viernes. 19.04.2024

Cimentar la igualdad

Somos muchas las mujeres españolas que albergamos el orgullo de haber contribuido a impulsar la agenda política que ha llevado a las mayores cotas de libertad y avance de derechos en la Historia de España.

Somos muchas las mujeres españolas que albergamos el orgullo de haber contribuido a impulsar la agenda política que ha llevado a las mayores cotas de libertad y avance de derechos en la Historia de España. Participamos de todas las reivindicaciones de una Transición tentada a postergar las decisiones políticas que afectaban particularmente a la vida de las mujeres y tejimos desde el movimiento de mujeres y desde cargos institucionales alianzas estratégicas que han permitido el desarrollo de una agenda propia en materia de igualdad de derechos y  oportunidades entre hombres y mujeres.

La Historia nos presenta dos periodos.  Por un lado, el periodo en que los gobiernos progresistas alentaron las reformas legislativas básicas que equipararon legalmente a mujeres y hombres y que se desarrollo entre 1982 y 1996. Por otro, una segunda fase que ha tenido lugar durante los gobiernos de Jose Luis Rodriguez Zapatero y que han supuesto el desarrollo de normas para acelerar el proceso y alentar el cambio del modelo social androcéntrico.

La primera, fue la etapa de equiparación de derechos. La segunda, de eliminación de obstáculos que impedían e impiden el desarrollo de los mismos.

emos entendido que no es suficiente tener reconocidos derechos. El reconocimiento  de derechos sin posibilidad cierta de poder ejercerlos es una falacia y un engaño. Comenzando el siglo XXI nuestro objetivo consiste en hacerlos efectivos.

Para nosotras la importancia de las leyes promovidas en el segundo periodo es esencial por ser leyes de impulso, leyes que enfrentan los obstáculos específicos derivados de un sistema social, económico y político que nos ha excluido históricamente.

Ya no nos conformamos con decir que hemos de tener el mismo salario por el mismo trabajo, ahora, identificamos qué impide que eso sea así y mas allá de proclamar la igualdad salarial, promovemos acciones que lo hagan efectivo y sobre todo que acorten el proceso hacia el objetivo marcado.

Ya no nos conformamos con proclamar la necesidad de que las mujeres formen parte de la representación política, en este periodo, hemos legislado para que el parlamento español máximo órgano de la representación popular sea paritario por ley.

Ya no nos conformamos con reclamar paridad política, somos conscientes de que este principio ha de regir en el mundo económico, empresarial, cultural, deportivo; es decir, en todas las esferas de la vida.

Las grandes líneas de actuación ya están establecidas. Tenemos ley de igualdad, de prevención de la violencia de género, de salud reproductiva e interrupción voluntaria del embarazo, tenemos un Plan nacional contra la trata y más allá de los que pudieran parecer normas específicas nos hemos dotado de una Ley de la Dependencia mientras avanzamos imparables, hacia un  proceso de universalización de la educación Infantil de 0 a 3 años. Estos últimos, instrumentos  son estratégicos para facilitar la conciliación corresponsable y facilitar, sin obstáculos, la incorporación de la mujeres al mundo del trabajo asalariado.

La cuestión ahora es que estas leyes cuenten con instrumentos que las desarrollen adecuadamente. Toda la estructura del Estado tiene que participar de la estrategia. He aquí la clave y el talón de Aquiles.. Marta Locatelli  nos indica que quienes hemos llegado hasta aquí, necesitamos conservar “las posiciones alcanzadas hasta ahora” para que “las niñas no tengan que comenzar por donde comenzaron sus madres en cuanto a la necesidad del feminismo y a la elaboración de sus intereses y estrategias”.

Tenemos responsabilidad hacia las generaciones futuras, es nuestra responsabilidad no dejar demasiadas cargas a las próximas generaciones de mujeres. Por eso, es preciso rearmarse frente a una derecha que amenaza con recortes a la ley del aborto, alimenta estrategias contra la ley de igualdad, objeta a educación para la ciudadanía y en el colmo de la degradación, rompe el consenso en materia de violencia de género.

Tenemos responsabilidad hacia las generaciones futuras, por eso necesitamos mantener las posiciones, anclar lo conseguido y cimentar la igualdad como práctica social incuestionable.

Cimentar la igualdad
Comentarios