jueves. 25.04.2024

Frente Popular / Front d´Esquerres

Quizá esté todavía muy mediatizado por los resultados electorales en mi ciudad, Barcelona, en mi país, Catalunya y en el estado español. Es posible que no me haya recuperado del golpe, que aún no haya digerido que en mi ciudad se elige por parte de la ciudadanía un alcalde de derechas desde 1929, cuando fue alcalde el Conde Güell.

Quizá esté todavía muy mediatizado por los resultados electorales en mi ciudad, Barcelona, en mi país, Catalunya y en el estado español. Es posible que no me haya recuperado del golpe, que aún no haya digerido que en mi ciudad se elige por parte de la ciudadanía un alcalde de derechas desde 1929, cuando fue alcalde el Conde Güell. Probablemente sienta mucha desazón cuando compruebo que la nueva coalición franquista representada por el PP gobernará la tercera ciudad de Catalunya, Badalona y que en el conjunto del estado se está haciendo con el poder político. Puede ser que no asimile que los fascistas de Plataforma por Catalunya obtengan cerca de los 100 concejales, que los voten en los barrios populares de ciudades como Barcelona, Hospitalet, St.Adriá…ya no están sólo en Vic o Manlleu, en la llamada “Catalunya catalana” (¿existe una Catalunya que no lo sea?). El mensaje procuraré que no me salga de la víscera, y la conclusión, aunque lo parezca, está muy meditada. Hoy más que nunca necesitamos un Front d’Esquerres para llegar a un acuerdo programático y un espacio democrático para oponernos con éxito al fascismo.

Barcelona, la ciudad de acogida, aquella que destrozó Porcioles, la de las mil caras que cantó Serrat, pasará a manos de uno de los de las 100 familias, la Vidal de Llobatera, el Sr. Xavier Trías, el del abrazo a Aznar en 1996 y del pacte del Majestic, que ya preparaba la sucesión del pujolismo hacia la CiU de hoy comprometida con la oligarquía financiera. Los treinta y dos años de gobierno de las izquierdas en la ciudad pueden verse borrados a una celeridad solo comparable al AVE, mediante la política de recortes a todas las ventajas sociales que teníamos. Barcelona y Catalunya serán administradas en este tiempo de crisis por las derechas neoliberales en hegemonía y subordinación a las oligarquías financieras y es muy posible que estemos asistiendo al cambio de ciclo político en el conjunto del estado español. Este es un fenómeno semejante en Europa, donde la gestión del decrecimiento la harán las derechas políticas subordinadas a la oligarquía financiera. Salvo en Eslovenia y Chipre, las derechas gobiernan, los valores conservadores han avanzado, y la crisis entre la sociedad civil y la política está en auge.

No hay causa única que explique la debacle producida, aunque las tendencias que en procesos anteriores se han confirmado. La situación de crisis y su gestión por parte del actual gobierno puede quizá ser la más importante, así como gestiones distintas en los ámbitos, un cierto agotamiento…pero se deben analizar las corrientes de fondo: segmentación de la clase obrera y por tanto no constitución de la misma, cuestionamiento del papel histórico de los sindicatos y sus funciones son quizá una de las corrientes a las que se debe combatir. Desprestigio de la actividad política, y de los responsables mismos, a los que se da la categoría de clase, lo que sin duda es una definición no sólo errónea, sino perversa. Estamos además en una crisis a la que no se vislumbran salidas a corto plazo, ni siquiera desde las esferas de poder económico. Los sucesivos retrocesos sociales no hacen sino comenzar: para los neoliberales más extremos, se debe derribar todo aquello que huela a estado social, o al papel que los poderes públicos deben establecer como redistribución de la riqueza y protección social, para seguir con su proceso de formación bruta de capital. En el terreno de las libertades, aunque parezca lo contrario, se requiere debilitar el papel del estado y de las instituciones democráticas. No importa que las cloacas políticas vayan a cielo abierto, de lo que se trata es de eliminar adversarios.

Lo cierto es que hoy las izquierdas no se perciben como un proyecto alternativo, mientras que la coalición franquista ha obtenido espacios e influencias en el poder político como no había tenido jamás, y la crisis la van a gestionar las derechas en los municipios importantes, en Catalunya y con toda probabilidad en el estado español. Creo que el debate en Catalunya hoy se debe plantear en los términos de Catalunya nación, desde las oportunidades que brindaba el nuevo marco estatutario y a partir de ahí, resolver la crisis, no de manera endogámica, sino en el marco del estado federal, de la España Federal. Existe la necesidad de romper la subordinación del Govern de CiU de la oligarquía financiera y de sus vínculos con la coalición franquista, y a la vez construir la unidad de las izquierdas, en Catalunya y en España.

El peligro de avanzar hacia un nuevo fascismo adaptado a las condiciones del siglo XXI, del cual ya llevamos una década hace necesaria la construcción de un frente democrático que recupere los valores de libertad, igualdad y fraternidad, y a la vez, para ejercer desde una posición de hegemonía política en el sentido gramsciano del término, debemos construir los nuevos frentes populares-fronts d’esquerres del siglo XXI. Algo hemos de aprender de los errores y experiencias del pasado reciente y no tan reciente. Aprendamos del movimiento sindical y de su unidad, sin ella ni se hubiesen frenado las agresiones contra los derechos laborales ni se hubiese conservado casi intacto el poder contractual, pero si no lo acompañamos de procesos de unidad de acción política, no sé cuanto se podrá resistir. Pongámonos todos manos a la obra, frenemos a la coalición franquista, al Govern de la Generalitat y sus recortes y sobre todo, aislemos a la oligarquía financiera del resto de la sociedad.

Frente Popular / Front d´Esquerres
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