3 de octubre de 2010, 14:19
NUEVATRIBUNA.ES - 10.2.2010
...La iniciativa no me parece mal. El Gobierno tiene demasiados altos cargos y demasiadas altas cargas y convendría prescindir de algunos/as cuyas funciones están poco claras. Vale. Pero esa llamada a la austeridad debe ser para todos los gobiernos autonómicos y municipales, ya que es todo el país el que se encuentra metido en la crisis. Pero da la impresión de que los tiros (metafóricos) no van por ahí. Ayer mismo, mientras, en las Cortes, el PP proponía esta medida, en la Asamblea de Madrid, los boys y las girls de la lideresa utilizaban su mayoría para impedir que la Cámara pueda examinar los contratos del Gobierno regional con la trama Gurtel.
Hay que recordar que durante, al menos seis años, Esperanza Aguirre ha aumentado el número de altos cargos, que rondan ahora los 240, y que lo propio hizo Gallardón con el nuevo organigrama municipal, que aumentó en 175 directivos (3 coordinadores generales, 9 directores generales, 36 subdirectores generales, 51 jefes de servicio y 76 jefes de departamento). Así que deberíamos esperar que tanto uno como otra apliquen en sus respectivos ámbitos el mismo criterio corrector que su jefe solicita para Zapatero.
Pero hay más. Otra medida adecuada para ayudar a salir de la crisis sería la de suprimir los dobles o triples sueldos de los altos cargos. Por ejemplo, el ex alcalde de Madrid, Álvarez del Manzano, ha disfrutado de un sueldo público, como presidente del IFEMA, y de dos sueldos privados como consejero de Reyal-Urbis y de Iberpistas, lo mismo que su sucesor en el cargo Luis Eduardo Cortés, ex vicepresidente de la Comunidad de Madrid, ha disfrutado del sueldo del cargo y al tiempo del de consejero de Sacyr-Vallehermoso, hasta que se ha visto obligado a dimitir.
En este tema de las burladas incompatibilidades, la lideresa ha estado muy ágil. Por un procedimiento de urgencia, en julio de 2007, la Asamblea de Madrid aprobó en el último pleno antes de las vacaciones la Ley de Medidas Urgentes de Modernización de la Administración, en la que se aprobó, entre otras medidas controvertidas, la supresión de incompatibilidades para altos cargos del Gobierno regional. Así que por ahí también se podría ahorrar.
En el nombramiento de altos cargos a algunos se les ha ido la mano. Por ejemplo, el presidente Antich ha destituido a 200 altos cargos nombrados por Unión Mallorquina. Se dice que Carlos Fabra, en su taifa de Castellón, tiene 30 consejeros; pues, que reduzca alguno. A lo mejor con 10 ya le bastaría. Y en Galicia ocurre algo parecido con 300 familiares de José Luis Baltar, que, según la oposición, están empleados en diversos niveles de la administración orensana.
...La iniciativa no me parece mal. El Gobierno tiene demasiados altos cargos y demasiadas altas cargas y convendría prescindir de algunos/as cuyas funciones están poco claras. Vale. Pero esa llamada a la austeridad debe ser para todos los gobiernos autonómicos y municipales, ya que es todo el país el que se encuentra metido en la crisis. Pero da la impresión de que los tiros (metafóricos) no van por ahí. Ayer mismo, mientras, en las Cortes, el PP proponía esta medida, en la Asamblea de Madrid, los boys y las girls de la lideresa utilizaban su mayoría para impedir que la Cámara pueda examinar los contratos del Gobierno regional con la trama Gurtel.
Hay que recordar que durante, al menos seis años, Esperanza Aguirre ha aumentado el número de altos cargos, que rondan ahora los 240, y que lo propio hizo Gallardón con el nuevo organigrama municipal, que aumentó en 175 directivos (3 coordinadores generales, 9 directores generales, 36 subdirectores generales, 51 jefes de servicio y 76 jefes de departamento). Así que deberíamos esperar que tanto uno como otra apliquen en sus respectivos ámbitos el mismo criterio corrector que su jefe solicita para Zapatero.
Pero hay más. Otra medida adecuada para ayudar a salir de la crisis sería la de suprimir los dobles o triples sueldos de los altos cargos. Por ejemplo, el ex alcalde de Madrid, Álvarez del Manzano, ha disfrutado de un sueldo público, como presidente del IFEMA, y de dos sueldos privados como consejero de Reyal-Urbis y de Iberpistas, lo mismo que su sucesor en el cargo Luis Eduardo Cortés, ex vicepresidente de la Comunidad de Madrid, ha disfrutado del sueldo del cargo y al tiempo del de consejero de Sacyr-Vallehermoso, hasta que se ha visto obligado a dimitir.
En este tema de las burladas incompatibilidades, la lideresa ha estado muy ágil. Por un procedimiento de urgencia, en julio de 2007, la Asamblea de Madrid aprobó en el último pleno antes de las vacaciones la Ley de Medidas Urgentes de Modernización de la Administración, en la que se aprobó, entre otras medidas controvertidas, la supresión de incompatibilidades para altos cargos del Gobierno regional. Así que por ahí también se podría ahorrar.
En el nombramiento de altos cargos a algunos se les ha ido la mano. Por ejemplo, el presidente Antich ha destituido a 200 altos cargos nombrados por Unión Mallorquina. Se dice que Carlos Fabra, en su taifa de Castellón, tiene 30 consejeros; pues, que reduzca alguno. A lo mejor con 10 ya le bastaría. Y en Galicia ocurre algo parecido con 300 familiares de José Luis Baltar, que, según la oposición, están empleados en diversos niveles de la administración orensana.