jueves. 28.03.2024

El fruto del pasado

Domingo, 5 de agosto de 2012, 73 aniversario del vil asesinato de las trece jóvenes conocidas como las 13 Rosas. Nueve de ellas, menores de edad. La mayor, 29 años. Fueron encarceladas en la prisión de las Ventas, maltratadas, humilladas y fusiladas apenas a cincuenta metros de allí, contra una de las tapias del cementerio de la Almudena.

Domingo, 5 de agosto de 2012, 73 aniversario del vil asesinato de las trece jóvenes conocidas como las 13 Rosas. Nueve de ellas, menores de edad. La mayor, 29 años. Fueron encarceladas en la prisión de las Ventas, maltratadas, humilladas y fusiladas apenas a cincuenta metros de allí, contra una de las tapias del cementerio de la Almudena. Su único delito era no comulgar con el fascismo franquista, cuya represión se perpetuó hasta la muerte del sanguinario.

Llegó la democracia, se forjó una Constitución, aprobada por los españoles en 1978 y el Estado español quedó constituido en una monarquía parlamentaria. Todos, de una parte y otra, tuvieron que ceder y procurar comenzar de nuevo olvidando los horrores del pasado. La izquierda transigió lo indecible por un futuro en paz.

Pero el tiempo no está demostrando que no es posible ni deseable seguir aguantando más. Se instauró un sistema parlamentario bipartidista a través de la ley electoral de Hont que castiga a los partidos pequeños y a todos los ciudadanos que desconfiamos de los partidos mayoritarios. El motivo es que los partidos mayoritarios se han transformado en casta política cuya principal finalidad es vivir de la cosa pública hasta el punto de olvidar la ideología que los impulsó. Hoy es muy difícil encontrar en el PSOE el partido que Pablo Iglesias fundó; se ha transformado en un aparato con una cúpula dirigente que utiliza a sus militantes, muchos de los cuales han abandonado sus filas porque se niegan a ser manipulados, no en bien de la sociedad sino de los mandos.

En cuanto al PP, su ideología fascista sigue en vigor renovado. Su fuerza, intensificada por la mayoría absoluta conseguida a base de mentiras, ha destrozado el país. Su propia corruptela y la protección de tantos otros que han evadido sus caudales para no pagar a Hacienda y están siendo todavía favorecidos por los mismos ministros nos ha llevado al desastre. Aquella Reforma Laboral e inmediatos recortes que iban a ser transitorios son más que definitivos. Los recortes se han convertido en una poda total bajo la prescripción del FMI y del BCE, sometido éste a Frau Merkel, tal y como quedó impuesto por Alemania en el tratado de Maastricht y posteriores tratados que perseguían la consolidación del Euro.

España da pena. Cada día se parece más a Grecia, y en muchos aspectos la supera ya. Y Rajoy continúa mintiendo. Su rara (por inusual) comparecencia ante la prensa el viernes, día 3, tras el Consejo de ministros, volvió a esconder ante la ciudadanía lo aprobado minutos antes en el Consejo. Aseguró que iba a escuchar las recomendaciones de Draghi y que miraría por el bien de la ciudadanía cuando ya estaba la carta escrita para el BCE. Y Rubalcaba le tiende la mano a Rajoy para "evitar un rescate total a España".

¿Alguien, desde un pensamiento progresista de verdadera izquierda puede entender esta postura del "líder de la oposición"?

Tras el 15 de agosto veremos qué hace el de las frases profundas, "No es cómodo, es incómodo. No es agradable, es desagradable", respecto a los 400 euros a aquellas personas a las que se les acaba la prestación del paro. Veremos también qué sucede con los pensionistas, allá a la entrada del otoño.

La pobreza nos invade y la negación por Decreto Ley de todos los Derechos básicos, también.

La reacción del pueblo puede ser lo más impredecible, y, de suceder lo peor buena parte de la cúpula del PSOE será corresponsable.

El fruto del pasado
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