martes. 16.04.2024

Euro: ¿susto o muerte?

El asunto Bankia ha tapado una noticia del día 10 de mayo, y en primera página del International Herald Tribune (edición europea del New York Times), donde un reciente informe de McKinsey revela que la deuda privada no financiera en España asciende ya a un 134% del PIB, una cifra sólo superada a nivel mundial por Irlanda (posiblemente por el efecto sede de multinacionales radicadas en la isla por razones fiscales).

El asunto Bankia ha tapado una noticia del día 10 de mayo, y en primera página del International Herald Tribune (edición europea del New York Times), donde un reciente informe de McKinsey revela que la deuda privada no financiera en España asciende ya a un 134% del PIB, una cifra sólo superada a nivel mundial por Irlanda (posiblemente por el efecto sede de multinacionales radicadas en la isla por razones fiscales).

La deuda pública española, como es bien conocido, sin embargo tan sólo asciende al 70% del PIB, casi la mitad de una economía semejante como la de Italia, con un 120%.

Si se computa la deuda privada íntegra, incluyendo la financiera, la cifra asciende hasta el 363%, acercándose bastante a la de Japón con un 512%. Por lo tanto, y remedando la famosa frase podemos decir: ¡Es la deuda privada, estúpido!

El problema fundamental a medio plazo de España, el verdadero problema que puede dejar en mera anécdota la situación de una parte del sector financiero español es que, obsesionados por la contención de la deuda pública, la falta de crecimiento haga que la deuda privada se haga insoportable, y por ello los activos tóxicos se multipliquen exponencialmente entrando la economía española en su integridad en una especie de "shock anafiláctico".

El problema añadido es que los médicos (Merkel, FMI, UE, etc.) tan sólo piensan en recetar corsés imposibles, dogales. Y no parece, en absoluto, estar dispuesto a proporcionarnos suficiente medicina para salvarnos: cre-ci-mi-ento. Esto si que va a ser una crisis sistémica de verdad si no se cambia el tratamiento. Una situación parecida en Japón generó más de una década perdida de estancamiento y depresión. Para ilustrar esta circunstancia, el IHT hace referencia a la situación delicadísima de ACS, que toma como epítome de la situación española.

En esta encrucijada, tal vez haya que buscar otro médico alternativo que nos proporcione el antídoto que necesitamos urgentemente, aunque haya que cambiar de hospital, es decir de marco de referencia económico. Crecer virtuosamente no es una opción, es la única opción para resolver nuestros gravísimos problemas.

Si no nos dejan endeudarnos para financiar políticas públicas anticíclicas, si no nos dejan acompasar a nuestra situación la magnitud del déficit del Estado, si no podemos abordar las verdaderas reformas estructurales pendientes en vez de las podas salvajes que estamos sufriendo en todos los niveles, si no podemos cambiar austeridad por eficiencia en el gasto, si nuestro querido Banco de España solo sirve para enredar, si no podemos hacer devaluaciones ¿qué narices hacemos en nuestro actual marco de referencia económico, qué hacemos en el Club de Ángela, en el club del Euro?

Por supuesto que la opción tiene elevadísimos riesgos, pero el silencio de los corderos parece mucho peor. Es nadar y nadar para morir en la orilla. Y es mejor irse ahora del Euro (con los poderes fácticos agradecidos y los especuladores afilando el machete) a que te echen tras haberte dejado esquilmado y sin esperanza. Es mejor Reino Unido que Grecia. Es mejor susto que muerte.

Euro: ¿susto o muerte?
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