jueves. 18.04.2024

Hasta los espías se equivocan

NUEVATRIBUNA.ES - 9.3.2009Ahora resulta que la trama de los espías también cuenta con los más tontos de la promoción. Eso � y solamente eso � es lo que demuestran algunas informaciones de este último fin de semana que cuentan pormenorizadamente errores y falsedades que aparecen en los informes de los vigilantes de unos y otros.
NUEVATRIBUNA.ES - 9.3.2009

Ahora resulta que la trama de los espías también cuenta con los más tontos de la promoción. Eso � y solamente eso � es lo que demuestran algunas informaciones de este último fin de semana que cuentan pormenorizadamente errores y falsedades que aparecen en los informes de los vigilantes de unos y otros. Sin embargo el hecho, el espionaje, existió y eso es lo más importante y condenable si se llega a averiguar que, quienes lo ordenaros, estaban en l administración.

Hace años, un amigo fue espiado por una agencia de detectives. Su mujer no se fiaba mucho y puso a los sabuesos sobre su pista. En los informes se cometían errores, y algunos de bulto, así como alguna que otra falsedad. Pero la vigilancia existió y fue su mujer quien puso en marcha a los detectives, que situaban a mi amigo en lugares donde no había estado, vestido de forma diferente en esas fechas o acompañado de persona diferente a la que en esos informes se nombraba. Claro que con esos informes se descubrió que, efectivamente, la mujer de mi amigo lucía unos hermosos cuernos, a pesar de las falsedades y los errores y también, y sobre todo, que la vigilancia la había solicitado la dama en cuestión, que es lo que falta en esta comparanza, entre estas tramas matrimoniales y de la Administración de la Comunidad de Madrid.

Porque esto de las tramas, hasta el cansancio, ha sido un lío al que han sometido al ciudadano. Primero, la del espionaje, y después la de la corrupción, que en momentos se mezcla con la otra organizando cierto desasosiego en el cerebro del lector que ya no sabe quien puede haber espiado � sobre todo por orden de quien � y quien se ha llenado el bolsillo del traje o hasta el traje mismo.

Por si faltaba más sal en el guiso, llega una comisión de investigación en la Asamblea de Madrid, gobernada por los presuntos acusados que, como se esperaba, lo cierra todo en falso provocando más lío, que no sorpresa, que este último es sentimiento al que hubiera llegado la opinión publica si hubiese sido lo contrario, es decir comisión seria e independiente, que llama a quien tiene que llamar a declarar y no como esta que casi cita a Murat que era quien mandaba en Madrid hace doscientos años.

Ya pueden distraer con temas menores, pero aquí el quid de la cuestión es quien ordenó la vigilancia o, si no lo hizo nadie, y fue motu proprio para luego ser vendido a terceros.

En todo caso, el que los redactores de los informes sean los más tontos de la promoción no le quita gravedad al hecho que no puede cerrarse en falso. La opinión pública tiene derecho a saber, derecho que se les hurta en demasiadas ocasiones cuando los administrados caminan por la cuerda floja.

Fernando Reinlein es periodista y fundador de la UMD

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