viernes. 29.03.2024

El falso progresismo de Alberto Fabra

Alberto Fabra prometió muchas cosas. Algunos pudieron pensar que el, desde ayer, nuevo presidente de la Generalitat Valenciana era una rara avis en el PP. Entre sus promesas llamó la atención su disposición a recibir a familias de las vítimas del 'accidente' del metro, ocurrido el 3 de julio de 2006, hecho no acaecido hasta el momento presente.

Alberto Fabra prometió muchas cosas. Algunos pudieron pensar que el, desde ayer, nuevo presidente de la Generalitat Valenciana era una rara avis en el PP. Entre sus promesas llamó la atención su disposición a recibir a familias de las vítimas del 'accidente' del metro, ocurrido el 3 de julio de 2006, hecho no acaecido hasta el momento presente. Camps y sus secuaces estaban en lo alto de la peana y estos temas en los que debían asumir responsabilidades políticas al menos les resultaban molestos.

Otra de sus promesas nos dejó todavía mas sorprendidos. Fabra prometió enseñar todos los papeles de la Gürtel para que hubiese una transparencia total. Daba la impresión de que comenzábamos bien con el nuevo presidente.

Ayer, 26 de julio, fue formalmente elegido como nuevo Molt Honable President de la Comunitat Valenciana por mayoría absoluta, con los 55 votos de los suyos, los 'populares', siendo los de la oposición por entero votos negativos.

En su discurso, Alberto Fabra ha centrado sus prioridades en -crear empleo; -racionalizar el gasto de RTVV mediante una financiación mixta: -reajustar las plantillas de las Consellerías y -crear la Corporación Pública Empresarial Valenciana, con la finalidad de ordenar y estructurar las dimensiones y funciones de las actuales empresas públicas.

Este último apartado huele a privatización de empresas públicas. Pero es que hay más. Alberto Fabra habla de un plan de ajuste con reducción del gasto público y conseguir de esta forma ahorrar unos 700 millones de euros.

Pero ¿qué gasto público hay que reducir? Alberto Fabra lo ha expuesto en su discurso de nombramiento de President: hay que establecer una plan de ahorro en sanidad y en educación (antes los del PP ¿no llamaron a esto algo así como co-pago?). Parece claro que seguimos los dictámenes del liberalismo pepero y desembocamos en una privatización de los servicios básicos. Lo harán, además, porque las urnas les han bendecido con mayoría absoluta. ¿Hasta cuando hay que aguantar este deshacer un camino que tanto a tantos costó de recorrer?

Tiene que haber, sigue Fabra, una contención del gasto farmacéutico y un uso "racional" de la energía en los centros públicos.

Sí, los centros públicos deben ahorrar en el consumo de energía, no gastar tanto ni en iluminación gratuita, ni en calefacción ni en refrigeración...Pero hay que entender que centros públicos son todos aquellos costeados con el dinero de todos. Por tanto, igualdad de condiciones. No que los centros de enseñanza y los hospitales sean los parias, mientras consellerías y demás dependencias de los 'señoritos' vivan a cuerpo de rey.

Así que, señor Fabra, racionalice bien y procure, si le dejan, que estas distinciones básicas que recuerdan a amos y siervos queden eliminadas.

Al margen de todo esto, otras cosas han despertado nuestra suspicacia. Ayer Alberto Fabra no repitió su promesa de la transparencia de la Gürtel. Ni mención le ha merecido al nuevo President. Borrón y cuenta nueva parecen las consignas dadas y recibidas. Sus elogios a Camps han sido desmedidos. "Valiente, honesto y honrado" ha predicado de él. De un personaje que ha de sentarse en el banquillo por un delito de cohecho decir estas alabanzas resulta tan falso y denigrante como el que las proclama. No, no por ahí van las necesidades de regeneración de la Comunidad Valenciana. Esta Comunidad Autónoma está traspasada de norte a sur, impregnada toda ella de corrupción: en Castellón con el homónimo del nuevo President, en Valencia ya vemos la Gürtel que no ha dejado nada sin contagiar, y Alicante embadurnada de Brugal con pintarrajeos de Gürtel.

Es una burla para los valencianos estos agasajos carentes de verdad hacia un personaje que ha utilizado el ser molt honorable president para arruinarnos indecentemente a través de su personal manera de enfocar su poder, eventos ruinosos, grandes obras faraónicas que se hunden con cuatro gotas de lluvia, una fórmula 1 para mayor gloria de Ecclestone, y la ruina total de nuestras cajas de ahorros, en especial la CAM, intervenida obligatoriamente por el banco de España y que será vendida al doblar la esquina. Todo se lo debemos al señor Camps. Es ya público cómo Camps se saltó la Ley de Cajas de la Comunidad Valenciana que prohibe dar créditos a consejeros de las mismas sin la autorización del Instituto Valenciano de Finanzas, y 'porque yo mando' se concedieron desde 2004 préstamos por valor de 161 millones a 'pobres-beneficiarios-consejeros' de la Caja de Ahorros del Mediterráneo. Algunos a cero interés, otros a un interés tan bajo como ridículo (2'5%). Así sucedió con el propio presidente de la Caja, Modesto Crespo. Mientras, los clientes, ciudadanos de a pie, que allí depositan sus nóminas, sus ahorros, de necesitar un préstamo, se les aplica un interés de usura, y sólo por respirar dentro de la entidad deben pagar.

Estas han sido las formas tan maravillosas de desgobernar del señor Camps, ahora tan loado porque se ha visto en la obligación de dimitir ante la inminente sentada en el banquillo.

Mal empezamos. Y es que las presiones del aparato del PP son muchas, reiterativas, insistentes, coaccionantes. El PP, siempre al lado del dinero y el poder. Alejado de los necesitados y más débiles. Muy distante de la transparencia. Son las formas de esta derecha donde no se distinguen las lindes de los ultras y los moderados, porque la doctrina es una y única, la del nacionalcatolicismo.

Si difícil lo va a tener Alberto Fabra -y ello sin contar con las luchas intestinas del PPCV- peor va a ser para la ciudadanía valenciana. "De moliner canviaràs, de lladre no te lliuraràs", dice un refrán valenciano.

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