martes. 23.04.2024

De Sol a Sol IV: El milagro

Se les ve felices en sus tertulias. ¡Un milagro! ¿Quién lo iba a sospechar? A tres meses del final y se las ponen como a Felipe II, “gratis et amore”. Un cambio constitucional que, ahora están seguros, les va a dar la mayoría absoluta que últimamente no veían tan clara.

Se les ve felices en sus tertulias. ¡Un milagro! ¿Quién lo iba a sospechar? A tres meses del final y se las ponen como a Felipe II, “gratis et amore”. Un cambio constitucional que, ahora están seguros, les va a dar la mayoría absoluta que últimamente no veían tan clara.

El Estado minimalista: administración central y comunidades autónomas con escaso margen para el déficit y los ayuntamientos a cero patatero. O sea que no van a poder gastar más de lo que ingresen, que será poquísimo sin ladrillo y sin presión fiscal. ¡Se acabó la fiesta del derroche socialista! El sueño neoliberal hecho realidad.

Vean si no lo que han hecho los ayuntamientos, hasta hace poquito gobernados por las izquierdas, en estos últimos 30 años: crear un enorme complejo de servicios públicos accesibles a todos los vecinos en materia deportiva, cultural, educativa y de servicios sociales, dotados de innumerables equipamientos; realizar la mayor reforma urbana de la historia, cambiando la piel de las ciudades con amplios espacios de uso general y gratuito; incluso se han ocupado de mejorar la seguridad ciudadana con la modernización de la policía local, del empleo con escuelas – taller o servicios a PYMES y de la vivienda, construyendo miles de viviendas sociales. Todo ello ha generado cientos de miles de empleos directos e indirectos. En fin un gasto descomunal al servicio del igualitarismo izquierdista, para hacer que la gente viva por encima de sus posibilidades, porque como dice el jefe de mi primo Milucho, “ahora hasta los gatos quieren tener zapatos”.

Y no hablemos de los dispendios de los gobiernos regionales. Basten como ejemplos el PER de Andalucía y Extremadura o los complementos de pensiones a las viudas en Castilla - La Mancha. Porque aunque gobiernos como los de Madrid y Valencia ya llevan años recortando y privatizando, será a partir de ahora cuando puedan emplear a fondo la motosierra y poner los servicios al ciudadano (como ellos les llaman) para el que pueda pagárselos, por mandato constitucional.

Con Rajoy, que ya fue el primero en advertir que “tendremos el Estado del Bienestar que podamos permitirnos”, se va a dejar la cosa pública estatal para lo que, sostienen los “neocons”, debe ser básicamente: policía, prisiones y ejército, que por algo es la columna vertebral de la patria. Lo demás: enseñanza y sanidad universales y gratuitas, pensiones públicas, prestaciones a los parados o la famosa dependencia, ya se irá viendo como se va “ajustando” a la “nueva” Constitución.

Claro, que también están los que no tragan, con los sindicatos a la cabeza. Méndez y Toxo que están frontalmente en contra y denuncian indignados, que lo que se hace con esta reforma es institucionalizar, elevando a rango constitucional, la ortodoxia económica neoliberal, cuando por el contrario habría que aplicar políticas económicas socialdemócratas con el objetivo de crear empleo que es lo que urge. Y exigen que, en cualquier caso, se convoque un referéndum. ¡Pobriños! Que se preparen, porque si los “mercados” lo piden, los siguientes en caer serán ellos.

Ya les digo, un auténtico milagro. Las opiniones al respecto en Génova se dividen entre los que opinan que ha sido el primer prodigio de Benedicto XVI y los que ven más bien el reflejo bíblico de Sansón y los filisteos, mientras Kiko Argüello prepara un tedeum y la patronal da palmas hasta con las orejas. En cualquier caso todos coinciden en la derecha que ha tenido que ser cosa sobrenatural que, de sopetón, ZP se haya fumigado el “liderazgo” Rubalcaba, que tuvo que poner pies en pared para salvar a duras penas la cara, les haya entregado un arma de destrucción masiva del Estado del Bienestar y haya abierto una nueva e inmensa brecha en la base social de la izquierda española.

Mi amigo Josito me dice que muchos en el PSOE piensan que con esto, en diez años, a España no la va a conocer ni la madre que la parió, pero en sentido contrario al que dijo Alfonso Guerra.

De Sol a Sol IV: El milagro
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