viernes. 19.04.2024

Enterrar a los muertos

NUEVATRIBUNA.ES - 26.4.2010...con un manifiesto supuestamente antisectario y antimaniqueo que lejos de alcanzar lo primero supera en cotas inimaginables de lo contrario a lo segundo. Voces y susurros habrá que "expliquen" con evidente mala uva el porqué de las heréticas opiniones actuales del antiguo Secretario General de la FSM (socialistas madrileños) y ex presidente de la Comunidad de Madrid.
NUEVATRIBUNA.ES - 26.4.2010

...con un manifiesto supuestamente antisectario y antimaniqueo que lejos de alcanzar lo primero supera en cotas inimaginables de lo contrario a lo segundo. Voces y susurros habrá que "expliquen" con evidente mala uva el porqué de las heréticas opiniones actuales del antiguo Secretario General de la FSM (socialistas madrileños) y ex presidente de la Comunidad de Madrid. Yo, que le aprecio en vida, me limito a discrepar de lo fundamental de sus mensajes y contramensajes en la Cuarta Página del Olimpo Paisino, al que muy escasos mortales pueden acceder y espero humildemente que no me otorgue título de sectario por ello. Yo tampoco le voy a calificar de oportunista por lanzarse a tumba abierta contra los infieles justo el día de autos porque, conociéndole personalmente poco, pero sí sabiendo de él lo suficiente, estoy en condiciones de afirmar que el Sr. Leguina es así "motu propio". 
 
Al tajo: Mensaje número uno sobre la Ley de Amnistía de 1977. Tengo una coincidencia casi plena con Don Joaquín en los asertos de su primer párrafo. En efecto, no se puede descontextualizar lo vivido en ese proceso histórico -el de la transición- e invalidar con ello uno de sus principales logros: consolidar un paso esencial para la "reconciliación nacional" que superara la división trágica de la Guerra Civil en España. Esa política (la de la reconciliación nacional) fue por cierto uno de los ejes de la estrategia del Partido Comunista de España desde los años 60 del siglo pasado. Algunos de los dirigentes de ese partido que continúan siéndolo y han protagonizado numerosas presencias mediáticas en estos días de agobio judicial no deberían olvidar que "instruyeron" en esas ideas a no pocos jóvenes demócratas y antifranquistas que poblaron sus filas en esas décadas. Líder carismática de esa política fue también Dolores Ibarruri (Pasionaria para todos) junto al entonces indiscutible líder Don Santiago Carrillo. Se supone que La Junta Democrática de España, instrumento para la transición creada a instancias de ese partido, era la expresión material de esa estrategia diseñada para el reencuentro democrático de los españoles en torno a la paz civil y superando los efectos de la guerra. Aún estábamos en el pasado siglo.

Por ello y muchas más cosas, el dolor contenido de las víctimas y sus descendientes directos es muy anterior a la transición. Incluso cuando todavía olía la sangre y las cárceles estaban repletas de defensores de la democracia y la constitución los vencidos iniciaron el terrible camino de digerir las consecuencias de la derrota injusta de la democracia y la libertad. Los que de veras no se acobardaron y derrocharon mucha más generosidad que los "padres de la patria constituyentes" fueron precisamente aquellos que se tragaron sus muertos, presos, expolios, exilios y destierros y aceptaron sin mucho ruido y con mucha bilis lo que los partidos de la transición pudieron ofrecer al servicio de la convivencia. Y fue lo que fue. Un acuerdo político de mínimos y máximos como todo pacto entre partes y, casi, sólo casi, entre iguales. 
 
Pero a continuación, Don Joaquín, se arranca por bulerías instruyéndonos en su nueva faceta de experto en derecho penal internacional y casi sin solución de continuidad, después de atizarnos con un Convenio de las Naciones Unidas y un juicio de valor personal como si de conclusiones científico jurídicas se tratase, nos remata: "en cualquier caso, ha quedado bien claro que en los dos bandos se practico una enfurecida "limpieza étnica". " ¿En que parte de su argumentación ha quedado claro eso? La "teoría de los dos bandos"... ¿es una novedad o es el subconsciente generacional colectivo de años de propaganda franquista el que se manifiesta? Rojos y Nacionales... ¿Una vez más? ¿Son estas ideas sectarias o son sólo manipulaciones maniqueas?
 
