22 de septiembre de 2010, 14:58
NUEVATRIBUNA.ES - 21.12.2009
Ahora, cuando oigo a Cospe, ya no sé si es ella o es Pujalte pasado por la termomix del cirujano de la Esteban. O eso o que está poseída por ese espíritu mamporrero que ella misma, centrista y moderada como pocas, venía a extirpar y que no conoce Navidad que valga. Cuando Aminatu estaba en huelga de hambre el gobierno era malo y ahora que está en su casa, el gobierno es peor. No porque no afronte el problema del Sahara sino porque, a ver si con la tontería, nos van a subir los tomates. Y eso sí que sería intolerable. Es decir, el conflicto no reside en la dignidad de un pueblo chuleado de manera sistemática por la ONU. El verdadero problema es si la ensalada de Nochebuena, además de más o menos vinagre, va a tener como ingredientes más o menos aranceles. Ya lo ha escenificado Mariano de manera elocuente.
No se ha privado de nada. Hasta sacó en el mitin unas piezas en rama y las exhibió igual que si fueran las bolas del Gordo. Talmente como un ya talludito niño de San Ildefonso hortofrutícola. Al parecer le han dicho que el regreso de Haidar tiene que ver con un acuerdo sobre los tomates marroquíes. Y suerte ha tenido que este pacto supersecreto no haya sido con sandías. De ser así, a ver quién es el guapo que las mete debajo del atril y las mantiene luego en vilo mientras las masas te aclaman como presidente. Más aún Mariano que es hombre de poco esfuerzo. Eso sí, los tomates pagados de su bolsillo.
Ya saben que, a partir de ahora, en el PP tolerancia cero con los regalos. Falta por ver si este código de buenas prácticas tiene carácter retroactivo. Lo digo porque si Camps devuelve los trajes igual se puede vestir de domingo a todos los parados de Cullera y su entorno. Ya se sabe que esto de la corrupción se soluciona simplemente con una acusación de soborno a Revilla cuando te quiera obsequiar con una lata de anchoas y unos sobaos. No sé cómo no se dieron cuenta antes. Eso de hacer públicos todos los contratos de las Administraciones, sea cual sea su cuantía, o elaborar normas urbanísticas que eviten recalificaciones de un día para otro y los consecuentes pelotazos del ‘espabilao’ de turno son tonterías que ni siquiera merece la pena considerar.
Siempre es más eficaz que una circular prohíba a los funcionarios y altos cargos aceptar bolsos de marca, jamones o bebidas alcohólicas. Ya lo ha hecho el gobierno de la Comunidad Valencia y no por supuesto por mala conciencia. No sea usted así que estamos en Navidad. Para que se hagan una idea se puede conceder a dedo un contrato a un primo segundo, si la cantidad no es excesiva, pero por nada del mundo te puede cohechar con una botella de Baileys. Y luego dirán que es duro Guantánamo. Eso sí, luego a la salida, y después de fichar por supuesto, no hay problema alguno en que, para celebrar la tajada, te invite a unas cigalas del tamaño de extras de Parque Jurásico.
Por cierto, excuso recordarles que esta circular sólo afecta a funcionarios. No a periodistas. Es decir, si usted tiene a bien enviarme una pata de Guijuelo o, a causa de la maldita crisis, una barra de chopped a cambio de que le escriba unas loas no tiene más que decirlo. En Telemadrid lo hacen sus directivos con Espe sólo a cambio de la nómina. O sea que yo con más razón. Que lo pasen bien amigos.
Germán Temprano es escritor y periodista.
JAULA DE GRILLOS
Ahora, cuando oigo a Cospe, ya no sé si es ella o es Pujalte pasado por la termomix del cirujano de la Esteban. O eso o que está poseída por ese espíritu mamporrero que ella misma, centrista y moderada como pocas, venía a extirpar y que no conoce Navidad que valga. Cuando Aminatu estaba en huelga de hambre el gobierno era malo y ahora que está en su casa, el gobierno es peor. No porque no afronte el problema del Sahara sino porque, a ver si con la tontería, nos van a subir los tomates. Y eso sí que sería intolerable. Es decir, el conflicto no reside en la dignidad de un pueblo chuleado de manera sistemática por la ONU. El verdadero problema es si la ensalada de Nochebuena, además de más o menos vinagre, va a tener como ingredientes más o menos aranceles. Ya lo ha escenificado Mariano de manera elocuente.
No se ha privado de nada. Hasta sacó en el mitin unas piezas en rama y las exhibió igual que si fueran las bolas del Gordo. Talmente como un ya talludito niño de San Ildefonso hortofrutícola. Al parecer le han dicho que el regreso de Haidar tiene que ver con un acuerdo sobre los tomates marroquíes. Y suerte ha tenido que este pacto supersecreto no haya sido con sandías. De ser así, a ver quién es el guapo que las mete debajo del atril y las mantiene luego en vilo mientras las masas te aclaman como presidente. Más aún Mariano que es hombre de poco esfuerzo. Eso sí, los tomates pagados de su bolsillo.
Ya saben que, a partir de ahora, en el PP tolerancia cero con los regalos. Falta por ver si este código de buenas prácticas tiene carácter retroactivo. Lo digo porque si Camps devuelve los trajes igual se puede vestir de domingo a todos los parados de Cullera y su entorno. Ya se sabe que esto de la corrupción se soluciona simplemente con una acusación de soborno a Revilla cuando te quiera obsequiar con una lata de anchoas y unos sobaos. No sé cómo no se dieron cuenta antes. Eso de hacer públicos todos los contratos de las Administraciones, sea cual sea su cuantía, o elaborar normas urbanísticas que eviten recalificaciones de un día para otro y los consecuentes pelotazos del ‘espabilao’ de turno son tonterías que ni siquiera merece la pena considerar.
Siempre es más eficaz que una circular prohíba a los funcionarios y altos cargos aceptar bolsos de marca, jamones o bebidas alcohólicas. Ya lo ha hecho el gobierno de la Comunidad Valencia y no por supuesto por mala conciencia. No sea usted así que estamos en Navidad. Para que se hagan una idea se puede conceder a dedo un contrato a un primo segundo, si la cantidad no es excesiva, pero por nada del mundo te puede cohechar con una botella de Baileys. Y luego dirán que es duro Guantánamo. Eso sí, luego a la salida, y después de fichar por supuesto, no hay problema alguno en que, para celebrar la tajada, te invite a unas cigalas del tamaño de extras de Parque Jurásico.
Por cierto, excuso recordarles que esta circular sólo afecta a funcionarios. No a periodistas. Es decir, si usted tiene a bien enviarme una pata de Guijuelo o, a causa de la maldita crisis, una barra de chopped a cambio de que le escriba unas loas no tiene más que decirlo. En Telemadrid lo hacen sus directivos con Espe sólo a cambio de la nómina. O sea que yo con más razón. Que lo pasen bien amigos.
Germán Temprano es escritor y periodista.
JAULA DE GRILLOS