viernes. 19.04.2024

Cajas de ahorro: de su gobierno y otras responsabilidades

En el presente artículo paso a explicar algunas de las cuestiones que quería plantear en la Comisión investigadora que se ha creado en el Parlament de Cataluña...

En el presente artículo paso a explicar algunas de las cuestiones que quería plantear en la Comisión investigadora que se ha creado en el Parlament de Cataluña, referida a la crisis del sector de las Cajas de Ahorro, y que no podré efectuar al ser vetado por los votos de CiU y PP.

Hoy en general es normal poner el ejemplo de las Cajas de Ahorro como entidades mal gestionadas y responsables de muchos de los males de nuestro sistema financiero. Hay que decir que se debería mucho esta apreciación en algunos aspectos.

En primer lugar las cajas de ahorro durante muchos años, en algunos casos más de cien, han llevado a cabo una labor positiva canalizando el ahorro popular, evitando la exclusión financiera y dando un retorno de beneficios a la sociedad en forma de dividendo social (obra social).

Las Cajas han cambiado y mucho en los últimos 25 años del siglo XX, y esto ha sido fruto de la presión de sus directivos y especialmente de la voluntad del legislador político que las ha ido equiparando a la banca privada.

Es evidente que en los últimos tiempos, las cajas se sumaron con alegría y sin medir las consecuencias a la "bacanal especulativa del ladrillo". Pero también hay que decir que algunas lo hicieron en mayor medida mientras que otros efectuaron una gestión más ponderada. Hay que añadir también dos cosas, la primera que también los bancos entraron en la "bacanal" y que en el caso de algunos grandes bancos como Santander y BBVA, su relación con los grandes promotores fue equivalente a la de las cajas, la diferencia está en el grado de diversificación y especialmente de internacionalización que les ha permitido tener unos resultados globales positivos a pesar de los realizados en España fueran negativos. La segunda es que el problema de las cajas no se ha dado sólo en nuestro país, nadie habla de la situación de las cajas alemanas la situación de las que es muy cuestionable, pero que tienen la suerte de tener la manta protectora de la Sra. Merkel.

Entraremos a analizar la situación de las cajas y alguna de sus actuaciones más cuestionadas y lo haremos analizando el caso de las cajas catalanas, teóricamente las menos politizadas del Estado. A pesar de no estar "politizadas" en este momento sólo queda una caja de las once que habían convivido en Cataluña.

1. - El marco legislativo y el gobierno de las cajas.

En primer lugar debemos decir que la problemática de las Cajas de Ahorro en Cataluña deriva de una Ley de Cajas que dejó su control total en manos de sus directivos... Esto deriva ya desde la primera Ley establecida en tiempos del Presidente Pujol, y que la "vox populi" siempre ha apuntado a que fue elaborada o auspiciada por Josep Vilarasau, entonces Director General de “la Caixa”.

En manos de las entidades, es decir de sus directivos, se dejó en gran medida la propia composición de sus órganos de gobierno. Hay que decir que en el caso de las Cajas catalanas el poder ha residido siempre en el equipo directivo, lo que ha conllevado a que en la mayor caja del país, ya hace tiempo sea tradición que el Director General saliente se convierta en Presidente de la propia entidad. Hay que decir que el máximo poder que en las cajas catalanas tiene el Director General, en las del resto del Estado se deja en manos de un equivalente Presidente ejecutivo.

La selección de los candidatos a miembros de los Consejos de Administración se deja en manos de los gestores de las entidades, que han mantenido un poder casi total sobre la gestión y la propia administración, mediante la importante delegación de funciones del Consejo  en sus máximos responsables ejecutivos Directores y Presidentes.

Esta situación del control de las entidades en pocas manos, las de los máximos gestores no es exclusiva de las Cajas de Ahorro sino que se produce asimismo en muchas de las grandes empresas del país, incluidas las del IBEX 35, donde el poder también está en exclusiva en pocas manos, las de sus máximos directivos y como máximo en la de los representantes de los accionistas de referencia.

