viernes. 19.04.2024

El genio de la burbuja

La dimisión del presidente de una de las cuatro grandes entidades financieras españolas, completa el bucle que nos permite entender por qué la crisis de nuestra economía está siendo tan brutal, sobre todo en destrucción de empleo. Le ha estallado al señor Rato la burbuja inmobiliaria que él calentó siendo vicepresidente económico en el Gobierno de Aznar.

La dimisión del presidente de una de las cuatro grandes entidades financieras españolas, completa el bucle que nos permite entender por qué la crisis de nuestra economía está siendo tan brutal, sobre todo en destrucción de empleo. Le ha estallado al señor Rato la burbuja inmobiliaria que él calentó siendo vicepresidente económico en el Gobierno de Aznar. Esos constructores a los que felicitaba, junto a la presidenta de la Comunidad de Madrid, porque habían conseguido que el 84% de las familias madrileñas fuesen propietarias y también el doble de ricas, le han dejado tieso el banco, con 31 mil millones de euros en créditos problemáticos. Con una elevada tasa de morosidad, quizás consecuencia de esa llamada a endeudarse a empresas y familias, esta vez acompañado por el presidente de la Comunidad Valenciana. Despreciaba el señor Rato y el señor de Guindos, su Secretario de Estado de Economía y actual ministro, las alertas del FMI por el elevado nivel de deuda de nuestra sociedad. El bucle se ha cerrado con los mismos protagonistas. No sería justo atribuir en exclusiva la responsabilidad de lo que ha sucedido al “mejor ministro de economía de España”, en palabras del mayor banquero, pero nadie puede negar que él y su partido dieron el pistoletazo de salida y empezaron a inflar la burbuja. Esa es su responsabilidad política. El PP debe ser extremadamente prudente cuando habla de la herencia recibida y no olvidar que lleva gobernando más de quince años en las Comunidades y las Cajas que hoy han provocado un riesgo sistémico.

La crisis del sistema financiero en España, entre los años 1978 y 1982, pudo llevarse por delante la democracia. Se saldó con una intervención pública que costó cerca del 12% del PIB. En esta crisis, el Estado, hasta la fecha, ha destinado al saneamiento financiero 115 mil millones, un 11% del PIB. En 1993 el Banco de España intervino Banesto, su desfase patrimonial era de 3,6 mil millones de euros. La Audiencia Nacional dejó en libertad con fianzas millonarias a sus dos máximos responsables. En Bankia, el auditor ha estimado un desfase patrimonial de 20 mil millones de euros. Tres de los miembros de la Alta Dirección a la que sustituyó el ahora dimitido, por cierto toda ella formada por profesionales, cobraron a su salida 6 millones de euros. No sabemos la indemnización para la saliente. Deben pedirse responsabilidades.

La decisión de nacionalizar la ha tomado el Gobierno. Así llega a la última página del programa electoral que le quedaba por incumplir. El presidente tiene una obligación inexcusable. Debe responder y despejar un interrogante: por qué no hay dinero para sanidad, educación o becas y sí lo hay para rescatar una entidad financiera.

Sucede que cuando un personaje de la derecha, bien sea económica o política, la pifia enseguida aparece una nutrida corte de opinadores que nos recuerdan el descrédito de la política y de los políticos. Lanzan la tinta de calamar para ensuciar todo. En los últimos días han trabajado a fondo. En julio del pasado año salió a Bolsa el banco hoy nacionalizado, acababa de superar los test de estrés con nota ¿Quién los hizo? Los expertos sostenían que era una entidad muy sólida que cotizaba con fuertes descuentos sobre su valor contable. ¿Qué profesionales son los que hacen estos análisis? ¿Se engañan o nos engañan? Consecuencia de su falta de rigor: los pequeños accionistas, que no van a especular, que acudieron a apoyar con sus ahorros un banco que creían solvente, han perdido un 40% de su inversión. Acaso es profesional esa Alta Dirección que vende, a jubilados o pequeños impositores, participaciones preferentes, hasta 3 mil millones, sabiendo que es un producto financiero muy complicado, por no utilizar otra expresión ¿Nos puede alguien explicar por qué se oculta esto y se enreda desviando la atención hacia los representantes de los ciudadanos? Parece que ya se ha olvidado que la persona a la que se marcó como el gran hacedor del escándalo financiero mundial fue el señor Madoff. No era un concejal de Ayuntamiento, era uno de los sumos sacerdotes del sector privado.

Aquellos que disfrutan jugando a aprendices de brujo, desacreditando a la política, harían bien en observar con detalle los recientes resultados electorales en Grecia, donde no estamos ante una crisis del bipartidismo, como algunos dicen. No deben olvidar que la bestia negra y totalitaria anida en Europa y que se despereza con las crisis. No vendría mal que leyesen el manifiesto que el 12 de septiembre de 1923 dictó Primo de Ribera: “Ha llegado para nosotros el momento, más temido que esperado, de recoger las ansias, de atender el clamoroso requerimiento de cuantos, amando a la Patria, no ven para ella otra solución que libertarla de los profesionales de la política”. Es peligroso jugar con fuego.

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