jueves. 28.03.2024

Después de Bankia estamos en el ojo del huracán

El escándalo del caso Bankia ha llevado por fin al tuétano de la crisis económica de nuestro país. Finalmente ha quedado al descubierto que la solución del problema no estaba en las medidas llevadas a cabo por motivaciones ideológicas de la derecha PP-CiU, como los recortes de derechos y servicios sociales, ni en Reformas Laborales como las llevadas a cabo por el PSOE y el PP con el apoyo de CiU.

El escándalo del caso Bankia ha llevado por fin al tuétano de la crisis económica de nuestro país. Finalmente ha quedado al descubierto que la solución del problema no estaba en las medidas llevadas a cabo por motivaciones ideológicas de la derecha PP-CiU, como los recortes de derechos y servicios sociales, ni en Reformas Laborales como las llevadas a cabo por el PSOE y el PP con el apoyo de CiU. El problema real del país estaba y está en su Sistema Financiero y su exposición a activos tóxicos, cuyo nivel aún es desconocido en toda su dimensión.

La actuación del Gobierno ha sido desgraciada y basada en la improvisación y el desconocimiento del alcance del problema. No hace ni una semana que el Ministro Guindos hablaba de que como máximo el Estado no debería aportar más de 15.000 millones de euros a los ya aplicados. Pocos días después, sólo Bankia ya requería, como capital y no como créditos 19.000 millones más, lo que hacía que sólo en esa entidad, que se veía obligado a nacionalizar, el Estado ha puesto 23.500 millones de euros en capital.

Pero es evidente que el problema no ha hecho más que empezar. Bankia es quizás el mayor problema del sistema financiero pero ni mucho menos es el único.

En este momento la situación de nuestras entidades financieras está en entredicho y la realidad de sus necesidades de capital no está aún afrontada.

Tenemos un primer grupo de entidades intervenidas como son CatalunyaCaixa, NovaCaixaGalicia y Banco de Valencia. Hasta hace pocos días la idea del Gobierno del Estado era ponerlas en subasta para adjudicarlas a otras en principio más saneadas. Esta situación está hoy cuestionada debido a que las nuevas demandas de dotaciones hacen difícil que hoy alguien pueda optar a hacerse cargo de ellas. Hay que decir que estas entidades, al igual que ha pasado con Bankia precisan de importantes dotaciones y de fuerte capitalización, lo que hace pensar en que el Estado también deberá hacerse cargo de ellas con el coste en miles de millones de euros que conllevará.

Un segundo grupo esta formado por cuatro grupos derivados de integración de Cajas, las cuales difícilmente pueden cubrir los requisitos actuales de dotaciones planteados por el Ministerio de Economía. Es el caso de Liberbank (cajas de Asturias, Cantabria y Extremadura), el grupo liderado por Unicaja que se ha hecho cargo de Caja España y Caja Duero, el Banco Mare Nostrum (Cajas de Murcia, Penedès, Sa Nostra y Granada) y por último el grupo liderado por Ibercaja y Caja 3 (Cajas Inmaculada, Círculo y Badajoz). Estos cuatro grupos tienen un futuro difícil que sin duda se agravará en el caso de que se incremente la demanda de más dotaciones o capitalización. En un primer momento en otra muestra de las improvisaciones del Ministerio de Economía que había hablado de la posibilidad de fusionarlas las cuatro o de dos en dos, lo que no solucionaba el problema e incluso nos podría llevar a crear otro caso Bankia.

Hay que tener en cuenta que además hay otras entidades financieras como son el Banco Popular y Bankinter cuyas acciones ya están valoradas a nivel de bonos basura y con fuertes dificultades para situarse al nivel de dotaciones solicitadas hasta ahora.

La situación no finaliza aquí. Sin duda las auditorias externas encargadas por el Ministerio de Economía, que ha marginado al Banco de España con el desprestigio que conlleva para el supervisor, pueden finalizar con más demandas de dotaciones lo que no sólo empeoraría la situación del conjunto de entidades ya mencionadas hasta ahora e incluso podría afectar a otras como el Banco de Sabadell, que aun esta digiriendo la integración de la CAM, o incluso a CaixaBank, que todavía está dedicada a la integración de Banca Cívica. En definitiva que el conjunto del sistema financiero, quizá con la excepción del Banco Santander y el BBVA, estaría afectado y en la mayoría de los casos con dificultades para hacerle frente.

Según dicen fuentes solventes, nacionales e internacionales, las necesidades del sistema financiero español podría precisar entre 60.000 y 90.000 millones de euros adicionales, lo que sería difícilmente soportable no sólo para las entidades financieras sino para el propio Estado.

Hasta ahora la actuación de Gobierno ya hemos dicho ha estado basada en la improvisación y el salto adelante, dando la impresión de que desconoce la magnitud del problema al que hace frente, y aún más al que puede tener que afrontar en poco tiempo.

El Gobierno se ha negado al acuerdo político y social para hacer frente a esta crisis y sus repercusiones nacionales e internacionales. Se ha negado a la constitución de una Comisión parlamentaria e incluso ante la incredulidad social no parece dispuesto a pedir responsabilidades ni al supervisor ni a los directivos responsables.

La sociedad cada vez ve más indignada, no puede aceptar de buen grado, que después de los recortes y costes sociales que está sufriendo, vea que parece que a la vez que se niegan recursos para los gastos básicos en sanidad, educación, investigación o coberturas sociales, ahora se puedan dedicar miles de millones de euros a salvar a las entidades financieras responsables en última instancia de la actual crisis.

Y aún más grave, la sociedad no entiende como los responsables directos salen bien librados e incluso recompensados. Esta ha sido el caso de Rodrigo Rato que se marchó de Bankia con 1,3 millones de euros de indemnización en pago de su supuesta dimisión, o el caso de Antonio Pulido y Enrique Goñi ex-presidentes de Banca Cívica que son elegidos para formar parte del Consejo de CaixaBank. En ambos casos son los máximos directivos de unas entidades que, no hace ni un año salieron a bolsa, fracasaron y han dejado en difícil situación de futuro a sus miles de trabajadores, cientos de miles de pequeños accionistas que habían invertidos sus ahorros, y millones de clientes. Unos responsables salen "de rositas" y el Gobierno no considera oportuno ni siquiera investigar las razones y sus responsabilidades en las crisis.

Parece que por mucho que el Gobierno lo niegue podemos estar a las puertas de tener que pedir socorro a los Fondos de apoyo europeo. Parece que el Gobierno del PP querría que la intervención fuera directamente a las entidades pero que, desgraciadamente para todos, desde la UE se prefiere hacerlo a través del Estado español con todo lo que supondría de intervención de nuestra economía.

Al final el problema del país ha estallado, por mucho que se haya querido ocultar, y se llama Sistema Financiero inundado de activos tóxicos, esto es lo que hace subir la prima de riesgo del estado a nivel de infarto y deja la bolsa bajo mínimos.

Después de Bankia estamos en el ojo del huracán
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