viernes. 29.03.2024

Educación en Tiempos de Pandemia

Josu Gómez Barrutia

El próximo mes de Septiembre España enfrentará un nuevo reto, un desafío de tamaña gesta en forma de retorno a la actividad escolar, esa a la que miles de alumnos y alumnas están llamados en un tiempo de incertidumbre y de riesgos derivados de la pandemia de Covid19, que lejos de estar controlada en nuestro país , se presenta en estos días en una cada vez más clara segunda ola de contagios que viene de nuevo a golpear nuestra cotidiana existencia, o al menos aquella a la que en este extraño verano hemos querido retornar para olvidar como si fuera de un mal sueño  los hechos acaecidos durante últimos meses en nuestro país , esos que han venido a sembrar de muerte y miedo cada ciudad de nuestro país.

Ahora, toca un nuevo reto, la vuelta a los colegios, instituciones y universidades en el retorno a una actividad docente que hoy lejos de una realidad asumible de control frente al Coronavirus, se encuentra por contra con un panorama que en nada se parece a aquel que en el mes de Julio o Junio sirvió para el diseño de protocolos y sistemas de retorno a las aulas en tiempos de Covid19 que las Comunidades Autónomas y el Ministerio de Educación se afanaron en diseñar para el que hubiera sido un retorno seguro a las aulas.

Hoy, tocan medidas extraordinarias en tiempos complejos, acciones que responden a la lógica de una dura realidad que durante los próximos meses nos enfrentará o  un escenario nada idílico pero sobre el que deberemos de actuar con responsabilidad

Por ello, a día de hoy, los planes realizados hace semanas de nada  o poco sirven, la realidad de aceleración de la pandemia en nuestro país ha venido a romper los esquemas previstos por las administraciones públicas en los nuevos modelos de docencia y asistencia a las aulas del alumnado que lejos de la presencialidad – modelo ideal de educación para los menores de nuestro país pero de un riesgo inasumible hoy como sociedad – deberán de optar por otras opciones de semipresencialidad, educación online y presencialidad muy reducida en aquellos casos que fuera de imposible encaje para las familias otros modelos posibles.

Y este hecho, no se afirma a partir de una posición subjetiva de quien escribe esta tribuna, sino basada en los datos, esos que vienen a presentar cifras demoledoras en las tasas de contagio y que cada día van en aumento. Así, hoy los números presentan a nuestro país como el número uno en contagios por cada 100.000 habitantes en Europa, en concreto 142 contagios y regiones como Andalucía con un 66 de contagios cada 100.000 habitantes,  País Vasco con 263 contagios por cada 100.000 habitantes , Comunidad Valenciana con 72,95 contagios por cada 100.000 habitantes o la Comunidad de Madrid con 288 contagios por cada 100.000 habitantes no vienen más que a reflejar un gran problema que viene a presentar datos superiores en todas las comunidades Autónomas de nuestro país  (Excepción de Asturias y Ceuta , con 32 y 42 contagios por cada 100.000 habitantes ) a la de otros países de nuestro entorno. Así,  Francia con  51 contagios por cada 100.000 habitantes, Alemania con 26 contagios por cada 100.000 habitantes o Italia con 14 contagios por cada 100.000 habitantes  o Grecia con 23 contagios por cada 100.000 habitantes , se alejan mucho de las dramáticas cifras de un país, el nuestro que se enfrenta con toda seguridad de seguir en esta aceleración de contagios a un tiempo complejo en el ámbito social, económico y sanitario.

Por ello, surgen a partir de estos datos ofrecidos por la reputada Universidad Johns Hopkins dos afirmaciones claras. La primera, es que nuestro país no está preparado para un retorno presencial del alumnado a las clases el próximo mes de Septiembre y la segunda el riesgo que supondría la exposición de los menores  y sus familias a contactos sociales y de encuentro en espacios educativos que podrían servir como vehículo de transmisión del Covid19 y expansión de la pandemia. No por menos, la propia OMS en boca de su responsable de pandemias Mike Ryan ha venido a señalar en los últimos días, que la apertura de los colegios en países con altas tasas de contagio sería un error que podría determinar el aumento de los contagios por Covid19.

Así, surgen así ante esta realidad en los últimos días diferentes posicionamientos en la opinión pública, la comunidad educativa y las administraciones públicas. En primer lugar, encontramos a quienes solicitan e instan a un retorno seguro a las aulas de manera presencial por motivos de socialización educativa, favorecimiento de la conciliación familiar y laboral y normalización de la convivencia ante el Covid19. En segundo lugar, aparecen aquellos que defienden la necesaria puesta en marcha de un modelo a distancia  y online en este curso académico y por último surgen aquellos que proponen un modelo semipresencial a partir de 3 de la ESO con asistencia en días alternos y grupos reducidos conjugando a partir de dicho curso modelos de formación a distancia, online y presencial.