¿Hay que contextualizar? Hagámoslo. Ya me dirán donde queda el Derecho Internacional Público del antes y el después de la Guerra civil española. ¿Cuál de antes? ¿El de la Sociedad de Naciones que permitió el desabastecimiento armamentístico de una República democrática  y constitucional y se ausentaba del suministrado a los militares golpistas aceptando la intervención directa de las potencias extranjeras de la Italia fascista y la Alemania Nazi en el suelo español? Claro que entonces Esos estados fascistas no eran libros de historia, eran realidades políticas, tenían influencias, embajadas y gobiernos colaboradores, temerosos o sojuzgados que luego, devinieron (incluso algunos como ese gran país de la libertad que es Francia) en colaboracionistas. Tenían poder, presión, propaganda, ejércitos modernos y dinero. Por ello intervenían impunemente pisoteando todo derecho para matar y asesinar a mansalva. 
 
Y después, cuando advino al mundo la victoria de la Libertad y la Democracia... ¿El Derecho Internacional al que se refiere el Sr. Leguina para minimizar su eficacia porque ni esta ratificado por España, ni Estados Unidos ni otros países "importantes" de la Unión Europea...? ¿No estaba condicionado por los repartos del planeta realizado por los nuevos amos del mundo en Yalta (rusos, Ingleses Y Americanos del norte); por sus guerras frías y calientes; por las políticas de estado; por los intereses en juego? Con un dictador General Franco y un presidente de los Estados Unidos, a la sazón general, Eisenhower compartiendo ideas del "mundo libre" con un avión en Barajas al fondo, y todas las más sangrientas dictaduras de la América de habla española haciendo de palmeros... ¿Cuantos muertos, cuantos crímenes contra la humanidad al amparo esa política de intereses de estado a nivel internacional? ¿Con qué derecho? ¿Con qué justicia aplicable? 
 
Luego cayeron los muros y ninguna de esas ausencias de ratificación fueron obstáculo para instar y aplaudir los justos procesos judiciales por los crímenes de estado cometidos contra los seres humanos en Alemania del Este, en Polonia, en Checoslovaquia, en Rumania... Mire por donde en Rusia no, Don Joaquín, y resulta que media KGB (policía política de la antigua URSS), si no toda, es la que parte el bacalao en la nueva Rusia liberal y capitalista empezando por el ex Presidente Yeltsin y acabando por el actual Putin. Son los derechos del que gana, y habitualmente es el único derecho aplicable materialmente. ¿O no?
 
Descontextualizado todo lo anterior, y mucho más que interese para deshuesar la historia, puede colar la simplificación de que aquí hubo "dos bandos" que se dedicaron a matarse por deporte y por lo bestias que históricamente somos los españoles ¿Recuerda usted esa parte añadida de la propaganda franquista? ¿Cuantas veces  hemos oído en radio, sufrido en la televisión única, grande y libre, visionado en el NODO y leído en la prensa censurada y oficial esos argumentos de los dos bandos que se liaron a tiros sin ton ni son? Gentes ignorantes y brutales que se mataban los unos a los otros siendo de la misma etnia. ¿Qué estupidez es esa de la impieza étnica? Ni para entendernos vale.
 
Según el Mensaje segundo de Don Joaquín la gente se mataba por animadversión al oficio o al beneficio: nos cita el ser cura, ser militar, ser noble, ser rico, ser de derechas, ser sindicalista, ser republicano, ser socialista y ser comunista. Faltan algunas categorías importantes como ser fascistas, anarquistas, maestros liberales o masones. También escasean algunas precisiones y adjetivos: por ejemplo ser militar leal a la constitución republicana asesinado por militares rebeldes vale por ser militar para los dos bandos: Si incluimos a los trotskistas también pueden ser matados por dos vías de fuego y si empezamos por esa resbaladiza pendiente llegaremos a conclusiones Marxistas (de Groucho) en que va a ser difícil discernir entre la parte contratante de la primera parte y la segunda.
 
