Ha pasado poco tiempo y aún recordamos las afirmaciones que el Sr. Rajoy ( entonces en la oposición ) realizaba, indicando una y otra vez que todos los graves problemas que España tenía eran exclusiva responsabilidad del entonces Presidente Sr. Rodríguez Zapatero y su gobierno; afirmaba el entonces candidato que la solución se daría con su llegada al Gobierno de España, pues él mismo y su Partido sabían que había que hacer y tenían un plan para llevarlo a cabo.
Hoy, casi medio año después de la llegada al poder del PP y por consiguiente D. Mariano Rajoy Presidente, es obligado echar un vistazo a la situación actual de nuestro país y así comprobar la crueldad de las hemerotecas con aquellos que utilizan argumentos falaces, cuando no mentiras, para conseguir el poder a cualquier precio.
Hoy, la prima de riesgo alcanza niveles desorbitantes nunca alcanzados y habría que preguntar a la Vicepresidenta del Gobierno si la prima de riesgo tiene hoy la cara del Sr. Zapatero o más bien la del Sr. Rajoy . El paro ha seguido aumentando de manera importante y habría que preguntarse donde están las soluciones al desempleo que el PP decía tener cuando era oposición, lo cierto es que se han recortado y eliminado derechos con una reforma laboral ultraliberal que facilita en la práctica el despido libre y da a los empresarios tales ventajas en las relaciones laborales que los trabajadores quedan en niveles muy bajos de protección.
Hoy, tenemos unos servicios públicos esenciales (sanidad y educación) con derechos y prestaciones recortados, desnaturalizado su carácter público y su cobertura universal; para justificar estos recortes brutales se utiliza una vez más la crisis y se trata de transmitir a la opinión pública la idea de que son insostenibles, otra mentira más.
Lo que es insostenible hoy, es una política fiscal que sigue permitiendo que el fraude fiscal no sólo sea de enorme cuantía sino que además se legisle una amnistía que causa vergüenza; lo insostenible hoy, es que sigan existiendo privilegios fiscales que permiten que quienes más tienen, paguen cantidades irrisorias en relación a la mayoría de los ciudadanos
Lo que hoy es insostenible es, que ante la escandalosa actuación del Presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial, Sr. Divar, el Ministro de Justicia, Sr. Ruiz Gallardón anuncie que el Gobierno vetará su comparecencia en el Congreso y aún más insostenible es que el Partido del Gobierno se oponga a la creación de una Comisión de Investigación parlamentaria para conocer todo lo ocurrido en Bankia; sobre esto último lo que hasta ahora sabemos es que el agujero es aproximadamente de 24.000 millones de euros, es decir una situación de quiebra que permite poderla llamar la Leman Brothers española.
Al margen de posibles responsabilidades que el regulador (Banco de España) haya tenido en este proceso, lo cierto es que las Administraciones tutelantes de Bankia ( que engloba a Caja Madrid y Bancaja), han sido gobernadas desde hace muchos años por el Partido Popular y fueron ellas quienes nombraron a los responsables gestores de la citada institución financiera; por tanto el Partido Popular con su Presidente a la cabeza no puede eludir su responsabilidad echando como de costumbre balones fuera. Por el volumen y magnitud de Bankia, su quiebra ha terminado por dilapidar la escasa credibilidad que nuestro gobierno aún tenía en el ámbito internacional , la desconfianza hacia nuestro país se ha incrementado de manera notable y la situación ha empeorado sustancialmente. Por todo lo expuesto cabría preguntarse: ¿qué beneficios para España ha supuesto la llegada al Gobierno del Sr. Rajoy y su partido? Ciertamente es difícil encontrar alguno, el gobierno se muestra descentrado e incapaz ante la gravedad de la situación, su tan cacareado plan para salir de la crisis no aparece por ningún lado, su credibilidad en Europa cae día a día y sus decisiones son rectificadas y enmendadas por las instituciones comunitarias, los mercados dan la espalda a su gestión y se muestran muy agresivos con nuestra economía y salvo las manidas referencias a la herencia recibida no hay ninguna actuación del Gobierno que traslade una imagen de solvencia. Estamos ante un Gobierno que utilizando la crisis como excusa, ha conseguido en tiempo record que una gran mayoría de españoles sufran intensamente los efectos de su política regresiva y además no ha tenido ningún resultado positivo en el camino hacia la recuperación económica; un Gobierno que ahora, tras los desastrosos efectos de su brutal política de ajustes, comienza a pedir lastimosamente ayuda a Europa y parece descubrir por fin la necesidad de implementar políticas de crecimiento; un Gobierno al que en términos coloquiales podríamos decir le cae grande el traje de gobernar y que transmite como única esperanza que Europa no dejará caer a España; es decir explicita su incapacidad para sacarnos de la grave situación en que nos encontramos.
Pero a pesar del Gobierno, la sociedad española no puede darse por vencida y tiene que reaccionar para conseguir un futuro mejor para los jóvenes y generaciones futuras; cada uno desde su posición, la sociedad civil se está movilizando para evitar la destrucción de nuestro modelo social planteando propuestas alternativas a las que lleva a cabo el Gobierno. La oposición política debe hacer todo lo necesario para lograr que la política gubernamental sea rectificada, ofreciendo apoyo y consenso al Gobierno en los temas más trascendentales para el país sin renunciar a sus señas de identidad; debe transmitir a la ciudadanía de manera clara que existe otra forma de afrontar la crisis y salir de ella, otra política alternativa que garantice los derechos que tanto costó conseguir, que corrija las enormes desigualdades que la política neoliberal del Gobierno está generando, que alivie la enorme inquietud social que hoy existe y transforme el pesimismo existente en un clima de razonable optimismo.
La exposición pública de una política alternativa y distinta a la gubernamental, es imprescindible para generar esperanza en una ciudadanía cada día más inquieta, más indignada, más escéptica y por tanto menos dispuesta a soportar mentiras, ambigüedades y falsas promesas.