viernes. 19.04.2024

El rancio neoconservadurismo del Partido Popular de Rajoy

El lingüista italiano Raffaele  Simone, hace una descripción de Rajoy que me parece muy ajustada a su perfil, dice “Es un tipo descolorido, muy poco articulado y sobre todo, con fuertes tentaciones reaccionarias. Las reformas, que ha emprendido, me parecen extremadamente discriminatorias.  Para recuperar las finanzas, su gobierno tiene que poner los impuestos a  los grandes patrimonios, no  a la gente normal”.

El lingüista italiano Raffaele  Simone, hace una descripción de Rajoy que me parece muy ajustada a su perfil, dice “Es un tipo descolorido, muy poco articulado y sobre todo, con fuertes tentaciones reaccionarias. Las reformas, que ha emprendido, me parecen extremadamente discriminatorias.  Para recuperar las finanzas, su gobierno tiene que poner los impuestos a  los grandes patrimonios, no  a la gente normal”.

No han pasado ni cincuenta días y lo más rancio del conservadurismo ya empieza a ser plasmado en el Boletín Oficial del Estado.  Me fijaré sólo en algunos  puntos ya desarrollados.

El ministro de Educación, José Ignacio Wert, ha vuelto a dar una muestra más de que  la educación es irrelevante para la vida del país, al copiar lo que le dice el extremismo de la FAES de Aznar, y la conferencia episcopal. Le educación es un ámbito donde los poderes eclesiásticos más están batallando ideológicamente. Hoy, el sistema educativo español está dirigido por organizaciones tan extremistas como los kikos, el Opus Dei, los Legionarios de Cristo…. Es el enésimo ministro de Educación que plantea reformas educativas sin saber lo que realmente plantea, salvo porque se lo dictan, haciendo pura y dura ideología, donde la educación solo sirve para defender su dominio de clase.

Muchos estamos hartos de decir, que este país necesita un consenso generalizado en educación, con un proyecto claro y duradero y que vaya acompañado de la financiación correspondiente. Nos propone el cambio de 4º de la ESO, por un año más de Bachillerato. Si éste y otros personajillos preguntaran a los docentes, dejarían de hacer tantas tonterías. Si el problema educativo del país es Educación para la Ciudadanía, para esto sobra el ministerio de Educación. Wert usa una argumentación para desacreditarla, que produce sonrojo. Aquí el único sistema de adoctrinamiento existente en educación son “los idearios de centro” de la privada  y esos Wert no los toca.

Por otro lado, José Miguel Soria, ministro de Industria, ha alargado la nuclear de Garoña. Esta central cumplió 40 años de funcionamiento en 2011, que es para lo que estaba diseñada. Tenía permiso de funcionamiento hasta el año 2013, y llega el tal Soria y la alarga hasta 2019, el negocio es el negocio. Garoña es conocida como la central de las mil grietas, con una tecnología absolutamente obsoleta, que en caso de incidente nuclear serio no tendría agua suficiente, porque el río Ebro no tiene caudal para ello. A pesar de todas estas graves carencias, se le alarga la vida útil. En el tema de las nucleares no sigue a su admirada Merkel, sino que defiende los intereses de Iberdrola y Endesa.

En nombre de la modernidad, se hace una moratoria a las energías renovables, donde somos una potencia industrial importante y nos volvemos al obsoleto carbón, para así seguir incumpliendo el tratado de Kyoto y como consecuencia paralizar la producción en energías renovables, impidiendo seguir invirtiendo en el I+D+I en estas energías.   Para el PP lo único importante es la cuenta de resultados de Iberdrola y la italiana Endesa.

El ministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete, conocido por su incompetencia, lo cual queda reflejada en su última intervención en el Parlamento donde se demostró que no sabe leer y debe aprender a vocalizar. Ya fue ministro con Aznar y fue el que dijo “que el trasvase del Ebro se hacia por cojones”.

Ahora nos amenaza nuevamente con dos temas, por un lado, con resucitar un nuevo Plan Hidrológico Nacional, es decir volver a las andadas de un trasvase del Ebro, con dos lemas demagógicos “agua para todos” y “solidaridad hídrica entre regiones”.   Amenaza a las regiones, que discrepen con él, con no hacerles ninguna obra, es decir ya vuelve el testicular  Cañete.

Su segunda propuesta es hacer una profunda revisión de la ley de costas, con la intención de favorecer nuevamente el ladrillo especulativo costero como forma de desarrollo, después de sufrir el desastre de nuestras costas, siendo esto  censurado por la  muy conservadora Unión Europea, que lo califica de desastre. Nos propone profundizar en el caos actual sin cuidar mínimamente los criterios medioambientales, todo ello con los calificativos de progresista y avanzado.

El ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, al que se le calificaba de moderado, nos sale con una modificación de la ley del aborto, que nos retrae a 1985, con una indefensión de mujeres y médicos de lo más injusto, y encima se descuelga diciendo que es lo más progresista que ha hecho. Plantea una justicia a dos velocidades, la de los ricos que se la pueden pagar y la de los pobres, que nunca irán por no podérsela pagar. En consecuencia podemos decir que será el ministro de la Justicia injusticiada.

En la misma línea, va la renovación del poder Judicial. Ruiz Gallardón pasará como el ministro que se cargo una justicia independiente y para todos, en beneficio y lucro de unos pocos.

Siguiendo la misma estela, va la ministra de Sanidad, Ana Mato, dificultando el empleo de la píldora del día después o con los proyectos de privatización de la sanidad, deteriorando la  pública  por medio de recortes y conciertos con las entidades privadas.

Dos son las características del gobierno de Rajoy, por una parte está formado por hombres provenientes de la tecnocracia neoliberal bancaria como Guindos, Morenes (empresario de armas) y por otro lado, el llamado clericalismo ultraconservador de grupos como el Opus Dei, los kikos , legionarios de Cristo…

Si vamos a los segundos escalones de la administración, se ve muy claro este predominio. La derecha hace el discurso de que la ideología es una antigualla a eliminar y que todo debe hacerse con sentido común. El error de la izquierda, es que se lo ha creído, pero en realidad lo que vemos es que el gobierno de Rajoy es de una ideología neoconservadora y nos está volviendo a imponer su modelo pacato y rancio de la caridad cristiana propio del siglo XIX.

El rancio neoconservadurismo del Partido Popular de Rajoy
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