Conclusión fácil: Como ya todos están muertos a todos debe honrarse en un esfuerzo magnánimo y cristiano de poner mejilla y cama. Todo ello muy centrado en el horror de las retaguardias como si en las vanguardias existiese un horror limpio y menos espantoso. Como si el origen, causa o fundamento del conflicto no existiese o no hubiera existido jamás... Como si no estuviese presente en la historia escrita y científicamente comprobada que existió el dolo, la organización para delinquir, la conspiración, la financiación, la complicidad internacional y la planificación para ejecutar un golpe de estado que devino en un enorme horror colectivo y en una espantosa guerra civil... Como si los intereses de casta o clase no estuviesen presentes en el antes, en el durante y en el después de aquel desastre que condujo a España a la mayor pobreza intelectual, material y social en décadas. Como si tuviésemos que ser tan escasos de memoria para no recordarlo y con ello evitarlo en el futuro: Decir todos ¡Nunca más! no es decir ¡Aquí no ha pasado nada! Los muertos de un "bando" ya se honran solos en las cunetas... Los otros ya son historia ¿Para qué remover aquél dolor?
 
Lo del mensaje número tres Don Joaquín es de los que entran el categoría alta de la historia del maniqueísmo. Sacar de todo el contexto un presunto o seguro caso de corrupción criminal y asesina para justificar la negación de la única gloria que puede otorgarse a los vencidos que fueron objeto de tanto sufrimiento es sencillamente deplorable. ¿Qué carajo importa que un repugnante pistolero llamado García Atadell no merezca tal título? ¿Cuantos habría más en una situación tan espeluznante como aquella? Probablemente no pocos y aunque fuera solo uno nada lo  justifica. Pero las diferencias de tratamiento según que “bando” nos la cuenta el propio Sr. Leguina  <> para más adelante sugerir que huído el criminal a Marsella y haciendo escala el barco en zona controlada por “bando nacional” un posible “aviso” procedente del “bando republicano” propicio su detención y ajusticiamiento posterior. Que esté o no en una fosa común importa bien poco… Porque esta vez la justicia. Sí, la justicia. Alcanzó al delincuente. Y nadie, en circunstancias como aquellas, parece que reclamase otra cosa que el garrote. Y fue el Gobierno republicano quien inició la persecución del delito a uno de los “suyos” ¡En plena guerra civil!
 
Y bien ¿Me puede contar el Sr. Leguina o alguien informado al respecto qué otro comportamiento similar es comparable en “otro bando”? ¿Qué Ministro o General? ¿Qué autoridad militar o civil competente en la España franquista tuvo una actitud decidida para parar los desmanes? No la hubo. Como dice tan pomposamente Don Joaquín ¿Es sectaria esta afirmación y por ello debe ser negada? ¿La verdad debe ser negada por ser tan palmaria? La evidencia es que la acción-reacción de los bandos en contienda ni era equilibrada ni puede ser comparada. O no debería.  En la España republicana seguían funcionando las instituciones democráticas del estado con las enormes limitaciones de una guerra provocada por un golpe militar y el consiguiente descontrol que propició vandalismos e incrementaron el horror dentro del horror. Pero en la banda rebelde y golpista que inició la guerra civil el crimen, el asesinato y la represión fue organizada e instada desde el vértice del poder, desde su propio caudillo y “jefe del estado” y fue continuada intensamente tras el supuesto fin de “las operaciones militares”. 113.000 osamentas en cunetas carreteras y fosas comunes atestiguan eso. Los archivos petinenciarios de la época lo aumentan y esos son documentos oficiales y no ideas maniqueas. Pueden ser objeto de revisión estadística si a Don Joaquín le parece y él puede hacerlo con conocimiento de causa. Pero ahí están guste o no. Tal vez por ello hay quien no quiere que se desentierren con honor. Ni ese escaso acto de piedad y contrición tan cristiana están dispuestos a otorgar los herederos de aquel poder
 
