En una entrevista en "Catalunya Informació" he declarado que CiU utiliza la propuesta de Pacto Fiscal como tapadera de los "negocios clandestinos" con el PP y he pedido que las fuerzas de izquierda catalana no le faciliten a CiU la operación de tapar sus vergüenzas.
Como quiera que estas declaraciones han sido calificadas de poco nivel intelectual, he pensado que podría hacer el esfuerzo de intentar explicar y justificar el porqué de esta afirmación política.
Durante la campaña CiU hizo de la propuesta de Pacto Fiscal uno de sus emblemas y de las razones para votar sus candidaturas. El Gobierno de CiU ha construido toda su estrategia política sobre dos afirmaciones. Las dificultades presupuestarias tienen dos causas: el déficit de financiación de Cataluña y la supuesta mala gestión de los tripartito. Con esta verdad absoluta CiU esconde que además de los problemas derivados del modelo de financiación, la principal causa de la falta de recursos del Gobierno catalán se debe a la caída de ingresos, provocada a partes iguales por la crisis económica y por las reformas fiscales acordadas durante la década mágica. Unas bajadas fiscales que CiU ha pactado, cuando no impulsado, primero con el PP y después con el PSOE. Una bajada de la fiscalidad a los poderosos que al reducir la capacidad fiscal de todas las administraciones públicas han acabado afectando negativamente a las comunidades autónomas y también en Cataluña.
Durante la campaña CiU pidió el voto para ser decisivos en España. Pero la realidad actual es exactamente la contraria. CiU no es determinante en España, con la mayoría absoluta del PP, y en cambio el PP es determinante en Cataluña con un Gobierno de CiU de mayoría relativa y que necesita apoyos para aprobar presupuestos o gobernar.
Y es en este escenario donde CiU pone en marcha una estrategia para que la ciudadana de Cataluña y los demás partidos políticos le acompañamos en su estrategia esquizofrénica. De un lado pactar con el PP las políticas en Cataluña y en España y de otra pactar "frentes catalanes", o "declaraciones" con el resto de partidos o con las organizaciones de la sociedad civil. Y es este comportamiento político al que he calificado en las declaraciones a CatInfo de tapadera por los acuerdos con el PP, que pretende sean ignorados -clandestinos- o justificar ante la sociedad catalana.
CiU ha votado en el Congreso a favor del Real Decreto Ley del gobierno del PP que incluye recortes importantes, incrementos regresivos de la fiscalidad, aplazamiento de la mejora de las pensiones de viudedad, congelación del salario mínimo y otras cosas, no sólo por necesidad. No votó a favor sólo para conseguir a cambio el apoyo del PP al Gobierno de CiU en Cataluña. Esta es una razón. Pero, como explicó su portavoz en el debate, Sánchez Llibre, CiU votó a favor por coherencia ideológica. En políticas económicas, fiscales y sociales las políticas del PP y CiU se parecen mucho. Lo han demostrado en sus votaciones en el Congreso durante 20 años.
Esta posición de coincidencia política con el PP se legítima, pero CiU no puede pretender que después de pactar las grandes políticas de Estado con el PP, los partidos de la izquierda catalana le ayudamos a limpiarse la cara con "frentes catalanes" o declaraciones en defensa de Cataluña.
Soy consciente de que no todo el mundo en CiU tiene la misma posición sobre estas cosas, como es lógico y pasa en todos los partidos, pero de momento este planteamiento es la que manda. Esto podría explicar que los miembros de CiU que a buen seguro menos comparten esta estrategia esquizofrénica, sean los que más se han molestado por mis declaraciones.
Se puede estar de acuerdo o no con lo que he expuesto, pero intentar descalificarlo haciendo referencia al "poco nivel intelectual habitual de las críticas de ICV" sólo se explica por la incomodidad que provocan habitualmente en CiU las críticas de ICV. Quizá no gusta verse frente al espejo y despojado de coartadas.
Como siempre, dispuesto al debate.