sábado. 20.04.2024

Aquí espía "todios"

NUEVATRIBUNA.ES | 4.2.2009Estábamos acostumbrados a la existencia del espionaje. Lo teníamos asumido porque, entre otras cosas se había ido introduciendo sutilmente en nuestras vidas hasta convertirse en algo natural con lo que convivir.
NUEVATRIBUNA.ES | 4.2.2009

Estábamos acostumbrados a la existencia del espionaje. Lo teníamos asumido porque, entre otras cosas se había ido introduciendo sutilmente en nuestras vidas hasta convertirse en algo natural con lo que convivir. Tal vez las películas americanas esas en las que todos espían con más que sofisticados artilugios tengan algo que ver en eso de que aceptemos lo de saber cosas del vecino sin que nos produzca otra cosa que satisfacción malsana o sabrosos datos para utilizarlo en su contra.

Pero claro está que hay espionajes y espionajes. A nadie le extraña que exista un servicio de espionaje del Estado en este caso llamado en España Comunidad Nacional de Inteligencia (CNI) o que los ejércitos se monten también sus agentes para espiar al enemigo y saber, si es posible, por dónde y cómo nos van a venir dadas para prevenirlas o abortarlas, Y por supuesto, el personal también puede llegar a entender que Policía y Guardia Civil cuenten con sus agentes más o menos especializados.

Claro que no deja de resultar chocante que España � como otros países � cuente con tan numerosos servicios de espionaje. Que si la CNI el Cifas ( que coordina los de los tres ejércitos), las Divisiones de Información de cada ejército � Tierra Mar y Aire) el servicio de Información de la Guardia Civil, el servicio de Documentación de la Policía y seguro que me dejo alguno más o menos oficial.

Porque si entramos en el mundo de lo privado, la cosa ya se descontrola, ¿Quién no ha oído hablar del espionaje industrial? ¿Y qué hay de las empresas de seguridad y agencias de detectives que ya no se dedican sólo a buscar esposas o maridos descarriados? ¿Y de las facilidades técnicas? Pero si hay hasta una cosa que se llama “La Tienda del Espía”.

Bueno, púe si éramos pocos, “parió la abuela”. Poco hay que contar � o mucho, según se mire � de lo sucedido en la Comunidad de Madrid, donde la pregunta, a la vista de lo publicado ya no es quien era espiado sino quien no lo era. Hace años a determinados servicios de información militares se les conocía cono la “Segunda bis”, por aquello de que estaban integrados en las segundas secciones � información � de los estados mayores y Planas mayores de las unidades militares. Eran bastante chapuzas salvo para saber de la vida privada de mandos y soldados, normalmente ajenos a toda sospecha. Ya lo dijo a mediados del siglo pasado un general inglés: “Los servicios secretos militares son muy eficaces cuando espían inocentes”.

Pues bien, tal parece que en Madrid lo que se ha montado es una “segunda bis” civil y no una CNI cono dijera alguien estos días si se mide con el baremo de la chapuza. Naturalmente, todo se va a aclarar con una comisión de investigación, pero no olviden que los filósofos árabes ya dijeron aquello de que un camello era un brioso caballo diseñado por una comisión. Y aquí, con el formato que tenemos, las comisiones parlamentarias no llegan ni a parir camellos cuando se ponen a investigar.

Y por si era poco, ahora se descubre que una organización de ladrones utilizaba técnicas de seguimiento, evaluación y espionaje militar para asegurar la viabilidad de sus atracos.

Lo dicho, por si éramos pocos, parió la abuela.

Fernando Reinlein es periodista y fundador de la UMD

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