Y cuarto mensaje, que más parece un cuarto de espadas a la derecha reaccionaria española, dicho esto con todos los respetos. ¿De qué derecha hablamos? Sin duda que nada tienen que ver los votantes de los partidos democráticos de la derecha española que por cierto no están en un solo partido. Porque además del Partido Popular, está el Partido nacionalista Vasco, Convergencia y tantos otros partidos que en su día configuraron el mosaico de la derecha y el centro político en épocas de dictaduras menos cruentas y en escasos periodos democráticos incluidos los republicanos. Larga es la historia política de España para simplificarla tanto. En muchos de esos partidos –de derechas- no puede hacerse dicotomías entre votantes y dirigentes. En esos espacios de la derecha hay partidos inequívocamente democráticos. En ambos espacios hay demócratas y en ambos las tendencias sectarias, maniqueas y radicales existen. Como en la izquierda española. Tan tontos no somos, Don Joaquín, y no nos hacen falta tantos docentes para describir lo obvio.
 
Pero no es esa “derecha” de la que se habla cuando se acusa a parte de la dirigencia y, por qué no, también a un porcentaje nada despreciable de los votantes del Partido Popular de no haber aprovechado este dilatado periodo democrático para liquidar sus herencias con el pasado realizando el correspondiente cuaderno particional. Es seguro que la izquierda democrática española deba confeccionar también el suyo, pero no es de eso de lo que se trata ahora a no ser que cosechemos un nuevo maniqueísmo. Lo que está al orden del día es lo que desde un poder del estado -el judicial- ha puesto encima de la mesa en un ejercicio de metedura de pata propio de esa derecha ultraconservadora, nostálgica de viejos ejercicios de poder y resistente en forma numantina al entierro ordenado de unos huesos, a la justa reparación de unos recuerdos y al ejercicio del honor que les corresponden. Y si nos manifestamos contra eso, ejerciendo un derecho constitucional que por ley nos ampara, una presidenta de una institución tan importante como la que le Sr. Leguina presidió nos llama “carcamales” y el no menos trascendente líder de la oposición, Sr. Rajoy, llamado objetivamente a gobernar un día el país, nos acusa de “insoportable violencia antidemocrática”. Después de haberse manifestado reiteradamente contra una Ley de Memoria, que hubiese con su impulso superado aquel ciclo trágico y desde luego hubiese evitado la presente situación. ¿Quién tiene problemas con su propia historia, Don Joaquín?
 
¿Y qué culpa tenemos nosotros de que el partido de la derecha más importante del Estado Español todavía nos se atreva a encabezar, vehiculizar y asumir la herencia histórica de los demócratas españoles que lucharon y murieron por la libertad en España y en Europa? Peor que la propaganda sectaria es la confusión que provocan sus conclusiones, que irritan a muchos y no contentan a nadie. Debería pensarlo con todo el “rigor intelectual” que siempre le ha caracterizado, porque somos muchos los que coincidimos en que la izquierda no puede ser la expresión de una aversión y que si hay un futuro para un hipotético estado republicano y democrático duradero sólo se podrá hacer con la derecha española o no será. Pero ese es ya otro cantar
 
Entre tanto, mejor será dejar las cosas donde estaban ¿no le parece Don Joaquín? y no hacer incursiones simplistas y provocadoras en el mundo del derecho sea penal o internacional (tan resbaladizo o más que la política) ni en la tragedia española de la guerra civil del pasado siglo. De lo contrario nuestras “grandes alamedas” ¿recuerda usted Don Joaquín?, estarán llenas de cunetas repletas de cadáveres políticos vivos que no resistirán ni el paso ni el peso de la historia. Enterrémosles a todos. Si es posible…
 
El Señor de Fouquet
 
 

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