16 de febrero de 2011, 4:18
nuevatribuna.es | 11.02.2011
El pueblo egipcio ha demostrado una paciencia milenaria. Durante días y noches eternas se ha organizado, ha resistido, ha luchado. No sabemos cuál será el futuro. Sí sabemos que el futuro no está escrito. Lo han demostrado los ciudadanos cairotas, lo han demostrado los jóvenes árabes utilizando la red, lo han demostrado mujeres con pañuelos, lo han demostrado hombres rezando.
Estamos viviendo un acontecimiento histórico. Los ciudadanos de Egipto han luchado, solos, por un país libre, democrático, tolerante. Han contado con el aliento de demócratas de todo el mundo, pero han estado solos, con su decisión, con su resistencia y con sus muertos.
Hay imágenes tremendas de los ataques de los seguidores del tirano atacando a los manifestantes a pedradas y con palos, pero no hemos visto los muertos. Nos han informado de la existencia de 300 muertos, pero lo han hecho como sobrevolando, como si fueran muertos virtuales.
Esta revolución ha costado, como todas, sangre, sudor y lagrimas, y sus protagonistas se merecen conseguir sus objetivos y vivir en un país libre, democrático y socialmente justo.
Y los ciudadanos de países libres y democráticos deberíamos aprender que la libertad y los derechos hay que defenderlos cada día, y hay que responder ante cada agresión, pero hay que hacerlo de uno en uno y todos juntos, de manera solidaria y fraternal, lo contrario solo conduce a la resignación, al salvase quien pueda, al individualismo, al conformismo.
Amalia Alvarez | Escritora