajo y reduce los espacios de democracia económica y social.

En una situación de crisis como la actual, comparto plenamente las palabras de Carlos Berzosa, Rector de la Universidad Complutense de Madrid: “soy partidario del déficit en épocas de crisis (�), no de subir los tipos de interés”.

Las finanzas públicas de nuestro país tienen amplios márgenes para afrontar políticas que hagan frente al actual escenario de crisis, y ello requiere anticipar la inversión prevista para las próximos años en infraestructuras; crear un patrimonio público de vivienda de alquiler, a través de la compra a precio tasado de parte de la vivienda libre no vendida; poner suelo público a disposición de la construcción de viviendas protegidas, facilitando el acceso a la vivienda de amplias capas de nuestra sociedad, con lo que se superaría uno de los principales déficit que tiene nuestro Estado de Bienestar con relación a la Unión Europea; impulsar un vasto programa de rehabilitación de los cascos urbanos degradados que, al igual que las anteriores medidas, requiere de una activa participación de las Administraciones Autonómicas y de las Corporaciones Locales.

Acelerar el necesario cambio de modelo productivo, de la estructura económica del país, se hace cada vez más prioritario; para ello es imprescindible acometer, con los recursos necesarios, más educación y formación, más inversión y más innovación. En el campo de la inversión en Investigación, Desarrollo e innovación tecnológica, es una exigencia la mayor implicación de la iniciativa privada.

Este cambio de modelo requiere impulsar una rápida transición hacia fuentes energéticas no dependientes de los hidrocarburos.

Igualmente, es necesario que en los sectores que tienen los precios regulados se introduzcan coeficientes obligatorios de inversión.

Asimismo, es preciso que los instrumentos financieros de Estado, entre ellos el ICO, jueguen un papel activo, tanto para minimizar los efectos de la actual situación, como para impulsar innovadores proyectos de inversión.

También es necesario reforzar los servicios públicos de empleo, seguir avanzando en materia de protección social, que es un factor clave también para el crecimiento y las medidas que están proponiendo los sindicatos en el marco del diálogo social abierto con Gobierno y empresarios, y que, en ningún caso, pueden penalizar el salario y las condiciones de trabajo.

El origen de la crisis no está ni en los salarios, ni en el mercado de trabajo, por tanto, hay que actuar sobre las causas y no penalizar a los de siempre.

Como acertadamente manifestó Antonio Gutiérrez en el Curso de Verano de El Escorial, de la Universidad Complutense de Madrid, organizado por la Fundación Sindical de Estudios sobre “Los riesgos políticos y sociales de la financiarización de la economía”: “Recuperar la política para darle hegemonía a la democracia frente al mercado, además de prioritario, es fundamental. No se pueden repetir los errores del pasado, y, por tanto, no hay que olvidar que de las crisis anteriores se ha salido, no con más regulación, sino con más debilidad política para enfrentarse a estos procesos”.

  • Presidente de la Fundación Sindical de Estudios y miembro de la Comisión Ejecutiva Confederal de CC OO.

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