jueves. 25.04.2024

Diálogo en tiempos difíciles

Se verá el Presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero con los líderes sindicales y patronales. Es una reunión �me parece a mí- necesaria. No van las cosas bien. Y sindicatos y empresarios, cada uno desde su visión, tan distinta y cercana, pueden aportar al presidente una visión de la realidad que, a lo mejor, no le viene nada mal.Llevan los agentes sociales, desde hace muchos años, dando ejemplo de prudencia y sensatez.
Se verá el Presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero con los líderes sindicales y patronales. Es una reunión �me parece a mí- necesaria. No van las cosas bien. Y sindicatos y empresarios, cada uno desde su visión, tan distinta y cercana, pueden aportar al presidente una visión de la realidad que, a lo mejor, no le viene nada mal.

Llevan los agentes sociales, desde hace muchos años, dando ejemplo de prudencia y sensatez. Y, en ocasiones, en silencio. Por eso, me parece una buena iniciativa que Zapatero quiera verse con ellos y escuchar lo que, en el fondo, es la voz de la sociedad real.

Suponemos, por lo dicho, que los sindicatos plantearán al Presidente las dificultades económicas, sociales y hasta de supervivencia con las que se enfrentan los trabajadores de este país. Y, como es lógico, defenderán y exigirán que no sean los más desfavorecidos los que paguen el pato de una crisis de la que ni se sienten ni son culpables.

Y es de suponer que los empresarios pedirán y exigirán medidas que les ayuden a salir de esa misma crisis. Posiblemente, en esta ocasión, las reivindicaciones de unos y otros estén más alejadas que hace un año. Cuando las cosas no van bien es difícil llegar a acuerdos que contenten a todas las partes.

Pero si, hasta ahora, los interlocutores sociales han sido autónomos y libres para negociar las cosas que les son propias, Rodríguez Zapatero debe de resistir la tentación de interferir en ese diálogo. Me refiero a temas que tengan que ver con las relaciones laborales o los asuntos salariales que unos y otros han sabido resolver sin problemas destacables a lo largo de los años.

Otras cosas son las que el Presidente de Gobierno debe de plantear y debe negociar con los interlocutores sociales. Porque, a pesar de los avances en materia social, quedan todavía por resolver carencias en ámbitos como educación, sanidad, asistencia, calidad de vida, medio ambiente. No son los sindicatos ya �o intentan no serlo- agrupaciones corporativas sólo obsesionadas por sus históricos fantasmas: horarios, jornada o salarios.

No estamos hablando de un acuerdo del tipo de los ANE o AES. Fórmulas que se mostraron útiles y necesarias en su momento, pero que hoy no tienen demasiado sentido. En aquellas ocasiones, la intervención del Gobierno parecía necesaria como garantía de cumplimiento. Hoy sindicatos y patronal son, afortunadamente, los únicos garantes de sus compromisos.

En cualquier caso, me parece una buena noticia que el Presidente del Gobierno busque el diálogo con quienes han dado de su capacidad para ello sobrada muestra. La situación del país exige un esfuerzo común que sólo puede realizarse desde el entendimiento, la voluntad y la independencia.

Y eso, en la idea de que no son tiempos fáciles para pactos ni acuerdos. Poco hay que acordar cuando las cifras están contadas y son cortas.

Habrá que confiar en ese encuentro para que no tengamos que decir con Gabino Alejandro Carriedo:

¿Todo ha pasado ya? ¿No hay nada
predecible en las cartas del tarot?

¿No hay nada que soñar? Tal vez no queda
ni la esperanza póstuma del sueño.


Que no sea póstuma esperanza. Sino cierta y exacta.

Diálogo en tiempos difíciles
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