jueves. 28.03.2024

Construcción europea: los riesgos del discurso catastrófico

En estos dias se suceden opiniones sobre el futuro del euro y mas alla de la propia Union Europea, de marcado tono catastrófico. Es evidente que la situación por la que estamos atravesando desde hace ya cuatro años no solamente es muy grave sino que ademas a veces tenemos la sensación de no saber hasta donde llegaran las malas noticias. Seria una irresponsabilidad ocultar los problemas y los déficits de la construccion europea.

En estos dias se suceden opiniones sobre el futuro del euro y mas alla de la propia Union Europea, de marcado tono catastrófico. Es evidente que la situación por la que estamos atravesando desde hace ya cuatro años no solamente es muy grave sino que ademas a veces tenemos la sensación de no saber hasta donde llegaran las malas noticias. Seria una irresponsabilidad ocultar los problemas y los déficits de la construccion europea. Pero en mi opinión, discursos como el que recientemente hemos oido a Siglitz y a otras personas conocedoras de la crisis, en el fondo son excesivamente tecnocratas y economicistas e infravaloran la vertiente politica del proceso que estamos viviendo.

La construccion europea es un alarde de voluntarismo que iniciaron en la posguerra mundial politicos socialdemócratas y democratacristianos que no querian ver por tercera vez en pocas decadas las tierras de sus paises llenas de sangre. Unos politicos visionarios que ya entonces tuvieron que pelear con el escepticismo y las criticas de los partidos comunistas, todavía sometidos a los intereses de Moscu y de otros extremistas de izquierda y derecha. Los españoles que llevabamos dos siglos al margen de Europa todavía no hemos entendido bien el reto monumental de la Union Europea, porque desde el siglo XVIII, salvo la invasión napoleonica y la de los 100.000 hijos de San Luis, no hemos estado en guerra con el resto del continente. Y ellos sí. La historia de Europa desde la caida del Imperio Romano ha sido una sucesion continua de guerras, fronterizas, dinasticas, religiosas, comerciales, de invasiones, anexiones y retrocesiones. Quien pensara que este pasado tragico se podria borrar por la mera firma del Tratado de Roma o es que era un iletrado o un iluso o las dos cosas.

Hacer entrar a Alemania en una dinamica de colaboración, mas aun de protagonismo, en la construccion de la Union es un logro de dimensiones incalculables. No hay mas que compararlo con la actitud del otro antiguo imperio, el reticente Reino Unido. Alemania siempre ha pretendido imponerse a traves de los cañones desde su reunificación en la segunda mitad del siglo XIX, como antes lo hizo Francia y antes España. Y ahora estamos construyendo una Europa sin fronteras, con instituciones politicas comunes, con legislación comun y hasta con una moneda común. Una moneda común, algo que no existia desde el Imperio Romano, salvando las enormes diferencias politicas, sociales y economicas.

La moneda comun es el factor mas significativo de la unidad politica. Cualquier minimo conocedor de la historia lo sabe, empezando por la historia de nuestro propio pais. ¿Y soñabamos con que este iba a ser un camino facil, rapido, lineal? ¡Venga ya! Si lo sorprendente es que hayamos avanzado tanto en tan poco tiempo.

En unos tiempos en que se siguen produciendo fuertes tensiones centrifugas en los estados nacion (Italia, Belgica, España, Reino Unido…) con ensoñaciones independentistas de partes de su población, queremos que un proceso centripeto como es la cesion de 27 soberanias en la Union Europea sea armonico y tranquilo. ¿Pero en que galaxia vivimos?

Y ademas la construccion de la Union Europea y la consolidación del euro, es la consagración del mundo multipolar, lo que entra en directa confrontación con los intereses de los viejos imperios norteamericano y ruso y con los intereses de los grandes subcontinentes emergentes, Brasil, India y China. ¿O es que alguien piensa que a estos estados les interesa un euro fuerte y una Europa Unida? Obama, que es progresista, como lo es la presidenta del Brasil, es posible que asuman ideológicamente por una Europa Unida e incluso por su modelo economico y social; pero ni Wall Street ni la Bolsa de Sao Paulo apuestan por ello, sino todo lo contrario. Nos querrian ver divididos y enfrentados y con 27 monedas.

Por ello resulta tan peligroso el discurso que cada dia oimos de algunos radicales a la izquierda y a la derecha, que cuestionan el euro o que alegremente apuestan por la salida del euro o por frenar los procesos de convergencia economica, social, fiscal y politica de la Union Europea.

Que la izquierda seamos incapaces en cada pais y en el conjunto de la Union Europea de diseñar una estrategia coherente y ganar el apoyo de las mayorias para conducir el proceso de convergencia y de salida de la crisis, no quiere decir que tengamos que abandonar ese proyecto. No es tarea facil ni rapida de solucionar la que tenemos por delante, va a ser muy costoso avanzar en la Union y en la consolidación del euro, pero la alternativa no es el progreso en cada pais por su cuenta sino la desaparición del modelo social europeo.

Es una apuesta politica, no meramente economica y el protagonismo lo deben tener los partidos politicos, los sindicatos, los movimientos sociales y no los supuestos expertos. No subestimo la gravedad de la situación, pero frente al pesimismo economicista y al radicalismo de la nada, hay que optar por el voluntarismo de quienes empezaron el camino en los años 50, sin imaginar que en algo mas de cuarenta años tendriamos una moneda unica.

Construcción europea: los riesgos del discurso catastrófico
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