sábado. 20.04.2024

La CEOE, el rayo que no cesa

La patronal CEOE ha anunciado que en breve hará público un documento con sus propuestas a los partidos políticos de cara a las elecciones generales.

Dada la relativa inminencia de la cita electoral parece lógico sugerir a los partidos políticos la puesta al día de su programa electoral en todo lo relativo a la cuestión del trabajo con una convincente respuesta al petitorio empresarial

La patronal CEOE ha anunciado que en breve hará público un documento con sus propuestas a los partidos políticos de cara a las elecciones generales. Joan Rosell lo ha hecho público en el Plural. Podemos anticipar que no habrá sorpresas: la diosa Flexibilidad será el deus ex machina del documento. De una flexibilidad unilateral y, por tanto, decidida autoritariamente por la dirección de la empresa en todo el sistema de organización del trabajo, en lo atinente a los despidos y los salarios. Exactamente, en todo lo que afecta negativamente a  la condición asalariada. 

Entiendo que el sindicalismo confederal y las izquierdas políticas -cada cual con sus funciones propias, autónomas, y sus propias responsabilidades- necesitan proponer un discurso alternativo a dicho deus ex machina. El primero mediante un proyecto que se haga carne viva en todo el sistema de la negociación colectiva; los segundos a través de toda su actividad, dentro y fuera del parlamento. Ahora bien, ni los sindicatos deben esperar a que la actividad parlamentaria les saque las castañas del fuego, ni los partidos tienen que estar aguardando el qué hacer de aquellos. La cosa debería arrancar de una reflexión sindical y política de las transformaciones en curso que se están operando en el centro de trabajo y en el puesto de trabajo. En toda la economía.

Dada la relativa inminencia de la cita electoral parece lógico sugerir a los partidos políticos la puesta al día de su programa electoral en todo lo relativo a la cuestión del trabajo con una convincente respuesta al petitorio empresarial. De entrada, las fuerzas políticas de izquierda se han comprometido a pasarle la garlopa a la reforma laboral. Sea, pero ¿con qué contenidos concretos? ¿con qué texto concreto?  El tiempo se nos echa encima. Así es que el elenco de propuestas debe estar listo lo antes posible.

Por otra parte nos atrevemos a sugerir algunas cuestiones sobre este particular. Nuestra tesis es que el centro de trabajo es el talón de Aquiles de las preocupaciones de las izquierdas políticas. El origen de ello radica, en nuestra opinión, en la delegación que el partido (en general) hizo a favor del sindicato. Y de la delegación en clave lassalleana se pasó al abandono. Así las cosas, el partido (socialista, socialdemócrata, comunista, tanto da)  se quedó como un gallo desplumado en el centro de trabajo.

No estamos planteando que el partido intervenga en el centro de trabajo. Sino que como sujeto urbano debe tener su propia propuesta, ya que el centro de trabajo no es una terra nullius. Veamos, ¿tendría sentido que la formación política estuviera en ayunas en lo referente a los problemas, viejos y nuevos, de la ciudad y, de paso, delegara en los movimientos vecinales tan importante cuestión? Es claro que no. De la misma manera precisamos que la formación política debe contar, desde su propia autonomía e independencia, con un proyecto industrial (en su sentido más amplio) concreto. ¿No sería conveniente que no se dilatase el inicio de ese trayecto?  

La CEOE, el rayo que no cesa