jueves. 25.04.2024

Doble celebración

En la semana en que se celebra el Día del Libro, tienen en Extremadura un doble motivo para la alegría. El primero, que finalmente se ha cerrado el cartel del WOMAD que se celebrará en Cáceres del 8 al 11 de mayo. Después de meses de disputas, el festival más internacional que tenemos volverá a llenar de alegría, música y color el centro de la capital extremeña.
En la semana en que se celebra el Día del Libro, tienen en Extremadura un doble motivo para la alegría. El primero, que finalmente se ha cerrado el cartel del WOMAD que se celebrará en Cáceres del 8 al 11 de mayo. Después de meses de disputas, el festival más internacional que tenemos volverá a llenar de alegría, música y color el centro de la capital extremeña. Y lo hará con más ganas, más fuerza y más medios que nunca, porque este año el presupuesto se ha aumentado. Un incremento necesario que da un nuevo empuje a esta iniciativa que ya va por su XVII edición, y que no sólo acerca el mundo a Cáceres, sino que funciona como altavoz para dar a conocer esta ciudad llena de ritmo y vida fuera de nuestras fronteras. El año pasado fueron cerca de 10.000 personas las que se acercaron a escuchar las melodías de los artistas invitados, este año, con más actuaciones y un día más de espectáculo, seguro que aumentan.

El segundo motivo de alegría es, sin duda, la apertura de tres nuevos Clubes de Fácil Lectura en la región. Concretamente en Jarandilla de la Vera, Rosalejo y Zafra. El programa “Extremadura Vive la Fácil Lectura” se inició en el año 2006, fue pionero en España (actualmente está en marcha en otras regiones de nuestro país, cosechando una importante participación) y está dirigido a aquellos colectivos con más difícil acceso a la lectura, en especial personas con el síndrome de Down, mayores e inmigrantes. El objetivo, sencillo: que el libro y la lectura lleguen a todas las personas, sin exclusiones. Y para eso no basta con crear bibliotecas, además hay que adaptar los textos a las capacidades de cada uno, ayudando, además, a su desarrollo. Textos como El Quijote, Robinson Crusoe, La Isla del Tesoro o El Lazarillo de Tormes han sido reeditados, convirtiéndose en textos mucho más accesibles, pero sin perder un ápice de la emoción, la picardía o la intriga que sus autores trasladaron al manuscrito.

Cualquier iniciativa destinada a fomentar la lectura merece el elogio de todos, pero son quizás éstas, las que no aparecen en la primera plana de los diarios, las que deberían despertar nuestra mayor admiración y respeto. Y no sólo porque no busquen la publicidad fácil o el llamar la atención, sino porque se destinan a gente que, de otro modo, posiblemente no disfrutarían de la magia que desprenden los libros. Porque, calladamente, sin hacer ruido, con medios que muchas veces provienen de los socios (como en el caso de la catalana Asociación Lectura Fácil), van ofreciendo nuevas posibilidades a quienes más lo necesitan, descubriendo todo un mundo nuevo de sensaciones y disfrute. O, incluso, ayudando a que algunos lo recuperen.

Gracias a ellos, no me cabe ninguna duda, las celebraciones del Día del Libro son cada año más exitosas. Y gracias a ellos el año que viene, cuando sí haya grandes eventos muy publicitados por todos, habrá aún más gente que se sume a celebrar las maravillas de la literatura.

Y mientras, hasta que llegue ese día, los que gustamos de sumergirnos en las palabras de otros, si tenemos tiempo, que siempre hay un poco, ¿por qué no nos animamos a echar una mano?

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