Antes fueron trece,
Trece rosas segadas
En plena juventud
Su sangre manchando
Las blancas tapias
Del cementerio de
La Almudena.
Ahora más sangre, más rosas.
Diecisiete de Guillena.
Vil, brutal asesinato.
Ahora vuelvo, hija,
El paseíllo, eterno.
¿Dónde está la hermana?
¿Dónde la hija?
¿Dónde la esposa?
Silencio, miedo, pánico.
El terror extendido.
Olvido sin olvido,
Recuerdo, dolor
Disimulados.
Miedo siempre.
De ellas no se habla.
Falangistas cobardes
Luciendo su chulería
¡Brazo en alto!, puta.
Madrugada, llamada a
La puerta. A puntapiés
Las arrastran.
Misa obligada, sotanas
Huecas de amor
Bendicen la muerte.
Rapadas las cabezas,
Humillación sádica
De asesinos canallas.
Nada malo hicieron,
Madres, esposas, hijas, hermanas
De republicanos honrados.
No es motivo
No cantar cara al sol.
Sí, dicen los asesinos.
Cercenan vidas,
Desprecian el amor,
Lo desconocen.
Sólo odio beben.
Eulogia, Ana Maria, Antonia, Granada, Natividad, Rosario, Manuela, Trinidad, Ramona, Manuela, Granada, Ramona, Dolores, Josefa, Tomasa, Ramona, Manuela,
Diecisiete rosas,
Solas ya no estáis,
Os hemos encontrado
Hacinadas, apretujadas.
No se molestaron
En que descansarais.
Ahora lo haréis, por fin.
Con vosotras estaremos,
Nada va a faltaros
Vuestras rosas, las vuestras,
Estarán con éstas que
La Memoria os ofrece.
Descansad en paz.
Os lo merecéis después
De setenta y cuatro
Años perdidas.
Mis rosas, mis diecisiete
Rosas ansiadas,
Ya nadie os olvida.