martes. 16.04.2024

Convencer, no resignarse

Si miro al resultado de las elecciones en Valencia, me creo que estoy en la época de Fernando VII, el Felón, cuando su carroza era tirada por gentes del pueblo, que gritaban ¡vivan nuestras cadenas! Si mi vista va algo más lejos, hasta las Baleares, se confirma el dicho que el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra. Y paro aquí en turismo.

Si miro al resultado de las elecciones en Valencia, me creo que estoy en la época de Fernando VII, el Felón, cuando su carroza era tirada por gentes del pueblo, que gritaban ¡vivan nuestras cadenas! Si mi vista va algo más lejos, hasta las Baleares, se confirma el dicho que el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra. Y paro aquí en turismo.

No me resigno a que el pueblo español, vote para que España siga los derroteros que puede ofrecer el PP, que son de privilegios, corrupción y oscurantismo.

Si me refiero al resultado de las elecciones, y analizo lo que me dicen los grandes números -tendencias de la opinión-, llego a las siguientes conclusiones:

1º Con los 8,5 millones de votos, el PP no ha alcanzado su techo de votantes, que en otras elecciones, llegó a los 10 millones. Aunque en éstas, el número de votantes ha aumentado más de 1,5 millones.

No obstante el PP ha sido el triunfador de estos comicios, sin que se aprecie que el votante descontento del PSOE, haya acudido al llamamiento hecho por Rajoy de que engrosasen sus filas de electores.

2º IU, con su nivel de 1,5 millones de votantes, se mantiene en su techo habitual, sin lograr absorber votantes socialistas descontentos, como anunciaba Cayo Lara.

3º El PSOE, con sus 6,5 millones de votantes, es el derrotado, habiendo perdido casi 6 millones de votos, de su techo en anteriores elecciones, que se aproximaba a los 12 millones de votantes.

4º La abstención y notos nulos con casi 12 millones de votos, se ha alimentado en gran medida de los votantes habituales del PSOE, de esos votos que decíamos habían perdido los socialistas y han adoptado una posición no participativa, que creo es acertado interpretar, como de censura e inconformidad política con el gobierno y la dirección del PSOE.

5º La opinión votante de izquierda –sumando PSOE a IU- iguala casi a los notos del PP, sin tener presente, el descalabro socialista. Esto lo interpreto, como que a pesar de los pesares, predomina en el pueblo español, la tendencia de izquierda. Lo interpreto también, que –repito- a pesar de los pesares, el PSOE es el único partido, a nivel nacional, que puede derrotar al partido de la derecha unida, expresión histórica de desigualdad social, incultura y oscurantismo. Por ello el PSOE es el único partido nacional que puede abrir los caminos del estado de bienestar y progreso para España. . .

Estos resultados, analizados a “bote pronto”, demuestran que la política practicada por Zapatero no es comprendida ni compartida por la mitad de su electorado, ni hoy, por una mayoría de los votantes.

Hace un año que España se encontraba muy próxima del colapso económico. Con un sistema bancario que se había salvado del derrumbe, que se produjo en otros países, pero incapaz de hacer frente, a sus obligaciones de crédito, por la crisis de la burbuja inmobiliaria y la desconfianza que imperaba en el mundo financiero. Nuestros prestamistas no se fiaban ya de nosotros ni de nuestra capacidad de responder a nuestras deudas. Teníamos que equilibrar nuestros gastos, desbocados por los créditos de la burbuja inmobiliaria y los gastos sociales. El Estado Español, en opinión de nuestros socios europeos y los mercados de capitales, estaba entre los estados que podían caer el la insolvencia financiera. En resumen: confianza cero. Así era la situación a la que nos enfrentamos, en la reunión de Bruselas, en mayo de 2010. Añadiré, que a otros países les pasó otro tanto.

Dicho lo anterior, como se sabe hace un año que vino Zapatero de la reunión de la CE, con indicaciones claras de lo que tenía que hacer el gobierno español, para recuperar la credibilidad en su solvencia económica. Un plan esencialmente de recortes de gastos, para alcanzar tres años después, el déficit del 3 por ciento, deuda aceptable por la CE. Un plan que iba contra las políticas de expansión y sociales, también afectaba, en parte, al estado de bienestar. Un plan, similar al que otros miembros de la UE, estaban aplicando. Un plan que gran parte de la población no comprendió. Consideraron un “plan de derechas aplicado por un partido socialista, partido de izquierdas”. Un plan que era si, o si, obligado, pero esta obligación, no se explicó por parte del gobierno y el PSOE, ni en forma convincente ni con la paciencia, ni la divulgación suficientes.

El plan era necesario porque lo primario, lo fundamental, para asegurar el desarrollo del país, era devolver la confianza en la solvencia económica de España, solvencia sin la cual, no se tendría acceso a los capitales necesarios para la vida económica de España. Sin esa confianza en nuestra solvencia, España hubiera sido declarada insolvente y su suerte hubiera sido la de Grecia y otros estados, suerte que es conocida. En resumen: hacer lo necesario para recuperar la confianza, alcanzar, de nuevo, la credibilidad sobre nuestra solvencia económica, a nivel europeo y mundial. Era ese el primer deber del gobierno de España.

