jueves. 28.03.2024

Bofetada sin anestesia

nueva tribuna | 29.11.2010La magnitud del cataclismo ha sido tal que a Puigcercós casi le votan el mismo número de catalanes que el de andaluces que, según sus cálculos, no pagaban impuestos. Voto arriba o voto abajo prácticamente ni Dios.
nueva tribuna | 29.11.2010


La magnitud del cataclismo ha sido tal que a Puigcercós casi le votan el mismo número de catalanes que el de andaluces que, según sus cálculos, no pagaban impuestos. Voto arriba o voto abajo prácticamente ni Dios. De Montilla ya apenas se atisba la polvareda que sus pies dejan allá por los confines de Santa Coloma de Gramanet y sólo Iniciativa ha logrado salvar los muebles aunque por el camino se haya dejado por lo menos un par de mesillas de noche.

En suma, el pulso de los electores ha castigado esa prevalencia de la aritmética sobre el sentido común que auguraba un batiburrillo político allí dónde se quería presentar una alianza progresista. Si a ello se suma una crisis furibunda y un timonel estatal que jura y perjura que quiere ir a la izquierda pero se escora a la derecha sin saber bien qué camino le llevará a alguna parte, la adivinanza del color del caballo blanco de Santiago se convierte en una clave encriptada al lado de esta ecuación. Un fracaso sin anestesia posible como bien lo ha comprobado el trasero del hasta ahora president que se ha llevado una salva de puntapiés que buscaban a buen seguro otro objetivo.

Sin duda el estar sentado al lado de los grandes empresarios nacionales ha ayudado mucho a Zapatero a no descubrirse esas retaguardias aun a costa de lo raro que queda para un ex votante socialista que la víspera de ir a las urnas la foto de su líder a la búsqueda de soluciones a la crisis sea con quienes han ganado miles de millones de euros a pesar de ella. Que se sepa, en una hazaña que pasará a los anales de la Historia cuando el tiempo le haga justicia, se comprometió a acelerar unas reformas que, en el caso de la laboral, perjudica a los asalariados, en la de las pensiones a quienes ahora trabajan y lo tendrán que hacer durante más años, en la de la negociación colectiva daña a los sindicatos y en la reforma de las cajas abre las puertas a la privatización.

Toda una afrenta que, en un gesto que habla muy bien de su capacidad de encaje, los presidentes y altos directivos asumieron con una deportividad encomiable de tal modo que algunos se fueron de Moncloa frotándose las manos y eso que ese día no nevaba. Como hay quien dice que estos asertos solo siembran desolación y catástrofe recordar que las palabras son palabras pero que los decretos son decretos. Bajo el paraguas de esta obviedad late el carácter obligatorio de un recorte de salario y el voluntario de leer o compartir estas tesis. Dicho de otra manera, por mucho que irriten algunos artículos jamás alcanzarán las cotas de indignación que ver cómo aumenta el paro, se cobra menos al mes, se despide más barato, no se suben míseras pensiones y todo ello mientras se suscriben solemnes compromisos para que todo esto, en vez de a 33 revoluciones por minuto, vaya a 45 como los singles de antes.

Y frente a ello, al calor de este vértigo político, el debut de un Marcelino ‘Speedy’ Iglesias que ofrece una primera valoración electoral sin preguntas de los periodistas cuando, con estos niveles de desempleo, bien se podría habilitar una partida para mensajeros y, de ese modo, transportar la soflama a los medios sin necesidad de desplazamiento. Toda una cintura democrática. Menos mal que luego lo ha arreglado al asegurar, tras un sondeo demoscópico de urgencia, que el PSC ha perdido apoyos porque muchos de quienes les votaron en los anteriores comicios se han quedado en casa. Prodigiosa deducción. Debe ser que, desde la visita del Papa, eso de que sigan emitiendo en la tele ‘El Día del Señor’ tira mucho. Con esa contraprogramación no hay quien compita.

Germán Temprano | Escritor y periodista | www.germantemprano.es

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