jueves. 25.04.2024

El caso Opel: ¿sálvese quien pueda?

NUEVATRIBUNA.ES - 9.11.2009Al final, sorprendentemente, cuando Magna había llegado a acuerdos con los diferentes gobiernos y comités de empresa implicados, GM ha decidido quedarse con su filial europea.
NUEVATRIBUNA.ES - 9.11.2009

Al final, sorprendentemente, cuando Magna había llegado a acuerdos con los diferentes gobiernos y comités de empresa implicados, GM ha decidido quedarse con su filial europea. La decisión no tiene porque ser una mala noticia para los trabajadores de Figueruelas, pues la planta zaragozana juega, al menos en principio, un papel destacado en la estrategia de GM y la oferta de Magna no era ninguna maravilla: estaba condicionada por los intereses políticos de Ángela Merkel, suponía importantes sacrificios tanto en empleo como en salarios y no garantizaba el futuro a medio plazo (es dudosa su fortaleza industrial y más todavía su compromiso con el mantenimiento de plantas en Europa occidental).

Ahora empieza un nuevo proceso de negociación pues, con GM o con Magna, Opel necesita reducir su capacidad productiva en torno al 30%, en un mercado, el europeo, en el que hay una sobrecapacidad de producción de 4 millones de unidades al año. Hay que esperar a conocer el plan industrial de GM para saber sus intenciones pero, en unos meses, el escenario de negociación sobre el futuro de Opel ha cambiado considerablemente.

Por una parte, tras el bandazo de última hora, la credibilidad de la multinacional americana está en entredicho y habrá que exigir suficientes garantías de que los interlocutores en la negociación tienen, realmente, capacidad para cumplir los acuerdos a los que se pueda llegar. Son muchos años peleando por el mantenimiento de la fábrica y los puestos de trabajo y no se puede jugar con las expectativas de futuro de miles de familias.

Por otra, los meses de negociación con Magna han puesto de manifiesto la debilidad de las estructuras europeas, tanto políticas como sindicales. La UE ha estado ausente en el proceso, ni siquiera ha conseguido coordinar a los diferentes gobiernos para buscar una alternativa compartida, y se ha limitado, a última hora, a advertir al gobierno alemán de la posible ilegalidad de las ayudas económicas comprometidas.

No ha sido muy distinto en el caso sindical. El comité de empresa europeo ha sido el interlocutor de Magna en la negociación, pero esto no quiere decir que haya representado a todos los trabajadores. Su presidente, Klaus Franz, se ha preocupado fundamentalmente de defender las fábricas alemanas y todo apunta a que ha sido desleal con los sindicatos españoles. El compromiso de luchar por el mantenimiento de todas las factorías y de repartir los costes de la reestructuración no se puede traducir en una propuesta que salve la fábrica de Eisenach a costa de la de Figueruelas, en la que Franz proponía 1700 despidos, y menos justificar esta propuesta en base a los planteamientos de CC.OO. y UGT. Ni la Confederación Europea de Sindicatos ni la Federación Europea del Metal han sido capaces de reconducir la situación y hemos asistido al lamentable espectáculo de ver como en cada país, gobiernos y sindicatos negociaban su salida individual.

La fractura del sindicalismo en Opel es clara y parece que en esta nueva etapa de negociación con GM va a primar el “sálvese quien pueda”. De momento los sindicatos alemanes, por su cuenta y sin conocer el nuevo plan industrial, han empezado las movilizaciones, pero no han sido secundados por el resto de los trabajadores europeos.

Esperemos que al menos en España, el futuro de Figueruelas no sea objeto de batallas partidistas. Aunque temo que esto es demasiado pedir.

Enrique Tordesillas es colaborador de El Periódico de Aragón y Radio Zaragoza y miembro del Observatorio de la Fundación 1º de Mayo "Sindicalismo y cambio en el mundo del trabajo".

El caso Opel: ¿sálvese quien pueda?
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