viernes. 26.04.2024

Esperando las trompetas del juicio... andaluz

Esta empezando un momento crítico en el que de manera mayoritaria se espera que se produzcan iniciativas que avancen de manera sustancial en el desmantelamiento del sistema sanitario público. La previsión es relativamente fácil de hacer, nos han vendido que tenemos un déficit desbocado, especialmente en las comunidades autónomas y que en nombre del mismo hay que hacer recortes drásticos.

Esta empezando un momento crítico en el que de manera mayoritaria se espera que se produzcan iniciativas que avancen de manera sustancial en el desmantelamiento del sistema sanitario público. La previsión es relativamente fácil de hacer, nos han vendido que tenemos un déficit desbocado, especialmente en las comunidades autónomas y que en nombre del mismo hay que hacer recortes drásticos. Y como deben ser sobre todo recortes en las comunidades autónomas el primer servicio que peligra es la salud, pues es bien conocido que el gasto sanitario se sitúa entre el 30-40% del autonómico, y como es el de mayor cuantía es también el que parece mas fácil y fructífero recortar.

Sin embargo la realidad no tiene mucho que ver con las apariencias. Recortar en un servicio básico es diminuir los derechos de las personas, y en el caso de la Sanidad, además poner en peligro su salud. Si necesariamente hay que hacer recortes, lo que no esta tan claro, habría que valorar cuales son los gastos sustanciales y cuales los accesorios y hacerlo en estos últimos. Algunos ejemplos: gastarse 8.000 millones euros al año en subvenciones a la iglesia católica, solo será importante para los creyentes, los que, por otro lado, pueden si es que quieren, sostenerla con sus aportaciones personales, y no parece lógico que se usen para ello fondos de toda la población en un estado laico y que mayoritariamente no es practicante. Otra cuestión evidente que podríamos ahorrarnos es el ingente gasto de la guerra de Afganistan, donde se esta tirando dinero y vidas sin resultados aparentes. Fiestas nacionales y regionales, aeropuertos subvencionados que casi nadie usa y un largo etc de dispendios pueden colocarse en la misma lista de lo claramente prescindible.

Como se ha señalado podrían hacerse muchas medidas de ahorro en temas no cruciales sin tocar el gasto sanitario, como incluso podrían ahorrarse en Sanidad algunas partidas cuya utilidad no esta justificada. Se trataría de racionalizar el gasto sanitaria y en esta tarea hay 2 partidas donde podrían producirse importantes ahorros: El gasto farmacéutico que en España sigue siendo muy elevado y que no se ha reducido, a pesar de la propaganda de Farmaindustria (ha habido una disminución del gasto en recetas, pero no así del hospitalario que continua incrementándose), de manera que si el gasto farmacéutico español fuera el del promedio de países de la OCDE se gastarían 5.000 millones euros menos al año; la otra partida es la sobreutilización tecnológica que supone que alrededor del 30% de la tecnología se usa inapropiadamente. Con solo conseguir el control de ambos aspectos se aseguraría la sostenibilidad del sistema sanitario públicos sin hacer recortes, siempre y cuando se paralizaran a la vez las privatizaciones que suponen un sobrecoste de 7-8 veces sobre las alternativas públicas.

Esta es la vía razonable para avanzar, mejorar la eficiencia del gasto sin alterar la calidad y sin crear barreras en el acceso a los servicios sanitarios (copagos). Ahora bien, es una vía que ataca los intereses de la industria farmacéutica, de las multinacionales de la tecnología y de algunos políticos que tienen intereses en el entramado empresarial que se lucra con las privatizaciones.

Las elecciones andaluzas, también las asturianas, aunque estas en menor medida, van a ser decisivas en lo que va a pasar con la Sanidad, si gana el PP es obvio que se pondrá el acelerador en las privatizaciones, en el recorte y deterioro del sistema sanitario público y que se generalizaran los copagos (ya establecidos en Cataluña con el apoyo vergonzante del PP), y solo si no consigue sus objetivos electorales tendrá que repensarse sus estrategia.

Por supuesto no se trata solo de esperar los resultados electorales en ambas comunidades autónomas, por importantes que estos sean, sino que hay que organizarse para poder defender la Sanidad Pública con la intensidad y en el momento en que se produzcan las agresiones.

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