viernes. 29.03.2024

El G-20 y la Enfermedad de Gürtel

NUEVATRIBUNA.ES - 2.4.2009Zapatero en Londres culmina, quizás, su mayor ambición haciéndose fotos como uno más con los super hombres (super mujeres, poquitas) del G -20.
NUEVATRIBUNA.ES - 2.4.2009

Zapatero en Londres culmina, quizás, su mayor ambición haciéndose fotos como uno más con los super hombres (super mujeres, poquitas) del G -20. ¡Caray! ¿Quién nos iba a decir que� la España cutre, pobre y aislada que nos dejó el franquismo acabaría en unas décadas tuteándose con los gigantes de la Champion League y de la NBA? No es que se pueda esperar la Solución Final de� la depresión económica de esas reuniones plenas de lujosos saraos y de dirigentes que ponen cara de saber lo que hacen al frente del Titanic. Pero convendremos que mejor es eso que ver a Jose Mari Aznar� sacando a España del rincón de la historia a base de poner los pies con acento mejicano en la mesa del cortijo de Bush y haciendo de obsequioso lacayo en las Azores.

Mientras, se dice, en� Londres� se decide, presuntamente,� el destino del mundo, el señor Rajoy y sus guionistas de prime time exhiben unas propuestas anticrisis fundadas en las monsergas de siempre: que la deuda privada se pague con dinero público, que se despida cuanto más baratito mejor, que se bajen los impuesto a las empresas y a los ricos, que se reduzca el gasto social, que se bajen los salarios y demás recetas letales. Pero lo más inconcebible es que, encima, Rajoy componga un personaje más cerca de un bronco tertuliano de casino que de un estadista. Eso sí, muy entrañable cuando se refiere a los rincones patrios que ha visitado vertebrando España, aconsejando a un sin papeles que no desfallezca ante la adversidad dada su juventud o evocando al primo carnal de su querida esposa -que no es aquel otro primo carnal experto en cambio climático-.�

Los gerifaltes del PP-encabezados por su Gran Timonel- cada vez que tienen que comentar alguna pésima noticia económica (y tienen que comentar cada día un puñado de ellas) impostan muchísimo, como los malos actores. A fuerza de hiperbólicos enfados y fingidos rasgamientos de vestiduras cada cuarto de hora, van acabar por culpar a ZP de la hiperinflación de Zimbaue, de la bajada de la facturación de las sastrerías valencianas o de la desecación del mar Caspio, tanto les da.

Por lo que se ve y se escucha, a los Montoro, Pons, Cospedal, S.S. de S., Rajoy y demás luminarias les encanta acojonar a los diezmados empleados españoles contándoles en tiempo real cuántos nuevos parados� se han inscrito por minuto en las atestadas oficinas del INEM a la búsqueda del récord Guiness o, si se tercia, no titubean a la hora de desencadenar el pánico de los depositantes de la CCM en sede parlamentaria o donde haya lugar.

Los émeritos miembros del club de�ex ministros de Aznar -como Montoro, Rato, Cañete, Michavila, Trillo, Arenas o Rajoy- se pasan la vida haciendo muecas de� indignación por cada nuevo parado o ante el fraude financiero nuestro de cada día y uno ya no sabe -es un decir, claro- si se encuentra ante un nuevo récord universal de la impostura política o, simplemente, ante la constatación de que tienen más cara que espalda. ¿ Acaso la mayor crisis mundial desde la Gran Depresión no tiene nada que ver con aquel tropel de serviles mayordomos españoles de los mandatos papales de Wall Street, el FMI, el Banco Mundial, la OMC, la OCDE y demás apóstoles del mayor fraude financiero del que tenga noticia la historia? ¿Cómo es posible que los epígonos patrios de las cantinelas neoliberales de “la mano invisible del mercado”, del “menos estado y regulaciones públicas”, “el fin de la Historia” y otros productos tóxicos� tengan el morro ahora de exigir al Gobierno que se gaste el dinero público a manos llenas para pagar las pérdidas dejadas por la Gran Estafa?

Los que inflaron los gases letales de las burbujas de toda laya y condición; los mismos que encendieron la mecha de la catástrofe� mediante ingenierías financieras,� privatizaciones de bienes públicos, bajadas de impuestos para los ricos y demás pillajes al prójimo; los mismos que se han hinchado de bonus, stocks options, contratos super blindados, planes siderales de pensiones, paraísos fiscales, pagos en especies -protegidas y no protegidas- , comisiones legales y de las otras, esos mismos codiciosos pirómanos se nos disfrazan de abnegados bomberos -del tipo de las Torres Gemelas- y pretenden ponerse al mando de las tareas de extinción del devastador fuego y, por añadidura, que se les pague el humo a precio de oro. Nuestros castizos Madoff, Enrom, Lheman Brothers, AIG, General Motors and Company,�abrigan la astuta intención de apoderarse� a precio de saldo de los restos del naufragio y comenzar inmediatamente a fabricar las nuevas burbujas y artefactos con las que esquilmar a medio mundo y la mitad del otro.

A algunos puede que les parezca una simplicidad, pero ¿por qué no emplear los fabulosos beneficios y patrimonios que atesoran� los beneficiarios directos de décadas de desmanes y saqueos en tratar de� tapar el agujero negro de la crisis económica? ¿Por qué los trabajadores han de pagar con sus puestos de trabajo, los clientes con sus ahorros, los ciudadanos con sus impuestos� y, en cambio, las cuevas de Alí Babá han de permanecer intactas?

Puede que� la demagogia y las técnicas de marketing� político den resultados y el día de mañana� padezcamos un gobierno de nuestra vieja derecha de toda la vida. Pero también podría ser que, en realidad, la razón de tanto dislate se�encuentre en que la patología de la Enfermedad de Gürtel que afecta al PP se esté agravando a toda velocidad a medida que la metástasis se va acercando a los centros vitales del cerebro. Es natural que esas cosas le den a uno fuertes dolores de cabeza que desemboquen inexorablemente en el temido estrés que todo lo enturbia. Hay que ser compasivo y reconocer que no es fácil concentrarse en el servicio a la patria cuando te están tocando hasta los “maitines”.

Orencio Osuna es empresario

El G-20 y la Enfermedad de Gürtel
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