Pero es aquí, donde la presente tribuna quiere fijar otra posición y propuesta en el avispero del debate educativo sobre el retorno a las aulas. Así, sin lugar a dudas el mejor modelo que siempre existirá para la educación de los menores es el de la presencialidad total, algo que por desgracia sólo podría ser posible en tasas de contagio del virus más bajas. Por el contrario, hoy y de manera excepcional debemos enfrentar un curso, al menos en su primer trimestre que opte por otras posibilidades.

Pero no sólo, por el derecho del menor a la salud e incluso en algunos casos a la vida , elementos de salvaguarda irrenunciables para cualquier padre o madre  o persona responsable , sino también por entender el riesgo que para muchas familias con personas en situación de riesgo ante el Covid19 – Asma, Diabetes, enfermedades pulmonares, inmunodeprimidos etc- podría tener el retorno de sus hijos e hijas a las aulas de nuestro país como transmisores asintomáticos de la enfermedad en su entorno familiar.  

Argumentos estos, que parecen no ser tenidos en cuenta en el debate público hoy generado entorno al retorno a las aulas de nuestro país.  Y que en algún caso, ha sido sustituido con la amenaza directa de las administraciones públicas de la incoación de expedientes de absentismo escolar para aquellas familias que en virtud de la defensa de la salud y la vida del menor . Algo, que parece responder en algunos casos al intento de normalización de una realidad que muy de lejos es normal y que realmente es preocupante con la aceleración de la pandemia.

Por ello, lo lógico y lo adecuado parecería ser afrontar al menos el primer trimestre del curso académico desde una óptica de salvaguarda y defensa de los menores apostando por un modelo mixto online y presencial en todos los ciclos educativos al efecto de atender todas las realidades de las familias que hoy enfrentan el retorno a la actividad escolar.

Para ello, se debería dar la opción a los padres y madres para elegir entre un modelo de educación online – mediante la conexión del menor en horario de clase  a distancia – o  de educación presencial –en aquellos casos que las circunstancias personales, familiares o profesionales impidan la primera opción indicada - , eso sí, con una educación presencial que debería responder a una inversión económica en seguridad, limpieza, profesorado, medios sanitarios y reducción de grupos de 10 alumnos máximo .

No por menos, no es posible entender como la exigencia desde las administraciones públicas de no aumentar dichos grupos sociales en espacios abiertos por el contrario no se aplica en los centros escolares y académicos en los que hoy se habla de cifras de 15 a 20 alumnos/as como óptimas en la prevención del Covid19.

En definitiva, hoy las administraciones públicas no pueden ni deben mirar de lado o de reojo a un problema grave como es el de la llegada de la segunda ola del Coronavirus a nuestro país. Así, no cabe exigir la presencialidad por tanto de los menores en las aulas de los colegios e instituciones de nuestro país obviando los hechos y los datos que arrojan el riesgo que para la salud de los menores y de sus familias tendría la puesta en marcha de esta tipología de modelos.  Y en este menos, si cabe menos la exigencia de amenazas de incoación de expedientes de absentismo escolar a los padres y madres que lejos de renunciar a la educación de sus hijos e hijas sólo pretenden que estos reciban una educación con seguridad para sus vidas y su salud.

En conclusión, hoy toca optar a nuestro juicio por un modelo de formación mixta online y presencial en todos los ciclos académicos  (no por menos el virus es igual de peligroso para el alumnado de primaria que para el de secundaria, siendo un trato discriminatorio optar sólo por lo online para determinados ciclos  ) online, para aquellas familias que por sus circunstancias personales , familiares, laborales o  por ser población de riesgo de algunos de sus miembros puedan o deban optar por este modelo  y presencial para aquellas otras que por estos mismos motivos no puedan optar por el modelo online, eso sí con una presencialidad con requisitos de seguridad, inversión y medios muy diferente a lo que hoy tenemos en nuestro país.  

Señalándose además, que en aquellos casos que las familias quisieran optar por un modelo online y no tuvieran recursos para los medios técnicos que le permitiese a sus hijos e hijas ejecutar ese modelo fuera la administración pública la que facilitará dichos elementos. No por menos, además esta propuesta lógica vendría a reducir riesgos de contagios, bajar ratios y favorecer una lucha contra un enemigo invisible pero peligroso como el del Covid19.

Hoy, tocan medidas extraordinarias en tiempos complejos, acciones que responden a la lógica de una dura realidad que durante los próximos meses nos enfrentará o  un escenario nada idílico pero sobre el que deberemos de actuar con responsabilidad.

Josu Gómez Barrutia | Fundador y Promotor de la Plataforma de Padres y Madres Retorno Seguro a las Aulas 

Educación en Tiempos de Pandemia