viernes. 29.03.2024

Europa: combatir la crisis en las urnas y en la calle

NUEVATRIBUNA.ES - 11.5.2009 La Confederación Europea de Sindicatos (CES) ha lanzado una campaña de movilización europea contra la crisis centrada en la exigencia de que la factura que ésta provoca no la paguen solo los trabajadores cuando el origen de la misma está en los grandes grupos económicos, bancarios particularmente, en la especulación desenfrenada y en las políticas neoliberales.
NUEVATRIBUNA.ES - 11.5.2009

La Confederación Europea de Sindicatos (CES) ha lanzado una campaña de movilización europea contra la crisis centrada en la exigencia de que la factura que ésta provoca no la paguen solo los trabajadores cuando el origen de la misma está en los grandes grupos económicos, bancarios particularmente, en la especulación desenfrenada y en las políticas neoliberales.

En el marco de esta campaña hay convocadas cuatro euromanifestaciones entre el 14 y el 16 de mayo próximos: el día 14 en Madrid (con participación también de sindicalistas portugueses); 15 de mayo en Bruselas; 16 de mayo en Berlín y en Praga.

En los últimos meses se ha recrudecido la protesta laboral en numerosos países, como Bélgica que vivió una huelga general, en Italia donde la CGIL convocó una gigantesca manifestación (a la que asistió el secretario general de CCOO) y también en otros países Francia, Irlanda, Islandia o Letonia. El reciente 1º de Mayo mostró el repunte reivindicativo en muchas manifestaciones que resultaron mucho mas numerosas que en años anteriores: Paris, Madrid, etc.

La CES reclama un nuevo pacto social europeo para frenar el avance del desempleo. Entre las medidas del programa de la CES se destacan estas peticiones:
  • Un vasto programa de relanzamiento para ofrecer mas empleo y de mejor calidad, proteger el empleo en las industrias claves e invertir en nuevas tecnologías y preservar los servicios públicos esenciales.
  • Mejores salarios y mejores pensiones. Protección del poder de compra para estimular las economías.
  • Poner fin a las recientes decisiones de la Corte de Justicia europea que favorecen la libertad de mercado frente a los derechos fundamentales y a la negociación colectiva. Confirmar los objetivos sociales del mercado interior y garantizar la igualdad de trato y de salario para los trabajadores inmigrantes.
  • Una reglamentación eficaz de los mercados financieros y una distribución equitativa de las riquezas. Una Banca central europea vinculada al crecimiento y al pleno empleo y no simplemente a la estabilidad de los precios.

Estas reivindicaciones van dirigidas a los gobiernos nacionales que deben dar respuestas en clave europea, pero también a las instituciones de la UE, y especialmente al nuevo Parlamento Europeo que se constituirá tras las elecciones del 7 de junio y a la nueva Comisión que éste deberá elegir.

Muchas son las voces (entre ellas la muy prestigiosa de Mario Soares) que se han levantado contra el anuncio de algunos gobiernos socialistas (entre ellos el español) de reelegir al conservador Durao Barroso al frente de la Comisión. Durao, en tanto que primer ministro portugués fue el anfitrión de la Cumbre de las Azores, pero mas allá de ese “detalle” ha impulsado, o avalado, desde la Comisión todos los intentos regresivos contra el modelo social europeo de los últimos años. De ahí que, al margen de lo que después impongan los resultados, la izquierda coherentemente debería tener su propio candidato socialista con una alternativa pactada con los otros grupos progresistas.

En los próximos meses se deberá poner fin al bloqueo institucional mediante la entrada en vigor del nuevo Tratado de la UE varado por el No irlandés. Pero el conjunto de la izquierda debería alcanzar ya un mínimo consenso para preparar una batalla política por la reforma de ese Tratado insatisfactorio. Ese consenso, superador de las divergencias expresadas en torno a la fenecida Constitución Europea debe establecerse en torno a un nuevo europeismo crítico. Que combata la deriva liberal de la UE sin caer en posiciones nacionalistas que tanto han favorecido a la derecha euroesceptica.

Hace unos años sería impensable que un primer ministro, como ha hecho Berlusconi, dijera que “no tolerará una Italia multiétnica” (en flagrante contradicción con la Carta de Derechos Fundamentales de la UE) y ello es debido a que la unidad política europea está en retroceso. Tiene razón Vidal Beneyto cuando añora en EL PAÍS (11-05-09) la Confederación europea que propugnaba Mitterrand (y con él y antes que él tantos otros), y debería consecuentemente admitir que el proyecto de Constitución, que el combatió con decenas de artículos, estaba mucho más cerca de ese ideal unitario que el actual Tratado de Lisboa, al cual no le ha dedicado el mismo celo opositor.

La participación masiva en las manifestaciones sindicales y en las votaciones del 7 de junio pueden ser una señal de que la clase trabajadora y la ciudadanía en general pueden frenar el deterioro del modelo social y la espiral del desempleo.

Juan Moreno es Consejero del Comité Económico y Social Europeo.

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