viernes. 29.03.2024

Hacer frente a la contrarreforma laboral y la involución social

El objeto prioritario de la Huelga General del 29M es fundamentalmente la defensa de los derechos de los trabajadores ante el mayor ataque de toda la etapa de la democracia. La Contrarreforma Laboral del PP pretende eliminar de un solo golpe la mayoría de los derechos conseguidos por los trabajadores durante las décadas de vida democrática y dejarlos en una situación de plena indefensión ante los deseos e intereses empresariales.

El objeto prioritario de la Huelga General del 29M es fundamentalmente la defensa de los derechos de los trabajadores ante el mayor ataque de toda la etapa de la democracia. La Contrarreforma Laboral del PP pretende eliminar de un solo golpe la mayoría de los derechos conseguidos por los trabajadores durante las décadas de vida democrática y dejarlos en una situación de plena indefensión ante los deseos e intereses empresariales. La Contrarreforma Laboral significa acabar también con más de treinta años de práctica de concertación social y liquidar en gran medida el papel de la negociación colectiva que ha sido el pilar básico de las relaciones laborales en este país. Se pretende ir hacia una relación individualizada del trabajador con el empresario sin tener en cuenta la desigualdad radical de la relación. Es por ello que la Contrarreforma Laboral quiere ser también un ataque en toda la línea de flotación del instrumento que tienen los trabajadores para defender sus intereses colectivos: el sindicalismo confederal.

Por todas estas razones es evidente que la Huelga General del 29M convocada por CCOO y UGT está plenamente justificada.

Pero esta Huelga General, al margen de las razones básicas expuestas anteriormente, tiene muchas más para darle apoyo. La Huelga General es una oportunidad para oponerse a la profunda involución social que está llevando a cabo con una clara y decidida voluntad política el PP.

Esta involución no se da sólo en los ámbitos económicos, donde se aplica una profunda política de recortes del estado social del bienestar, bajo la excusa de la crisis, y que tendrá su plasmación definitiva en los Presupuestos del Estado que el Gobierno de Rajoy aprobará el día 30 de marzo, una vez realizadas las elecciones autonómicas en Andalucía y Asturias del domingo 25.

La mayoría absoluta y la hegemonía ideológica de derechas del PP quieren provocar un vuelco radical en la realidad política, social y cultural del conjunto de la sociedad. Para conseguirlo efectúa una serie de contrarreformas que nos sitúan en una realidad más propia de los tiempos de la predemocracia. Es evidente que la derecha más extrema de este país, escondida los primeros años de la democracia, que comenzó a salir del escondite en el tiempo del segundo gobierno Aznar, ahora considera que ha llegado su momento y nos quiere sumergir en el túnel del tiempo, consiguiendo llevar su poder hegemónico hasta el terreno de las costumbres e incluso del pensamiento, de la interpretación de la historia y del momento actual, intentando que sólo esta visión, profundamente reaccionaria, sea presentada como la única visión de la realidad.

La Huelga General del 29M es por tanto también un acto de resistencia democrática ante la ofensiva involucionista de la derecha que nos gobierna. Y es un acto de resistencia llevado a cabo por el único obstáculo efectivo que se interpone en sus planes: la izquierda social organizada, es decir el movimiento sindical.

No hay duda de que la Huelga General del 29M se da en un contexto especialmente difícil para el movimiento sindical. En una situación de una importante crisis económica, con unos máximos de paro, con una derecha que gobierna con mayorías absolutas en todo el estado, con unos medios de comunicación mayoritariamente contrarios y con ningún medio a favor. Con un débil acompañamiento político nítido de las izquierdas realmente existentes, las minoritarias, con un PSOE en plena situación de desarme ideológico y en un total descrédito político. En una situación donde entre los trabajadores existe una profunda sensación de miedo derivada del pleno dominio de la derecha. Es por ello que la propuesta sindical debe ser más valorada ya que significa la voluntad de enfrentarse con el injusto poder dominante a pesar de la dificultad de la confrontación.

La Huelga General del 29M se presenta como algo más importante que una acción contundente de la clase trabajadora, es también la oportunidad para visualizar una respuesta social ante unas políticas socialmente injustas y contra la profunda involución social que se pretende imponer. Es por ello que habrá que valorar tanto la respuesta en los puestos de trabajo con la huelga, como las manifestaciones en la calle del mismo día 29m. Con los sindicatos, los trabajadores y el conjunto de sectores sociales y políticos comprometidos, deben salir ha manifestar su rechazo y oposición a las políticas de involución y de regresión democrática.

La Huelga General del 29M también puede significar el inicio de la recuperación social y política de un nuevo y en el futuro potente movimiento de la izquierda social y política comprometida.

Es evidente que esto conllevará una gran rectificación por parte de muchos de los actores sociales y políticos. En primer lugar sin duda debe significar un reforzamiento de las posiciones defendidas por el movimiento sindical, la última retaguardia de la izquierda realmente existente.

Con el PSOE de momento no se debe contar con él. Hoy es una organización inutilizada, degradada y profundamente desprestigiada. El partido que hizo posible un Golpe de Estado Parlamentario que supuso liquidar una Constitución inclusiva para otra excluyente para las políticas económicas de izquierdas. Cuando vemos como su máximo representante, Rubalcaba, no tiene vergüenza al pedir una mayor regulación del impuesto de sociedades, que en los últimos 5 años ha bajado con respecto al tipo efectivo del impuesto del 24% al 16%. Y eso lo dice ahora, no lo sabía estos últimos años en que era vicepresidente del gobierno de Zapatero? Por otra parte, también pide la creación de un impuesto sobre las grandes fortunas, él que en el gobierno aprobó la desaparición del Impuesto de Patrimonio. Hoy y durante mucho tiempo la credibilidad de los socialistas del PSOE está bajo mínimos, no tiene ninguna fiabilidad. El PSOE sigue practicando un tacticismo falto de la más mínima ideología de progreso clara y estructurada. Difícilmente, de continuar por el actual camino y con los mismos dirigentes y estructuras partidistas, podrán volver a ser creíbles.

Y las izquierdas alternativas también deben hacer una profunda reflexión y transformación. Ya no vale quedarse satisfechos con un ligero crecimiento electoral cuando los socialistas se hunden. Debe darse un salto profundo y cualitativo desde la situación actual. Debe haber una Refundación que pueda incorporar a todos los que se dicen parte de la izquierda alternativa. Hay que abandonar viejas, anticuadas y superadas estructuras organizativas. Hay que abandonar viejas y nuevas voluntades de prevalencia y prepotencia. La situación de nuestra sociedad es de emergencia democrática ante la profunda involución que quiere llevar a cabo la derecha, pre y posdemocrática. Hay que unificarse en una nueva estructura y organización política que tenga la voluntad de agrupar e ilusionar a la gente de izquierdas de todo el país. Hay que estructurar un amplio frente de las izquierdas plurales, sin predominios ni egoísmos. La Huelga General puede ser la última batalla de la izquierda o el inicio de la recuperación de la lucha por unos valores claros de progreso, de modelo de sociedad democrática avanzada, de defensa de los derechos sociales y de lo público y colectivo, del federalismo y el derecho a decidir, de la concepción laica y republicana, de otra forma de desarrollo sostenible, de una sociedad donde haya una fiscalidad progresiva distributiva que evite las profundas desigualdades actuales. En definitiva, la defensa de una sociedad democrática de personas libres, de ciudadanos con derechos.

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