viernes. 19.04.2024

El concepto de paz de la ¿izquierda? abertzale

  Sexta detención de etarras en una semana. Una estupenda noticia, sin duda. Seis asesinos menos circulando por las calles. Esa es la lectura que cualquier demócrata haría. Sin embargo, Amaiur ha mostrado su preocupación de que el Estado de Derecho camine en contra de los pasos necesarios hacia la paz.

Sexta detención de etarras en una semana. Una estupenda noticia, sin duda. Seis asesinos menos circulando por las calles. Esa es la lectura que cualquier demócrata haría.

Sin embargo, Amaiur ha mostrado su preocupación de que el Estado de Derecho camine en contra de los pasos necesarios hacia la paz. O lo que viene siendo lo mismo, que se apenan, y les sienta como una patada en el trasero, que los pobrecitos etarras, presuntos asesinos en muchos casos, caigan.

Yo, a estas alturas, no sé cómo casa la declaración de rechazo de la violencia de ETA con la pena por la detención de asesinos. Entre los presuntos asesinos, el de Isaias Carrasco. He de reconocer que el corazón me dio un vuelco y pensé rápidamente en Sandra, en su hija. En que esta detención, supongo, alivie un poco el dolor que el sinsentido de unos fanáticos trajo a sus vidas.

¿Qué puede llevar a un grupo que se dice político, a apenarse por la detención de quienes, presuntamente, atentaron con coches bomba y pegaron tiros por la nuca? Nunca lo entenderé salvo que la declaración de rechazo a la violencia sea mera impostura.

Sin embargo, Bildu-Amaiur actúan en sus ámbitos de gobierno como la más rancia derecha. Y hablo de gestión, de la pura y dura gestión de las necesidades diarias de la ciudadanía que, obviamente, no se resuelven apelando al vasquismo y al independentismo. Gestiones como la negativa al Tren de Alta Velocidad (TAV), a seguir haciendo de Donostia una ciudad cosmopolita o el intento de hacer una estación de autobuses a cuatro kilómetros de la ciudad sólo para poder cargarse el Jardín de la Memoria a las Víctimas.

A la izquierda abertzale, la gestión es un traje que se le queda grande y la responsabilidad les ahoga en un estrecho corpiño de lycra que pone de manifiesto sus carencias. Lo que sí ha aprendido rápido es el peor vicio de la actividad política: la corrupción en la que algunos de sus dirigentes ya andan inmersos. De récord, sin duda. ¡Y qué decir de la capacidad de asumir las críticas! Sería imposible encontrar las diferencias con el PP

Les molesta, y mucho, la buena imagen de Patxi López al frente de un gobierno del que ya nadie duda, ni en Euskadi ni fuera de ella. Un gobierno que se ha enfrentado al gobierno de Rajoy con uñas, dientes y con el objetivo de preservar a quienes peor lo están pasando con esta crisis. Negándose al copago, negándose a dejar sin tarjeta a personas cuya situación administrativa es irregular (me niego a pensar que las personas son ilegales sólo porque intentaron buscar un futuro mejor), siendo la comunidad autónoma en la que menos paro hay o la que tiene los sueldos más elevados. Haciendo de las políticas de desarrollo de I+D¬+I la base de un futuro basado en la tecnología y el desarrollo o de la educación piedra angular de una futura sociedad mejor o de la convivencia pacífica el motor de una sociedad justa y sin odios.

En un momento en el que el copago, la reforma laboral, los recortes en sanidad y educación, la falta de democracia en decisiones que afectan a lo público y de la creación de leyes que se acercan a tiempos pre democráticos pretéritos por parte del gobierno de Rajoy, y a las cuales el PNV ronronea como cría avezada de esa derecha rancia a la que sólo le preocupa el sostenimiento de estatus propios, es más importante, si cabe, la actitud progresista de Patxi López.

Porque de las banderas y del pasado no se come, educa, sana y se vive. Porque hace falta cabeza y no víscera. Porque la fraternidad y el odio se comportan como el agua y el aceite.

Porque el PNV no sabe dónde poner el pie para no perder un tren para el que no le importa usar ideologías de quita y pon. Sus frustrados intentos de futurología de la catástrofe les convierten en marionetas de quienes les quieran acariciar cual mascota sedienta de carantoñas y no importa a quien arrimarse total de poder seguir aplicando la sabiniana idea de que lo suyo es suyo, y lo de los demás es a medias.

Euskadi camina. Le pese a quien le pese.

El concepto de paz de la ¿izquierda? abertzale
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