Hay que decir que la información que se daba a los miembros de los consejos era mínima. Así en el caso de una gran caja, que quizá era de las que más información ponía al alcance de los consejeros,  ni siquiera se daba a los consejeros los estatutos de la entidad cuando entraban a formar parte del Consejo de Administración, que es donde se describen sus funciones y responsabilidades. Los consejeros sólo podían ir a consultar los temas del “orden del día” el mismo día del Consejo, y aun así en una información reducida. Incluso los consejeros no disponían ni siquiera de copias de las actas de las sesiones del consejo. Esto era así debido al propio proceso de selección y control de los miembros del Consejo, del que tan sólo escapaban los representantes de los trabajadores elegidos por  la plantilla.

Un caso extremo del caciquismo en algunas cajas lo representaba por ejemplo la situación en Caja del Penedés donde la Comisión Ejecutiva estaba compuesta sólo por tres personas, El Presidente, el Director y un impositor. Mientras el Consejo se reunía sólo cada dos meses y la ejecutiva tenía prácticamente delegadas todas las facultades. Esta situación denunciada reiteradamente, desde CCOO, a la Conselleria de Economía, sólo se resolvió, con el Conseller Castells, en la última reforma de la Ley de Cajas, cuando se estableció la obligatoriedad de que la ejecutiva estuviera compuesta por todos los sectores representados en el Consejo.

2. - El espinoso tema de las participaciones preferentes.

En primer lugar debe decirse que parece bastante discutible la propia figura de las participaciones preferentes, y su aprobación por los órganos reguladores CMNV y Banco de España, ya que estamos hablando de unos productos financieros sin fecha de caducidad.

También parece increíble que el regulador, el Banco de España, no tuviera nada que decir de su comercialización entre clientes sin cultura económica. La responsabilidad de los directivos de bancos y cajas fue muy importante, ellos determinaron la colocación del producto de participaciones preferentes entre clientela poco especializada, lo que no efectuaron, por razones obvias, entre clientes institucionales ni con clientes dotados de cultura financiera, por razones obvias.

Hasta los propios empleados de las entidades no eran conscientes del producto que colocaban. Y es que tanto las participaciones preferentes como la deuda subordinada funcionaron durante muchos años con la existencia de un mercado secundario interno dentro de las propias entidades, lo que permitía que los clientes pudieran deshacerse, cuando lo deseaban, de sus participaciones. Pero en el verano de 2011 una nota de la CMNV prohibió esta práctica obligando a que todos los intercambios se hicieran en mercados oficiales, lo que colapsó el sistema para las pérdidas que ello comportaba.

3.- Las razones de una crisis

Tanto las cajas de ahorro como la banca privada se endeudaron en gran medida por encima de sus posibilidades durante el tiempo de la "burbuja inmobiliaria", sin que ni los Gobiernos ni los reguladores hicieran nada para evitarlo. Con la crisis de "la burbuja" las cajas han sufrido más que los bancos por su propia estructura más vinculada a la situación de la ciudadanía. Tanto las cajas como los bancos han sufrido el impacto de la crisis de los promotores, pero es evidente que las cajas han sufrido más la repercusión de la crisis, en especial el paro, en los particulares, su clientela habitual y mayoritaria. La gran banca ha soportado mejor la situación debido a su diversificación internacional, pero sus balances sólo del Estado también son negativos. Podríamos decir que estamos ante un caso muy similar al de la banca industrial que desapareció como consecuencia de la reestructuración industrial de los años 80.

Los directivos de las cajas catalanas cavaron la fosa de sus entidades al salir de sus mercados naturales y querer crecer más de lo que podían, deslumbrados con la posibilidad de beneficios rápidos derivados del crecimiento inmobiliario. O en el caso de Caixa Catalunya por optar por unas formas de participación directa en promotoras inmobiliarias, opción que se ha demostrado a posteriori suicida.

