3 de octubre de 2010, 14:19
NUEVATRIBUNA.ES - 17.2.2010
...el ADN de la sociedad -la Empresa y el Empresario- debían de asumir definitivamente la dirección y liderazgo del estado de bienestar. Menos impuestos y más caridad. Menos Gobierno con participación democrática y más sociedad civil. Eso sí, dirigida por los líderes naturales, los que triunfaban en la vida económica: los emprendedores.
La verdad es que la música sonaba bien, dada la corrupción de los políticos, la sumisión de los sindicatos, la falta de participación activa de los ciudadanos, las políticas clientelares, la precariedad de nuestro estado de bienestar y las debilidades y fugas de nuestro sistema fiscal. La Ética empresarial unida a la eficacia y el pragmatismo del gestor podían salvarnos del desastre.
Había empresarios importantes que contrataban a personajes políticos y sindicales conocidos; ejercían el mecenazgo, no sólo en la cultura sino en obras sociales; cedían sus aviones privados para atender a ciudadanos enfermos. Se quejaban de los impuestos pero les sobraba dinero para repartir limosna.
Ellos, que eran los que más se beneficiaban del Estado. Obtenían sus beneficios de los grandes contratos de la Administración; de la mayor seguridad que les da una asimétrica protección a su favor ante la Ley. Pero estas gentes de orden, “en tratándose de sus derechos”, eran capaces hasta de salir a la calle. “Yo por mi dinero mato”, llegó a decir algún gran estafado por un estafador mayor.
Las Naciones Unidas promueven el Pacto Mundial y el Secretario se pasea por el mundo mundial, España incluida, haciéndose fotos con Presidentes y Secretarios, incluidos los de los sindicatos mayoritarios.
Ahora parece ser que los fríos vientos de la crisis se han llevado por delante aquellos “bienintencionados” deseos de sustituir la lucha de clases por un mundo feliz. Los comportamientos de los directivos del BBVA –entidad que introdujo los Balances Sociales en nuestro país-; el comportamiento del Presidente de la CEOE –“yo no hubiese comprado los billetes en mi compañía”; la marcha de la empresa de D. Francisco Hernando a Äfrica; o el paso al mundo empresarial de conocidos dirigentes de CC.OO., conforman todo un símbolo del éxito de la Responsabilidad Social Corporativa.
Gregorio Benito - Analista de Salud Laboral.
...el ADN de la sociedad -la Empresa y el Empresario- debían de asumir definitivamente la dirección y liderazgo del estado de bienestar. Menos impuestos y más caridad. Menos Gobierno con participación democrática y más sociedad civil. Eso sí, dirigida por los líderes naturales, los que triunfaban en la vida económica: los emprendedores.
La verdad es que la música sonaba bien, dada la corrupción de los políticos, la sumisión de los sindicatos, la falta de participación activa de los ciudadanos, las políticas clientelares, la precariedad de nuestro estado de bienestar y las debilidades y fugas de nuestro sistema fiscal. La Ética empresarial unida a la eficacia y el pragmatismo del gestor podían salvarnos del desastre.
Había empresarios importantes que contrataban a personajes políticos y sindicales conocidos; ejercían el mecenazgo, no sólo en la cultura sino en obras sociales; cedían sus aviones privados para atender a ciudadanos enfermos. Se quejaban de los impuestos pero les sobraba dinero para repartir limosna.
Ellos, que eran los que más se beneficiaban del Estado. Obtenían sus beneficios de los grandes contratos de la Administración; de la mayor seguridad que les da una asimétrica protección a su favor ante la Ley. Pero estas gentes de orden, “en tratándose de sus derechos”, eran capaces hasta de salir a la calle. “Yo por mi dinero mato”, llegó a decir algún gran estafado por un estafador mayor.
Las Naciones Unidas promueven el Pacto Mundial y el Secretario se pasea por el mundo mundial, España incluida, haciéndose fotos con Presidentes y Secretarios, incluidos los de los sindicatos mayoritarios.
Ahora parece ser que los fríos vientos de la crisis se han llevado por delante aquellos “bienintencionados” deseos de sustituir la lucha de clases por un mundo feliz. Los comportamientos de los directivos del BBVA –entidad que introdujo los Balances Sociales en nuestro país-; el comportamiento del Presidente de la CEOE –“yo no hubiese comprado los billetes en mi compañía”; la marcha de la empresa de D. Francisco Hernando a Äfrica; o el paso al mundo empresarial de conocidos dirigentes de CC.OO., conforman todo un símbolo del éxito de la Responsabilidad Social Corporativa.
Gregorio Benito - Analista de Salud Laboral.