miércoles. 24.04.2024

El espejo BCNWorld

El acuerdo entre Mas y Navarro, entre CiU y PSC, para modificar la legislación fiscal al servicio de una empresa...

El acuerdo entre Mas y Navarro, entre CiU y PSC, para modificar la legislación fiscal al servicio de una empresa, sólo tiene una virtud: nos pone frente al espejo y nos enseña lo peor de la política catalana.

Este tipo de proyectos viven de la necesidad de los gobiernos de generar en la ciudadanía la esperanza de trabajo, en un entorno social muy degradado por un paro grave y crónico

Estamos ante un proyecto, aún por concretar, que salió de la chistera de Mas para ocultar la derrota frente la Comunidad de Madrid en una vergonzosa carrera para ver quién se arrodillaba más ante el mafioso Adelson. Una victoria sobre la mafia en la que fue clave la movilización social contra Eurovegas de la ciudadanía del Baix Llobregat.

Este tipo de proyectos viven de la necesidad de los gobiernos de generar en la ciudadanía la esperanza de trabajo, en un entorno social muy degradado por un paro grave y crónico, y son propicios a la manipulación de los intereses y los sentimientos de la ciudadanía. Todavía recuerdo el acoso al que fue sometido Lluís Tejedor, alcalde de El Prat, para hablar claro y no claudicar ante el populismo peronista de los defensores de Eurovegas. Una práctica que algunos quieren repetir con los representantes de ICV en Tarragona, por atreverse a discrepar.

Como ocurre en estos casos, el gran argumento suele ser la promesa de creación de empleo, que, en muchas ocasiones, o no se concreta o se concreta en unas dimensiones que nada tienen que ver con las promesas hechas, mientras las contrapartidas de la sociedad siempre se pagan por adelantado.

De momento, lo que es seguro es que La Caixa consigue la recalificación urbanística de sus terrenos, sea cual sea el futuro del proyecto y su dimensión. Ya tenemos, pues, alguien que ya ha ganado: La Caixa.

A continuación tenemos una rebaja de las tasas del Juego del 55% al 10% en el futuro casino y, obviamente, para el resto de casinos instalados en Cataluña. Y ya han surgido voces que piden la ampliación de esta rebaja a otras modalidades del juego. Esta decisión ayuda muy poco a crear conciencia de la necesidad de un sistema fiscal más justo. Y envía un mensaje peligroso en pleno debate sobre la Reforma Fiscal en España, que estoy seguro de que el PP utilizará contra el PSOE .

Este acuerdo nos ofrece la posibilidad de reflexionar y debatir sobre qué país queremos que sea Cataluña.

El turismo es una industria clave para Cataluña y debe formar parte de una estructura económica equilibrada. Pero deberíamos tener claro que no nos interesa cualquier turismo. En la relación entre ventajas y costes, debemos tener presentes las experiencias anteriores. Las positivas de un turismo cultural y respetuoso con el entorno, desestacionalizado. Y las negativas por sus impactos de "turismo de borrachera", concentrado en un periodo breve del año.

Tarragona dispone de uno de los clústers más dinámicos de toda España, el de la industria química. Es en esta dirección y en su reindustrialización en la que se debería trabajar

No creo que ni en Tarragona ni en Cataluña nos interese atraer a los riesgos de la ludopatía. El precio que se puede terminar pagando, especialmente en el entorno próximo, puede ser muy superior a los teóricos ventajas. Tarragona dispone de uno de los clústers más dinámicos de toda España, el de la industria química. Es en esta dirección y en su reindustrialización en la que se debería trabajar. Y recordar qué ocurre cuando, como en el caso de la burbuja urbanística, los recursos privados y públicos se dirigen a incentivar un capitalismo especulativo.

Una segunda reflexión que nos debemos hacer como país es para qué queremos más autogobierno. ¿Queremos utilizarlo para hacer un país fiscalmente más justo o bien para hacer dumping fiscal y participar en una carrera para ver quién se somete más y más rápido al capitalismo "de casino", en este caso en su sentido literal?

Tampoco deberíamos olvidar la vergonzosa relación que en las últimas tres décadas se ha establecido en Cataluña entre propietarios de casinos y Gobierno catalán en las etapas de CiU. Una relación corrosiva para la ética pública. Lo saben muy bien los trabajadores de los casinos, por su indefensión ante unas empresas que han contado con la connivencia del Gobierno por incumplir todas las leyes. Y eso sin entrar en el terreno pantanoso de las fuentes de financiación de algunos partidos.

Sinceramente, en la operación hay, desde una perspectiva pública, más riesgos que oportunidades. Y lo que es seguro es que, de momento, las contrapartidas son públicas -es decir, de todo - y las ganancias, privadas.

No me atrevo a entrar en las razones que ha tenido la dirección del PSC para firmar este acuerdo. Es cierto que siempre estuvieron a favor de Eurovegas, aunque el Baix lo decían con la boca pequeña y en otros lugares había oposición. Pero, sinceramente, no sé ver la lógica de este acuerdo. Ni desde la perspectiva de país, ni desde la de partido, que seguro que la tiene .

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