La crisis se provocó por la mala gestión por parte de algunas cajas, pero otras tenían una gestión positiva. La crisis se multiplicó por la política impulsada desde el gobierno y el Banco de España, órgano regulador y de control.  Estos impulsaron la fusión entre cajas solventes y cajas con problemas con el resultado de pudrir las entidades resultantes. Aún más grave fueron casos como Banca Cívica o especialmente Bankia donde se promovió la fusión de múltiples cajas problemáticas con los resultados que todos conocemos.

4. - El papel de los representantes de los trabajadores:

Los representantes de los trabajadores han sido siempre una minoría dentro de los Consejos de Administración. Aun así, en muchos casos, han sido la minoría más activa al tener un conocimiento amplio del funcionamiento interno de las entidades. Dicho esto es evidente que les faltaba como, al resto, una gran parte del conocimiento de la realidad de la gestión económica.

A pesar de ello hay que decir que los representantes de los trabajadores, en concreto los de CCOO, han sido decisivos en algunos temas de gran importancia:

a.- En la fusión de la Caixa de Pensions y la Caixa Barcelona los representantes de los trabajadores y CCOO tuvieron un papel esencial al apoyar la misma condicionándola a un acuerdo sobre las condiciones de la plantilla. La posición sindical venía muy  determinada  también por su conocimiento de la situación de las dos entidades, la primera afectada gravemente por el caso del escándalo de las " primas únicas", y la segunda en una difícil situación económica que le impedía cumplir con el compromiso de dotación del fondo de pensiones y en peligro de intervención.

b. - Cuando el Director General de Caja de Cataluña compró la aseguradora MNA, sin tener el acuerdo preceptivo del Consejo de Administración, sólo la presión externa, de que este hecho se haría público, obligó a la Presidencia a proponer al Consejo la destitución del Director General.

c. -Cuando el Sr. Vilarasau se convirtió en Presidente de la Caja quiso nombrar dos directores generales, a pesar de ser contrario a lo establecido en la Ley Catalana de Cajas. Esto como reconoce el propio ex Presidente en sus memorias encontró la oposición del entonces consejero de Economía Sr. Artur Mas, a pesar de que el Presidente Pujol era más comprensivo. El Consejero Mas basó su oposición en la impugnación planteada por los representantes de CCOO en el Consejo.

Es evidente que la presencia en los consejos daba a los representantes de los trabajadores un mayor conocimiento de la realidad de la empresa. Pero tiene razón Ignacio Fernández Toxo cuando plantea la necesidad de que no se debe participar al no poder acceder a todas las herramientas de control y porque por el contrario se ven involucrados, en mayor o menor nivel, en la gestión de las entidades.

5. - A "modo" de conclusión:

La crisis de las cajas de ahorro ha sido responsabilidad de la propia legislación, de sus órganos de gobierno, de la falta de control de los reguladores y la omnipotencia de los directivos sin controles adecuados. Por tanto las responsabilidades están en las entidades y sus directivos, pero van más allá. Están también en los campos de los reguladores y los responsables políticos autonómicos y estatales.

Y hay que decir que la desaparición de estas entidades ha sido fruto de una decisión política de liquidarlas en beneficio de determinados intereses financieros. Podía haberse dado otras salidas pero se ha optado por una que ha perjudicado a los impositores, a los trabajadores de las cajas y a la propia sociedad en su conjunto. Porque no hay duda de que la solución elegida supone un perjuicio grave para la sociedad, por  lo que supondrá de creación de exclusión financiera de los sectores más desfavorecidos de la sociedad, por la pérdida del dividendo que es la obra social y que beneficiaba en gran medida al Tercer Sector, y porque la Reforma Financiera tal como está diseñada lo que ha comportado es potenciar un oligopolio financiero.

Cajas de ahorro: de su gobierno y otras responsabilidades