Muchas empresas no son conscientes, pero la Reforma Laboral está afectando a su esencia tanto o más que a los trabajadores impactados por una reglamentación descabellada, hija del delirio de un aprendiz de empresario experto en hundir empresas.
La reforma laboral de un mercado de trabajo que probablemente requería de una reordenación de los mecanismos legales que estructuran su funcionamiento, está produciendo efectos devastadores sobre el conjunto de la economía y está alejando a las empresas de sus verdaderos objetivos.
La modificación de las pautas en las que se desenvuelven los actores del mercado de trabajo, oferentes y demandantes de puestos de trabajo, tiene un efecto directo sobre la evolución del sistema económico en su conjunto, particularmente en la vida de las empresas. El mercado de trabajo no es la base de la acción económica, pero es el mercado en el que se negocian elementos sustanciales del modelo económico, de ahí que sea el mercado de factores de producción más sensible de cuantos conforman la provisión de insumos para la actividad económica
El desarrollo armónico de la economía es la consecuencia de una ecuación equilibrada de lo que podemos encontrar en cada uno de los distintos mercados (materias, energía, financieros, tecnologías, etc). La exuberancia de alguno de los mercados frente a la composición y presencia de los otros produce alteraciones que ya apuntó el mismísimo Greenspan al calificar así, como exuberante, el funcionamiento recalentado de los mercados financieros que desembocaron en el crash del 2008, madre de la crisis actual que atenaza a Europa y particularmente a España. Pero no solo la exuberancia de los mercados financieros es o puede ser desequilibrante, algo similar ocurre en los territorios dotados de materia primas abundantes o críticas, se conoce como la maldición de la posesión de las mismas, y es el mercado responsable de la conflictividad bélica en muchos países africanos y del medio oriente o del conflicto civil como ocurre en Argentina con la soja o los metales en Perú, Bolivia e incluso Ecuador.
Para que un modelo económico evolucione y expanda el valor de lo que produce requiere que las estructuras de los mercados que actúan en su interior sean proporcionadas y suficientes para reequilibrar los desordenes que la dinámica de los mismos mercados pueden generar y trasladar al conjunto de la actividad económica. Cuando uno de los mercados que sostienen la actividad desfallece o su funcionamiento se ve alterado en su trayectoria, el hueco que deja tiende a ser cubierto por funciones que, al carecer de contrapeso, resultan deseconómicas. Para ejemplificar, mientras hubo esclavitud tolerada y reserva de hombres y mujeres esclavizables, la economía no desarrolló tecnología para automatizar fuerza de trabajo. Las operaciones financieras se reducían a fletar barcos de esclavos con destino a los puertos, sobre todo de las colonias, y las instituciones científicas se hallaban recluidas en el escolasticismo pretecnológico universitario del momento.
La representación de los intereses colectivos que es el Estado asume desde el siglo XIX que su máxima responsabilidad en materia económica es regular la actividad para impedir o minimizar el impacto desequilibrante de mercados preponderantes. De ahí la lucha por la regulación de las actividades económicas, el derecho y los tribunales mercantiles y el combate contra los monopolios.
¿Qué ocurre con la reforma de laboral o del mercado de trabajo que ha perpretado el Partido Popular? Pasa que debilita un mercado destinado a equilibrar la dinámica de otros mercados, el financiero, el de insumos y desde luego el de las instituciones de fomento y desarrollo de la ciencia y la tecnología. Y este debilitamiento está causando un desequilibrio de los fundamentos económicos que nos van a dañar por muchos y muchos años porque afectan al motor decisional de las empresas.
En esta actualidad, que todos aceptamos está dominada por una competencia febril a escala planetaria, es el momento en el que las empresas deben tomar las decisiones más serias y arriesgadas. Es la hora de la verdad, hay que mostrar la capacidad de gestión del riesgo que se tiene Algunas sucumbirán, pero muchas otras no, las sanas, las acertadas en sus estrategias se convertirán en las empresas del futuro. Pues bien este momento critico y angustioso para todas las empresas del mundo acontece en España en un contexto en el que la empresa puede escapar de la necesaria toma de postura a futuro y dedicarse torpe, pero legalmente, a deshacerse de sus trabajadores, a rebajar coste para engañar a la cuenta de resultados de hoy, pero no de mañana.
Este es un efecto devastador de la reforma laboral. Justo en el momento en el que las empresas deben ofrecer lo mejor de sí mismas para conquistar el futuro, se les abre una válvula de escape para retornar al pasado. Ninguna empresa española en este momento, ni Iberia, ni Aena, ni Endesa ni… se plantea nada que no sea reducir sus costes laborales, eliminar masa de trabajadores y balancear estos recortes como si fueran logros cuando no son sino lastres que están poniendo a su destino como empresas competidoras en mercados en expansión.