jueves. 28.03.2024

Berlusconi: el nuevo Papi de Roma

NUEVATRIBUNA.ES - 28.6.2009  De Berlusconi sabíamos muchas cosas antes de conocer esa caverna  de los horrores que es Villa Certosa y su corte de velinas, lumis, boys y chorizos bien trajeados (con la excepción del erecto Topolanek, claro),  personajes todos ellos como recién salidos de la película  de Pier Paolo Pasolini La República de Salo y los 120 días de Sodoma o de el Misterio Bufo del gran
NUEVATRIBUNA.ES - 28.6.2009
 
 De Berlusconi sabíamos muchas cosas antes de conocer esa caverna  de los horrores que es Villa Certosa y su corte de velinas, lumis, boys y chorizos bien trajeados (con la excepción del erecto Topolanek, claro),  personajes todos ellos como recién salidos de la película  de Pier Paolo Pasolini La República de Salo y los 120 días de Sodoma o de el Misterio Bufo del gran Darío Fo. Sabíamos que Berlusconi representa hoy la forma más acabada de la manipulación de la democracia, de la privatización/expolio del Estado y de la reducción de los ciudadanos a meros consumidores de lo que sea que  caracteriza la  agonizante -es un decir- era neocon en Europa.

También se podía saber que el personaje en sí está adornado de las mejores virtudes públicas y privadas como prevaricador, demagogo, zafio, grosero, hortera, chistoso, macho alfa, exalopécico, liftingmaniáco, pseudocantante, íntimo de los celtibéricos  Aznar/Botella, además, claro, de amo y accionista mayoritario de la artística Italia. Tampoco era difícil imaginar que ese tipo era algo rijoso, crápula, -presuntamente – putañero y adicto a las píldoras azules y, sobre todo, que es el  gran emulador contemporáneo del delirante emperador Calígula (aunque en vez de nombrar senador a su caballo-como hubiese hecho el añorado Gil y Gil con su famoso Imperioso- il Cavaliere prefiere nombrar senadoras, diputadas y concejalas  a sus dilectas velinas).

Pero lo que más sorprende  de este Calígula de la pospolítica moderna es su acusada semejanza con el Gran Hermano, pero el auténtico GH de George Orwell y no el de Mercedes Milá. El Caimán italiano, siguiendo las enseñanzas del Gran Hermano orwelliano, sabe bien que el cimiento de su poder se encuentra en ocultar la realidad de su tiranía cambiando el significado de las palabras.

En el  mundo de pesadilla totalitaria narrado en 1984, el Ministerio de la Verdad  del Big Brother adoctrinaba a las masas con la letanía : “La Guerra es la Paz; La Libertad es la Esclavitud; La Ignorancia es la Fuerza”. Al que no se las tragaba se le aplicaba, por supuesto, todo tipo de boarding-water.  Hoy este sátrapa moderno imita a su modelo y se esfuerza en construir una Neo Lengua en la que palabras como “privacidad”  oculte lo que vinimos llamando  de toda la vida impunidad; que denomina “invitadas de pago” a las que siempre fueron putas o simples pelanduscas; que se autodefine como “usuario final” cuando no es más que un clásico putero.

Los politólogos y comentaristas de guardia de la ortodoxia liberal nos advierten de que, a pesar de todos los pesares, Don Silvio es un gobernante legítimo ya que accedió al poder mediante elecciones democráticas y que, por tanto, el presidente de Forza Italia nada tiene que ver con su Homo antecessor, Don Benito Mussolini. El argumento es ingenioso, pero más falso que un euro de lata: il Duce  también fue  votado tras la Marcha sobre Roma de los camisas negras, igual que su amigo el Fürher Hitler,  después de promulgar leyes de excepción contra la izquierda y los judios. ¡Así cualquiera gana las elecciones!

 Es cierto, sin embargo, que  il Cavaliere no ha recurrido -por el momento- a  scuadristas fascistas para asaltar el poder, pero no es menos cierto que  dispone pro domo sua  de todas las televisiones, radios y periódicos habidos y por haber para vender cada minuto las mercancías podridas del GH a los italianos. Además, cuando le conviene  recurrir a la banda de la porra  no tiene más que elegir en el Sínodo -constituido por los cardenales de  la  Cosa Nostra, la Camorra y la N’dràngheta - a los purpurados que se encarguen de aplicar la  excomunión perpetua a  todos aquellos que no acaten la sagrada infalibilidad  del nuevo Papi de Roma. ¡Pobres velinas, lo que les espera!

Está visto que para los sagrados profetas del ultraliberalismo -sean éstos retribuidos con contrato de alta dirección o mediante stocks options –el viejo asunto ese de la democracía  está más claro que el agua: es buen demócrata todo aquel que sea “Uno de los nuestros” y si, por momentáneo extravío de los sentidos, cometiese pecado de palabra u obra será perdonado; es mal demócrata y, por tanto, nefando pecador, todo aquel hereje que ose desafiar a la autoridad de ese nuevo Vaticano que es el G-8. Los buenos pueden ganar el poder con monopolios mediáticos (Berlusconi), trampeando las urnas(Bush), con tesoreros ladrones(LB el cabrón) o bombardeando a sus prisioneros en los campos de concentración(Israel), pero son demócratas aprobados por todos los departamentos de estados habidos y por haber. En cambio esos indios tipo Chávez o Evo,o  moros como Hamas en Gaza, por más que ganen elecciones todos los días no son más que una panda de pecadores merecedores de una buena ración de injerencias humanitarias.¡Se sienten coño¡
 
Orencio Osuna es empresario.

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