jueves. 28.03.2024

Eufemismos reales como la vida misma

El enunciado es un oximorón, lo advierto. Una palabra o expresión con que se sustituye a otra más grosera, impertinente, violenta, real o que se considera tabú, y un largo etcétera, es un eufemismo. Es un instrumento que refuerza la doble moral y sirve como atenuador de prejuicios. Lo contrario es llamar a las cosas por su nombre. Banco Malo es un eufemismo y su contrapartida es Banco Estúpido.

El enunciado es un oximorón, lo advierto. Una palabra o expresión con que se sustituye a otra más grosera, impertinente, violenta, real o que se considera tabú, y un largo etcétera, es un eufemismo. Es un instrumento que refuerza la doble moral y sirve como atenuador de prejuicios. Lo contrario es llamar a las cosas por su nombre. Banco Malo es un eufemismo y su contrapartida es Banco Estúpido. La primera denominación no se sabe a qué obedece. La segunda a que es una entidad destinada a quedarse con lo que nadie quiere, con lo que ha sido causa de ruina en la entidad que se deshace de él, que no es posible creer que se le puede endosar a nadie, ni ahora ni después y que el Gobierno del PP dice que no va a perder dinero y que no le va a costar ni un euro al contribuyente, pero que nadie cree, piensa, ni especula que eso sea posible.

¡Nos han mentido tanto!, que ¿por qué ahora va a ser diferente? Rajoy ha sintetizado artísticamente, en un enunciado, la catadura moral de su propuesta: “La realidad me ha impedido cumplir con mi programa electoral” Es decir, ni conocía la realidad, o el programa no se ajustaba a ella, o no quiso ajustarse, o lo que es peor, el programa no era real o había más de uno. Todo el programa del PP resulta ser un eufemismo. Por encima de que mientan, no son de fiar. Porque una cosa es el enunciado y otra son las consecuencias. ¿Quién puede invertir en un Banco como el diseñado, que no sea público? Solamente aquél que piense que las ayudas públicas compensan el riesgo. Y el nivel de ayuda pública es de tal naturaleza que no es previsible la capacidad de generar beneficios. Tiene que vender el lastre, nada pequeño, acumulado en las entidades financieras y se toma como 10 o 15 años para liquidarlo. Pretende que el Estado aporte un 50% e inversores privados (con incentivos públicos), incluyendo al Fondo de Garantía de depósitos (¡ojo que si hay más problemas en otros Bancos veremos quién garantiza recuperar algo!).

La simpleza y vacuidad de los enunciados con los que se nos gobierna tienen nivel estratosférico. Hay que seguir recomendando el video que funciona en youtube, sobre las razones que argüía Esperanza Aguirre, para justificar lo terrorífico que resultaba la ligerísima subida del IVA del Gobierno de Zapatero. Vale absolutamente todo, como diría el PP, en este momento. Todas las irremediables desgracias que nos sobrevendrían están de actualidad con la subida del IVA del PP. ¿Qué es eufemismo en este caso, lo anterior o lo actual? Estamos ante una debacle. ¿Nadie hace valer que en Portugal, la reciente subida del IVA al 23 (aquí no se han andado con chiquitas) no ha supuesto un aumento de la recaudación? Si llegamos a constatar tal circunstancia aquí, ¿Qué haremos entonces? ¿Seremos objeto de otro recorte más? o ¿lo llamarán Reestructuración o Plan de garantía de los recursos ciudadanos? Seguro que nos intentan vender que debido a nuestra falta de sentido moral de la fiscalidad, se han visto obligados a proceder a una regularización de activos fiscales, vía estabilización de los sueldos de los funcionarios, por ejemplo. Claro, que esto tiene que ir precedido por una incriminación que contemple la falta de dignidad laboral de los funcionarios, el exceso salarial y vacacional y una moral aberrante que obliga al Gobierno a reconducir y regularizar los activos descontrolados. Es la marca de la casa.

El problema de los eufemismos es que, al final, todo se sabe. A estas alturas los ciudadanos de este país, sabemos lo que el PP da de si, sus capacidades, sus potencialidades, sus dioses, sus desprecios. Es muy posible que alguien de sus filas se lo barrunte, de no ser así, poca explicación tendrían unas elecciones en Galicia y País Vasco, adelantadas al 21 de octubre, que no sean consecuencia de intereses electorales privilegiados bastardamente, como ya hiciera Rajoy al retrasar los recortes para que pasaran las elecciones andaluzas. ¡Ya le salió mal! En el País Vasco, el PP ha abandonado el gobierno, para obligar las elecciones y en Galicia las han adelantado. Hasta desde fuera de España se lo han afeado: “Rajoy privilegia sus intereses partidarios sobre los generales del país”. Esto, más que eufemismos, son actuaciones bastardas. La desgracia para los ciudadanos es que somos los paganos, eso si que no es eufemismo, eso es real, como la vida misma.

Eufemismos reales como la vida misma
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