jueves. 25.04.2024

Arturo: cocinero antes que actor

NUEVATRIBUNA.ES - 19.2.2009El domingo pasado se me atragantó el café comprobando que Arturo Fernández, ese Presidente de la patronal madrileña con nombre de actor famoso, amante de las cámaras y actor imprescindible de la corte madrileña de los milagros, sigue insistiendo en las páginas salmón de un periódico nacional en su nuevo producto a la venta, el contrato de crisis.
NUEVATRIBUNA.ES - 19.2.2009

El domingo pasado se me atragantó el café comprobando que Arturo Fernández, ese Presidente de la patronal madrileña con nombre de actor famoso, amante de las cámaras y actor imprescindible de la corte madrileña de los milagros, sigue insistiendo en las páginas salmón de un periódico nacional en su nuevo producto a la venta, el contrato de crisis. Enamorado de sí mismo y encantado de haberse conocido, afable, rumboso, dicharachero y cordial como es, Arturo profundiza en sus argumentos, titulando su artículo Abaratar el despido para crear empleo.

Debo reconocer el esfuerzo filosófico realizado por el Presidente de la CEIM, la patronal madrileña, para superar la lógica aristotélica y recuperar la paradoja como elemento esencial del pensamiento y del discurso. En ese viaje hacia el marxismo no se si de Groucho o de Carlos, recogiendo por el camino a un Hegel de bolsillo, Arturo llega a la síntesis del Contrato de Crisis como superación de la tesis de crear empleo y de la antítesis del despido barato.

Dialéctica en bruto. En estado puro. Todo un logro innovador a ritmo de chotis, pergeñado y fraguado en ese Madrid castizo, chispero, de majas, espadachines, bufones y cortesanos. Ese Madrid que no quiere sabe nada del Madrid del trabajo y de los trabajadores, sino de sablazos y picaresca que ahora llaman oportunidad de negocio (rápido, seguro, abundante y debidamente protegido).

Arturo, antes de ser filósofo y actor, vivió en las cocinas. Antes de salir en las portadas y antes de adentrarse en el estudio de la dialéctica, fue el constructor de una importante cadena de restaurantes que, por supuesto, lleva su nombre. Desde ahí a los comedores y cafeterías de empresas, los catering, también para numerosas instituciones y administraciones. De ahí a los hoteles, gasolineras, colegios concertados con apoyo del gobierno Aguirre y hasta hospitales modelo Aguirre. Pero esta es ya la última hora, cuando nuestro siempre afable personaje ha entrado de lleno en la dialéctica. Cuando se movía por las cocinas, la lógica del cocinero le llevaba a concluir que un buen cocinero o cocinera tarda mucho en formarse, hay que pagarle adecuadamente, cuidarlo y mimarlo para que la cocina funcione. Incluso un pinche de cocina no puede ser cualquiera y qué decir de los que montan las mesas y las sirven. No vale cualquiera, a matacaballo, tirando comida sobre los platos. Cualquiera no sirve para atender una barra, ni llevar la comida a un colegio. La calidad es importante en la cocina y no hay calidad sin inversión, sin trabajadores bien formados, bien pagados, con contratos estables, comprometidos con el futuro de las empresas, porque es el propio futuro de su empleo.

Lo sabía Arturo y debe recordarlo cuanto antes. Abaratar el despido no crea empleo. En Madrid hay más de un 20 por ciento de contratos temporales. Es decir, en Madrid, unas 700.000 personas tienen despido libre por el simple método de no renovar el contrato. Hay despido libre si la empresa da en quiebra o suspende pagos. Hay despido libre si se le autoriza un Expediente de Regulación de Empleo al empresario y todos sabemos lo fácil que es. Hay despido libre si despides al trabajador, aunque el despido sea declarado improcedente.

Estamos en crisis y todos sabemos que no vamos a crear empleo abundante en el corto plazo, aunque Arturo anuncie que este nuevo contrato crearía un millón de nuevos empleos. Todos sabemos que despido barato es sólo despedir más barato. Nada más, pero nada menos.

Es apostar por salir de la crisis por la puerta del tercer mundo recomponiendo las ganancias empresariales a base de bajos salarios y precariedad laboral. Compitiendo con China y no con Alemania.

España es poco competitiva porque tiene demasiados empresarios acostumbrados al pelotazo inmobiliario y al mercado cautivo de servicios de baja calida. Con poca inversión industrial, que necesita más dinero para ganar menos y en más tiempo. Las ganancias rápidas, sin invertir y sin riesgos, jugando en muchos casos con dineros públicos, han sido lo más de lo más, el modelo a seguir. Buena parte de esos beneficios se sustenta en la temporalidad y precariedad del mercado laboral. Uso y abuso.

Ha llegado la crisis y se ha llevado por delante el modelo económico, por más que los listillos que se hicieron de oro con él exijan medidas para que sean otros los que paguen el pato. Nosotros mismos, por ejemplo.

Pero claro los trabajadores, ya hemos aprendido mucho a base de ver culebrones de espías, corruptos, y aprovechados. Sabemos que un tercio de los beneficios empresariales va a repartos de dividendos y no a reinversión. Que los sueldos e indemnizaciones de los altos ejecutivos están más blindados que los de los entrenadores y futbolistas. No nos fiamos. No les creemos. Cada una va aquí a los suyo aunque lo disfracen dialécticamente. Así que nosotros a lo nuestro. A por una economía sólida, a por un empleo estable y a reforzar la protección si el desempleo golpea a nuestras familias. Nosotros a trabajar, que es lo nuestro. Y que no nos falte.

Francisco Javier López Martín es Secretario General de CCOO de Madrid

Arturo: cocinero antes que actor
Comentarios