jueves. 25.04.2024

Cómo descodificar el programa de investidura de Rajoy

Rajoy es ya Presidente del Gobierno y continúa oculta una buena parte de su programa. Es cierto que durante el debate de investidura presentó las líneas de su acción de gobierno. Pero es más cierto aún que lo hizo con un deliberado desequilibrio entre sus contenidos. Algunas cosas, que el PP considera que son de buen escuchar, como pensiones y ayuda a las PIMES, las concretó ampliamente.

Rajoy es ya Presidente del Gobierno y continúa oculta una buena parte de su programa. Es cierto que durante el debate de investidura presentó las líneas de su acción de gobierno. Pero es más cierto aún que lo hizo con un deliberado desequilibrio entre sus contenidos. Algunas cosas, que el PP considera que son de buen escuchar, como pensiones y ayuda a las PIMES, las concretó ampliamente. Otras, la mayoría, que contienen medidas de ajuste duro, simplemente las enumeró, cuando no las camufló. Además utilizó todo tipo de eufemismos y trampas para que la ciudadanía no pueda calibrar plenamente la dimensión de su programa de gobierno.

Se trata de una técnica que tiene mucho que ver con la concepción que algunos partidos tienen de la política, la de las cosas de la política y no la de la política de las cosas y, sobre todo, de las personas.

Como quiera que considero que entre mis obligaciones como diputado están las de acercar el Congreso a las personas, me he planteado la posibilidad de intentar descodificar algunas de las claves del programa de investidura del Sr. Rajoy y de su Gobierno. 

Dada la extensión de esta tarea, me ha parecido más prudente desglosarla en diferentes entregas.

Para la primera reservo la descodificación de lo que es el diagnóstico de la situación económica y la exposición de los grandes ejes. En sucesivas entregas intentaré desglosar las propuestas más significativas.

La clave para la descodificación del diagnóstico del Sr. Rajoy no está en lo que dijo en su intervención, sino en lo que omitió deliberadamente.

ANÁLISIS DEL PARO

Como es obvio, parte del análisis del paro. Y aquí ya aparece la primera trampita. Sitúa un volumen de personas paradas de 5.400.000 (23%) basándose en los datos armonizados de la UE y en los del Servicio Público de Empleo (antiguo INEM) que dan un volumen de parados muy superior al de la EPA. El Sr. Rajoy ha escogido la peor de las bases estadísticas sobre paro, pensando así que pronto va a poder presentar algunas mejoras.

EQUILIBRIO PRESUPUESTARIO IGUAL A AJUSTE EN EL GASTO, OLVIDANDO LA MEJORA DE LOS INGRESOS

En todo el diagnóstico se refiere a la necesidad de conseguir equilibrio presupuestario como sinónimo de recorte de gastos. Ignorando deliberadamente que el equilibrio se puede conseguir actuando sobre los gastos y también sobre los ingresos. Intentar que las personas identifiquen equilibrio presupuestario con reducción de gastos es la mejor manera que la ciudadanía asuma acríticamente los recortes y, sobre todo, no hacer –como no ha hecho- ni una sola mención a cómo mejorar los ingresos.

Para justificar la necesidad del equilibrio presupuestario va a buscar dos muletas, externas a su responsabilidad. Una, los recientes acuerdos de la cumbre europea. Y la otra, la reforma de la CE impulsada por el PSOE y avalada por el PP (que inmenso regalo le hizo el Sr. Zapatero a la estrategia de ajuste duro del PP). Si la necesidad del equilibrio viene impuesta por Bruselas, se dice y además se inició durante el Gobierno Zapatero, es evidente que la responsabilidad del Sr. Rajoy queda camuflada.

CUANTIFICACIÓN DEL AJUSTE

En la cuantificación de ajuste de nuevo utiliza otra “habilidad”. Cita los datos de 65.000 millones de euros de déficit (6% del PIB) facilitados por la Sra. Salgado y en base a ellos cuantifica el desajuste entre ingresos y gastos en 16.500 millones de euros. Ello merece dos comentarios: como quiera que el cierre del Presupuesto del 2011 estará más cerca del 7,5% de déficit que del 6%, esto va a ser utilizado para justificar un ajuste mayor de los gastos. Pero en la medida que en este diagnóstico no están cuantificados para el 2012 algunas de las promesas de su programa de investidura, como las mejoras de fiscalidad para las empresas, resulta evidente que la cantidad de 16.500 millones de euros de ajuste en los gastos será superada una vez se presenten los datos del Presupuesto. Ello sin olvidar lo más importante: ni una sola referencia a cómo mejorar los ingresos.

TRAMPAS EM EL DIAGNÓSTICO. COARTADAS PARA LAS POLÍTICAS

Ya en el diagnóstico, el Sr. Rajoy sitúa algunas trampas mentales para que sea más fácil colarnos después la ideología, en algunos momentos teología, de sus políticas. De momento me referiré a tres que me parecen muy significativas: Ajuste en el sector público, en la legislación laboral y en el sector financiero.

En su diagnóstico sobre la Función Pública, además de anunciar una profunda reforma sin concretar más, deja caer una idea tan falsa como perversa. La supuesta sobredimensión de empleo público en España, cuando los datos comparados con la UE dicen exactamente el contrario, que el nuestro es un país con una debilidad de empleo en el sector público, especialmente en el ámbito de prestación de derechos de las personas. Esto le permite apuntar como medidas de urgencia para el 2012 la tasa de reposición cero en la función pública, o sea la no contratación de empleados públicos para substituir a los que cesen en su actividad. Y sitúa una excepción en el ámbito de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado –toda una concepción de prioridades– y en los servicios públicos básicos. Este es un concepto indeterminado que deja el ajuste del empleo público en una calculada ambigüedad.

En relación a la reforma laboral es donde la trampa ideológica es de mayor magnitud, porque en el diagnóstico ya establece una relación causa-efecto que es falsa, entre legislación laboral y crecimiento del empleo. Ya entraremos en más detalle; de momento se puede encontrar una explicación más detallada en mi intervención del día 19 de diciembre.

Por último, y en relación a la reforma del sistema financiero, no concreta mucho pero sí suficiente para saber por dónde pueden ir los tiros. En el diagnóstico habla de los inmuebles que han perdido valor y de los activos menos líquidos que los inmuebles (se refiere, sin duda, al suelo en poder de los bancos). Que separe estos dos tipos de activos permite intuir hacia dónde puede ir la reforma financiera del Sr. Rajoy. Como quiera que ya se ha desmarcado, como el Sr. Botín, de la idea del “banco malo”, todo parece apuntar a una propuesta más camuflada pero construida sobre dos ideas claves.

El Sr. Rajoy va a propiciar una mayor concentración de los bancos en menos manos y el proceso va a contar con dinero público, bien directamente o bien a través de avales a la deuda que deban asumir los bancos que se queden con activos tóxicos. Y nada descartaría que los activos más tóxicos (suelo, en algunos casos no urbanizable) pasen a ser gestionados por una entidad que, directa o indirectamente, esté financiada con recursos públicos.

Cómo descodificar el programa de investidura de Rajoy
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