El gobierno Zapatero, siguiendo los consejos de “los partidos de izquierda”, hubiera podido negarse a aplicar lo que pedían la CE y los mercados de dinero. Creo que estoy en lo cierto si digo que esa actitud “muy de izquierda” hubiera provocado una especie de caos en las finanzas, un gran desconcierto político y un mayor desprestigio en la solvencia política y económica del Estado español, especialmente en el extranjero y nuestros aliados de Europa. Se hubiera llegado hasta límites difíciles de prever. Hubiera sido, eso si una decisión “muy de izquierda”...pero nefasta para el presente y futuro de España.

Lo que hizo el gobierno Zapatero, fue aceptar el reto, poner los intereses de España por encima de cualquier interés, salvar su supervivencia, para que prevaleciera la mayor normalidad, dentro de las difíciles condiciones de crisis económica internacionales. Consideró que su ideología socialista, de izquierda, le obligaba en primer término, a salvar la solvencia económica del país, en las condiciones que internacionalmente existían.

No es la primera vez que partidos políticos de izquierda, se ven forzados a aceptar lo no previsto en sus programas. Recordemos, sin ir más lejos, que los comunistas y socialistas, tuvimos que renunciar a la Republica, como sistema político para España, -ahí es nada- y aceptar la monarquía constitucional, por la que la derecha, desprendida del franquismo, abogaba. Gracias a ello tenemos Constitución y democracia. Hay que decir que no nos fue fácil, en aquel entonces, aceptar esa renuncia, ni a otras que no menciono. El gobierno Zapatero, aplicó la experiencia histórica.

Es evidente que para el PP la posición del gobierno le venía a pedir de boca, --para proseguir su campaña de calumnias y desprestigio y su pretendida carrera hacia la Moncloa. Una posición digna, digna del honor democrático, hubiera sido ayudar a España a salir del inminente peligro que amenazaba su prestigio, hacer propuestas para Salir de esa amenaza de credulidad y de solvencia económica. Pero al PP poco le va la honestidad democrática y se dedicó a calumniar e insultar al gobierno, al PP mejor le va la “honestidad” del gurtel, esa es la que entiende.

Las medidas, tan impopulares, tomadas por el gobierno, como se ha comprobado en estos meses pasados, han devuelto la confianza en la solvencia económica de España. Así lo atestiguan documentos y declaraciones de políticos europeos. Pero sobretodo, el gobierno y los bancos han podido acceder a fuentes de financiación en el mercado de capitales, acceso necesario y primario para nuestra economía.

Sobre el mercado de capitales se ha vituperado mucho. No seré yo el que defienda la conducta de los fondos que participan en este mercado, muchos de ellos residentes en los “paraísos fiscales”, pero si digo que el acceder al dinero, es primordial para el funcionamiento de nuestra economía. Sin meterme en profundidades, si diré que para que funcionemos y nos desarrollemos necesitamos del capital extranjero, porque nuestro ahorro no es suficiente para satisfacer las necesidades de la economía diaria y ni la de inversión.

Tenemos que tener presente que los bancos y cajas de ahorro, están metidos en nuestra vida cotidiana. Cualquier euro que se mueve en España, ha pasado por un banco. Si el sistema bancario falla, la economía falla. Nos interesa a todos que el sistema sea sólido. Añadiría también, que más solidario, pero eso es otro tema. He sabido que de cada cuatro créditos pedidos por PYMES y pequeñas empresas, tres los reciben. Es esa una magnífica noticia, que anuncia que el crédito empieza a fluir. Es una premisa para la recuperación económica y un resultado de la confianza financiera sobre España. Es un resultado de la política del gobierno.

El gobierno y el PSOE, se han enfrentado a una campaña de desprestigio e insulto, en la que no solo ha participado e inspirado el PP, si no toda la prensa impresa, las radios y las televisiones. Campaña de catastrofismo que ha hecho su mella en la opinión pública, ver resultado de las elecciones.

Es evidente que con 5 millones en el paro, es fácil desprestigiar. Pero no es honrado. Hay que decir que 2,5 millones estaban ya en el paro –la cifra más baja de toda la historia- y que los otros 2,5 millones provienen en un 85 por ciento de la construcción e industrias derivadas. Que las profesiones afectadas no se repetirán en esa cantidad y que para salir del paro, la solución es reciclarse en otra profesión, que es la oportunidad que da el gobierno a los parados, además de una subvención. Eso es política social.

Tampoco se recuerda que hay más de 18 millones de personas trabajando, cantidad similar a la que había en 2004, año de “bienestar y jolgorio… inmobiliario”. A estas personas no las afecta directamente la crisis.

Pero de ello no se habla, ni de otras leyes y medidas sociales, que toma el gobierno. La debilidad, grave debilidad, del PSOE y del gobierno es la falta, grave falta, de comunicación con sus militantes y con la ciudadanía. No tiene radios, no tiene TV, no tiene periódicos. Si los hay, pero en manos de la derecha. Y así, la cultura política es mínima, chismosa y rastrera.

El PSOE, ha recibido una buena lección con el resultado de las elecciones. Todos los de izquierda la hemos recibido y no podemos dormirnos. Hay que explicar y convencer. Y en las próximas elecciones generales impedir que en España vuelva la derecha más radical y amoral, regir los destinos de este sufrido país.

El PSOE y todos los de izquierda debemos de aprender del movimiento 15M, en sus formas de contactar con la gente, especialmente joven, en el uso de nuevas formas de movilizar y llegar a las personas. Ayudemos en todo cuanto podamos al florecimiento de este movimiento, que por lo que he oído, se basa en la honestidad y respeto a las personas. Eso fue lo que me enseñaron, antes de la guerra, en la Institución Libre de Enseñanza.

Convencer, no resignarse
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